El Volcán/Sader
La
política de apostarle a la biodiversidad del campo estatal es prioridad para
valorar los recursos naturales, lo que incluye flora y fauna nativas, de modo
que éstos se preserven y concilien con la actividad productiva del sector
agroalimentario, aseguró el titular de la Secretaría de Agricultura y
Desarrollo Rural (SADER-Jalisco), Alberto Esquer Gutiérrez.
En
este contexto, señaló que la riqueza natural de la Sierra de Manantlán, sobre
todo como espacio de origen del teocintle Zea Diploperennis (un ancestro el
maíz actual), será valorada con políticas públicas de apoyo, en coordinación
con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), como se
plasmó en el reciente protocolo de la Estrategia de la Biodiversidad que se
tiene en marcha, en coordinación con instancias internacionales involucradas en
la materia.
Esquer
recalcó que el teocintle de Manantlán, localizado en la década de los años 70,
es un suceso trascendente que habrá de valorarse, pues ha sido un suceso de
gran impacto global en el mejoramiento del maíz actual.
Al
respecto, uno de los investigadores más conocedores de lo que ha sido la
importancia del teocintle y de la reserva de la Sierra de Manantlán, como área
protegida, el académico de la Universidad de Guadalajara, Enrique Jardel
Peláez, resaltó que el descubrimiento de este ancestro del maíz ha sido factor
clave, primero para incidir en el decreto federal de protección de la reserva;
y después con el establecimiento de la Estación Científica Las Joyas que ha
administrado la citada institución universitaria.
El
universitario explicó que, a diferencia del maíz actual, que es una planta de
ciclo anual, el teocintle es una planta perenne que rebrota año con año y
produce una mazorca muy pequeña. Entre los beneficios aportados por este
ancestro, precisó que “su germoplasma ya se ha utilizado para generar nuevas
variedades de tipo forrajero, además de que sus genes contienen elementos de
resistencia ante ciertas enfermedades del maíz causadas por microorganismos, lo
que ha sido motivo de investigaciones por las grandes corporaciones productoras
de semillas híbridas, y que ha quedado reservado por parte de estas empresas”.
Sin
embargo, detalló que lo ha sido del dominio público en cuanto a los beneficios
obtenidos del teocintle para mejorar al cereal actual, “es que se ha empleado
en algunas partes de África para generar variedades del grano resistentes a
enfermedades. En la Sierra de Manantlán hay un uso tradicional, muy antiguo entre
los campesinos, sobre todo en la comunidad de San Miguel de Ayotitlán”.
Expuso
que los campesinos de esta comunidad del municipio de Cuautitlán de García
Barragán, “dejan plantas de teocintle en sus parcelas y éstas se hibridizan
(combinan) en forma natural con maíces actuales y luego vuelven a cruzarse los
híbridos y la gente dice que esto le da fuerza al maíz. Se produce un grano que
es más resistente al ataque de plagas y enfermedades, gorgojos, por ejemplo, y
las plantas crecen más vigorosas en condiciones de montaña y de uso de bajos
insumos. Son lugares donde los maíces de altos rendimientos no prosperan bien,
porque se requiere un alto costo en insumos”.
Enrique
Jardel Peláez mencionó que en el sistema milpa tradicional, además de un rendimiento
de maíz que le deja al productor tres toneladas y media con una buena
aplicación, también le deja al productor los beneficios del ingreso por otros
productos, como calabazas, chilacayotas, frijol y quelites y forraje para el
ganado.
Sin
embargo, advirtió que los cambios recientes en la economía rural ameritan que
se valore por las autoridades el riesgo de las amenazas al sistema de
producción tradicional del maíz, que incluye al teocintle y otras especies que
pertenecen al patrimonio biocultural de Jalisco, dado que los cambios por el
uso del suelo y el empleo de grandes cantidades de agroquímicos son factores en
contra de la permanencia de la flora y fauna originales de los ecosistemas.
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