Víctor
Hugo Prado
De
acuerdo con lo establecido por el Gobierno de Jalisco, las autoridades
sanitarias y la propia Secretaría de Educación, este 24 de agosto ha dado
inicio al ciclo escolar 2020-2021, para atender a 2,340,917 estudiantes, de los
cuales 1,715, 153 pertenecen a los niveles de preescolar, primaria y
secundaria, poco más de 337, 978 mil pertenecen a EMS y 287,786 se encuentra en
superior.
Para
quienes nos dedicamos a las tareas educativas, la pandemia ha traído una
importante cantidad de nuevos retos, entre los que se encuentran el abordaje de
nuevos paradigmas para establecer el proceso educativo, que se refleja en la
adopción de medios y modos de enseñar utilizando internet, televisión, radio,
redes sociales o plataformas de trabajo virtual. También han representado un
reto para los profesores establecer comunicación para con los alumnos, no solo
para motivarlos a seguir aprendiendo aún bajo las dificultades de la distancia,
diversidad y complejidad de las condiciones de cada uno de los alumnos, también
para evidenciar los aprendizajes, retroalimentar los productos del trabajo
intelectual de éstos. No podemos dejar de lado, que la gran mayoría de los
profesores estábamos acuñados en el aula, por lo que ahora las condiciones del
contexto obligan a entrarle aun con calzador a utilizar plataformas de trabajo
virtual, realizar sesiones por sistemas que permiten las videoconferencias en
tiempo real como si estuviéramos en el aula.
En
el mar de responsabilidades y condiciones tan heterogéneas de trabajo tanto
para docentes, estudiantes, padres de familia y trabajadores administrativos,
no podemos perder de vista lo que realmente es relevante en la armonización de
la educación y la pandemia. Lo relevantes es que juntos, en equipo, con altura
de miras, podamos preservar la salud de quienes integran la comunidad educativa
y sus tejidos sociales. Con vida y salud podremos enfrentar los desafíos
multidimensionales que empiezan a afectarnos y que se recrudecerán en los
siguientes meses, años quizá.
El
segundo, que seamos un factor relevante para el logro de los aprendizajes
significativos de los alumnos en las ciencias básicas, las sociales y las humanidades,
los campos profesionalizantes, las competencias y habilidades que establezcan
los planes de estudio. En ello hay que respaldar a los profesores, habilitarlos
para enfrentar nuevos retos, con el apoyo hasta donde se pueda, de madres y
padres de familia, cohesionándonos con la noble tarea de los profesores.
Educar, aun en la adversidad, con tolerancia, respeto, apostando a lo relevante
y significativo, más que a la cantidad de contenidos.
Por
ello, tenemos que expresar nuestro reconocimiento a los profesores, que hoy
retomaron esta ardua tarea de aprender para enseñar, labor que exige trabajo,
disciplina, preparación, paciencia y un gran despliegue de creatividad al
servicio de sus alumnos.
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