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miércoles, 8 de julio de 2020

¿Vandalismo, libre expresión?







Juan José Ríos Ríos



En el país, casi estado por estado, se está viviendo situaciones que dejan mucho que desear pero que sobre todo ponen de manifiesto en grado de descomposición a la que hemos llegado como sociedad, puesto que al vandalismo se le considera, y hasta resulta intocable quien lo genera, como un respeto y un derecho a manifestarse, mientras que en el Poder Judicial la pudrición es tal que los delincuentes tienen más derechos humanos que sus víctimas y dejan de estar tras las rejas a una velocidad increíble, sospechosa, cuestionable.

            Casos, hay mucho, pero en esta ocasión me permito considerar lo acontecido durante las manifestaciones realizadas en la capital de Jalisco; Guadalajara, cuando algunos “manifestantes” ocasionaron afectaciones a bienes y edificios públicos como el Palacio de Gobierno Estado, daños ocasionados durante las manifestaciones del pasado 4 y 5 de junio, ocasión en que algunos de los vándalos fueron detenidos pero que luego fueron liberados con la amenaza de que “no le temblará la mano al gobierno para castigarlos si lo vuelven a hacer”.

            Pues bien, ya es oficial que el pasado 1 de julio el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), aprobó la licencia de obra 05/2020, en solicitud al proyecto que fue presentado por el Gobierno de Jalisco, para iniciar los trabajos de restauración y rehabilitación del Palacio de Gobierno Estado, por lo que yase realizó la instalación de andamios en la calle Ramón Corona, frente al acceso principal del edificio, con el objetivo de iniciar con los trabajos de limpieza de la cantera, licencia de obra tiene una vigencia de un año a partir de su expedición, trabajos estimados que finalicen en 2 meses.




            El proyecto autorizado por INAH, incluye las acciones de restauración y rehabilitación de 113 vidrios esmerilados pertenecientes a las ventanas exteriores, 13 vitrales decorativos, 11 de la planta alta que dan al exterior cuyos daños no superan un área de 15 cm2, 2 de la planta baja que van sobre las puertas norponiente y surponiente, uno con pérdidas superiores al 50% y el otro pérdida total, 6 candiles, 4 exteriores de la fachada Poniente y 2 interiores, los cuales se encuentran en ala sur, junto al ingreso.

            Pero no es todo lo que se va a reparar, pues también comprende elementos de herrería, como lo son: 6 protecciones de ventanas exteriores de las fachadas poniente y sur principalmente, 2 barandales de los balcones dañados, uno perteneciente al balcón principal y otro al sexto balcón de la fachada norte, 10 metros cuadrados de piso de granito perteneciente a los balcones principal y sexto norte, 6 puertas de ingreso, una de ellas fue pérdida total. También hay grafiti en 850 m2 distribuidos en las cuatro fachadas del Palacio de Gobierno y 135 m2 en el área de atención ciudadana. Se dio a conocer que el proyecto de restauración se realizó siguiendo la Guía para elaborar Proyectos de Obras de Conservación de Bienes Culturales Muebles e Inmuebles por destino del Patrimonio Cultural competencia del INAH.

            Menos mal que lo material se puede reponer, no importa lo que cuesta, es dinero fácil, lo paga el pueblo, el cual pudiera destinarse a obras públicas en lugares donde la gente tiene otro comportamiento, aunque vandalismo ha habido todo el tiempo, los grafiteros son considerados como “artistas callejeros” que tienen a su disposición no solamente los edificios públicos, sino fachadas de los negocios, de las casas habitación y cuanto espacio es susceptible de ser afectado, no les importa dañar bienes ajenos, son libres de expresarse y lo hacen sin consideración y sin censura o pago por reposición de daños hechos a bienes particulares, en este país todo se vale, el respeto al derecho ajeno es nulo.


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