Sandra Gómez
¿Será necesario asistir a una Escuela Para Padres?
Estimado lector, después de abordar algunos temas dirigidos a aquellos tutores
de niños con Necesidades Educativas Especiales (NEE), recordé la importancia y
el efecto que tuvo en mi persona los diversos programas de escuela para padres
que curse desde el año 2000; ese año fue la primera vez que se me invito a un
curso formal en la escuela primaria de mi hija.
En alguna
entrega anterior les compartía que la información te llega cuando la necesitas,
solamente tienes que estar receptivo, es decir abierto a escuchar y atender
todo lo que aporte valor al rol que te toca ejercer en ese momento de tu vida.
Para mí el
programa formal de escuela para padres del gobierno municipal ¡cambio mi vida!,
las multiplicadoras más importantes en mi vida como madre y profesional, han
sido la Maestra Lily Téllez, directora de CINNA, Institución Educativa que
atienden a niños y jóvenes con autismo, y la perito en psicología la Doctora
Bertha Alicia Landeros; ambas mis capacitadoras. Algunos años después conocí a
algunas de las personalidades quienes seleccionaron y diseñaron el material que
se incluía en el curso, con particular relevancia citare a el Doctor Eduardo
Cooley, Director Administrativo de FICED, mi Alma Mater.
“Nunca sabes
cuánto realmente sabes, hasta que tienes un marco de referencia” creo que esta
frase representa lo que estaba a punto de ocurrir. Eso son los programas
formativos para padres y/o tutores. La calendarización de las clases tiene, un
sentido constructivo que permite a los “nuevos padres”, reflexionar sobre su
proceder como educadores, y visualizar alguno de los estilos de crianza en
etapas posteriores de las personas a su cargo. Por citar algunos de los contenidos, se
encuentran las etapas del desarrollo del niño desde su nacimiento hasta la
adolescencia, y para los participantes se tocan temáticas de relaciones de pareja,
hasta llegar a la vejez concluyendo con la etapa del “nido vacío”.
Conocer las
etapas del desarrollo del niño “sano” o neurotípico, permite a los
participantes tener acceso a la información, que a su vez les permita formar
una visión global de los niños a su cargo en total coincidencia con las etapas
cronológicas que viven sus hijos, los contenidos temáticos les instruyen sobre
algunas de las etapas que pasaron o vivirán como tutores.
Un punto de
valor para estas reuniones, lo aportan los participantes, quienes a través de
sus experiencias enriquecen las presentaciones de los temas. Escuela para
padres se transforma en una oportunidad de crecimiento individual con
acompañamiento de otros padres quienes tienen el interés común en mejorar la
crianza de sus hijos. Asimismo, los participantes expresan problemáticas con el
aprendizaje e incluso aprenden a cómo manejar el estrés de la familia, en ellos
como persona y reconocer y atender situaciones estresantes para los niños.
En particular
el curso para multiplicadoras de escuela para padres me proporciono
conocimientos de las etapas del desarrollo del niño, joven, adulto “sano”;
además me permitió fortalecer mi autoestima y conocer a otras madres de familia
quienes en ese momento pasaban por situaciones diferentes a las propias, lo que
en muchos de los casos fue sin duda enriquecedor además de servir como una
válvula de escape al estrés que me generaba la situación de que el padre de mis
hijos “pasara a mejor vida”; quedándome con una niña de siete años recién
cumplidos, uno de cuatro y unos gemelos de tres años.
Así que
existen ángeles en la tierra, lo digo sin temor a equivocarme, las personas a
quienes menciono y muchas otras más, me acompañaron en mi crecimiento personal
y hoy con orgullo puedo decir, que cuando le veo, sigo encontrando una palabra
amable, gestos de cariño y admiración mutua.
En una próxima
entrega de escuela para padres, les mencionare otros programas que también me
ayudaron a formarme. No olvides, la información llega cuando estas receptivo;
permite que entren ángeles en tu vida. Hasta la próxima historia de vida su
maestra Doctora Sandra Gómez Patiño.
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