El
Volcán/Sader
Por
primera vez en muchos años, la producción de arroz en la Costa jalisciense
cuenta con un esquema de apoyo que motiva al productor. Esto se ha enfocado en
dos vertientes: asegurar la calidad de la semilla y en tecnificar el proceso de
su cultivo mediante los recursos de un Programa de Desarrollo Territorial (Prodeter),
a cargo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER Jalisco).
Así
lo informó la coordinadora del Prodeter, Minerva Medina Enríquez, quien precisó
que este esquema pretende asegurar la calidad del arroz de la variedad Milagro
Filipino. Además, el programa también se reforzó con la adquisición de maquinaria,
concretamente escrepas agrícolas y sembradoras, para una mayor tecnificación
del cultivo.
“La
semilla del arroz se mancha de rojo, y eso no le permite ser insumo para las
agroindustrias. Entonces, el apoyo que solicitó el grupo de productores
arroceros, allá en Tomatlán fue de semilla certificada”, puntualizó Minerva
Medina.
Al
respecto, la extensionista Raquel Roque Ruvalcaba, comentó que la semilla
certificada que se usará en lo sucesivo por los agricultores involucrados en
este programa se consiguió por parte del campo experimental de La Huerta del
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
(INIFAP), donde se ha tenido el apoyo del maestro Rubén Ortega.
Esta
agrónoma refirió que una vez que se ha roto una inercia de muchos años en
utilizar semillas de baja calidad, se espera un repunte del arroz en su
tradicional de cultivo en la localidad de El Gargantillo, por lo que, al
tenerse un grano de mayor calidad, como se prevé, aunado al estímulo de los
precios de garantía para el pequeño productor, para reponer el gran déficit del
campo mexicano en la producción de este cereal.
También
dijo que es muy importante que, en sus prácticas de cultivo, los arroceros
combatan el arroz silvestre para que éste se elimine de sus parcelas y su
semilla no se revuelva con el grano de calidad certificada. Apuntó que el arroz
silvestre de granos rojos y negros no tienen aceptación en el mercado, por lo
que es necesaria su eliminación previa al cultivo de la variedad Milagro Filipino,
cuya producción jalisciense es comprada por empresarios de Colima.
Añadió
que ya se ven señales de que se incrementará la superficie arrocera en la Costa
jalisciense, al menos con 150 hectáreas adicionales a las mil 200 que se han
sembrado en años recientes.
La
inversión del Prodeter para el arroz de Tomatlán fue de un millón 500 mil pesos
para incidir en 600 hectáreas.
En
el campo jalisciense por lo general cada año se tiene una superficie de mil 800
hectáreas de predios arroceros, de los que 80% están en la zona de riego de la
presa Cajón de Peñas de Tomatlán, además de otras plantaciones en las
inmediaciones de Trapiche del Abra, en el municipio de San Martín Hidalgo; y
otra superficie en Mascota, en las cercanías de la presa Corrinches, donde se
reanudó su cultivo luego de algunos años haberlo suspendido.
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