Víctor
Hugo Prado
Días
aciagos vive nuestro bello y querido país. Señala Héctor Aguilar Camín que la
semana pasada ha sido la más oscura de mucho tiempo, en un clímax de deterioro
del país.
La
pandemia, señala, “alcanzó nuevos picos casi todos los días, justo en el
momento en que la gente ha empezado a salir, a dejar su confinamiento, por
necesidad económica, psicológica o por simple fatiga de materiales”.
México es el único país que ha decretado un
levantamiento, que se ha salido de control por su falta de orden y sin precauciones,
cuando la pandemia se comporta con contagios y fallecimientos en ascenso. No se
sabe si ha llegado a su pico más alto o por lo menos no en evidenciable
descenso. Ojalá que no veamos un nuevo y prolongado tren de contagios y
muertes.
Retomando
la semana más oscura, el mismo columnista, presenta una serie de indicadores
económicos que describen una depresión mayúscula. Señala, “que el índice
General de Actividad Económica reflejó una caída de -17.3 % en abril”.
Asimismo,
“el FMI ajustó a la baja el crecimiento esperado hasta -10.5 %. La actividad turística cayó -67 %. La
construcción en -32. La balanza comercial, -56.7 en exportaciones y -47 en
importaciones. Las ventas al menudeo decrecieron 23.6 % y el sector servicios
en -26.3 %. Pemex produjo 87 mil barriles diarios menos de petróleo, sin que
hubiera habido necesidad que la OPEP haya obligado a la reducción”.
Que
se puede decir de la inseguridad que vive el país, el asesinato del Juez
federal en Colima, el atentado contra el secretario de Seguridad de la Ciudad
de México ponen de manifiesto a un país vulnerable, así lo indican los muertos
de la semana y la cifra record de casi 12 mil de muertos acumulados hasta
abril. La violencia que se ejerce por las bandas organizadas contra ciudadanos,
la expansión de los cárteles, su capacidad armada, y sin poder encontrar los
vínculos ni la raíz de su poderío.
Y
si a eso le sumamos los escándalos de corrupción en el seno del propio
gobierno, que ante la realidad ha quedado rebasado, incapaz de resolver en la
esfera de sus atribuciones esos señalamientos, porque en los dictados de un
solo hombre, eso no sucede en la 4T.
Ahora
esperemos que le vaya bien al Presidente de nuestro país en los Estados Unidos,
la primera salida como mandatario a casi dos años de gobierno, pues en el fondo
muchos pensamos irá obligado a levantarle la mano para contribuir en la
proyección electoral del Sr. Trump, necesitado de repuntar y utilizando como
medio al Presidente para retener el voto latino o al menos el de los de origen
mexicano.
Con
una semana oscura y una cuesta hacia arriba, como decía Porfirio Díaz, “pobre
México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.
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