Cine Sin Memoria
José Luis Vivar
Entre tantos estrenos directos a
las plataformas digitales, no es muy común encontrarse con películas que
sorprendan por presentar algo novedoso; decir originalidad es algo más difícil,
aunque eso no significa que sea imposible. Todo sea porque el cine siga siendo
un verdadero placer estético.
7500 es una de esas cintas que llaman la
atención desde los primeros minutos, tal vez porque a pesar de que en la
sinopsis se informa que se trata del secuestro de un avión, su inicio se centra
en las imágenes captadas por las cámaras del aeropuerto de Berlín, donde se
observa a diferentes pasajeros, dando a entender que entre todos esos rostros
anónimos se encuentra uno o más de los secuestradores. Repentinamente hay un
corte y la cámara se traslada al interior de la cabina del avión, donde el
capitán Lutzman (Carlo Kitzlinger) y su copiloto Tobias Ellis (Joseph
Gordon-Levitt) se preparan para iniciar el vuelo Berlín-Paris.
El
atraso por unos pasajeros que no han llegado incomoda un poco al jefe de la
tripulación, sin embargo, se muestra tolerante, y entra en diálogo con su
subalterno, enterándonos de su vida privada que incluye su relación con una de
las azafatas que los acompaña en el vuelo. Por fin llega la hora del despegue.
Y en esos minutos somos testigos del recorrido de la aeronave por la pista y el
diálogo técnico que sostienen con la torre de control.
Cuando
alcanzan la altura suficiente y se disponen a disfrutar de lo que han ordenado
de cenar, ocurre la invasión a la cabina por parte de varios terroristas. La
acción impacta porque es inesperada, no se adivina. Para Tobias Ellis la difícil situación que
debe enfrentar pondrá sus sentidos al límite, y lo peor: deberá tomar las
decisiones adecuadas para salvar la vida de los pasajeros, de la tripulación y
la suya.
Mientras
que películas como Avión Presidencial
(Air Force, Wolfang Petersen, 1997), tuvo un presupuesto de 85 millones; Momento Crítico (Executive Decision,
Stuart Baird, 1996) costó 55 millones; o Neerja
(Ram Madhvani, 2016) alcanzó la estratosférica cifra de ¡200 millones!; todas
ellas con el tema del secuestro de aviones, 7500
costó apenas 5 millones de dólares, porque toda la acción sucede en el interior
de la cabina. De hecho, las pocas escenas exteriores son a través del pequeño
monitor que le permiten a Ellis ver lo que pasa afuera, donde los terroristas
golpean la puerta, y detrás de ellos está una cortina que impide ver el
pasillo.
Los
insultos, los gritos y los ruidos de lo que sucede es lo único que se percibe.
Todo eso aunado a la angustia del copiloto, hacen que la tensión aumente. Y
más, cuando ante la cámara le muestran a un pasajero al cual van a matar si no
abre la puerta. Pero él sabe que de hacerlo todo estará perdido.
7500 es la clave internacional que
utilizan los pilotos para informar que su avión ha sido secuestrado. Y en este
caso se advierte que nada va a ser tan fácil, porque no hay héroes entre la
tripulación, ni agentes de seguridad anónimos mezclados con los pasajeros, ni
tampoco hay ex marines abordo que puedan salvarlos. Toda la acción se centra en
las decisiones de ese joven piloto que aterrorizado hará hasta lo imposible por
sobrevivir.
El
director alemán Patrick Vollrath hace su debut en esta cinta que se puede
dividir en dos tiempos: el primero es el ataque de los terroristas, y el
segundo la relación entre Tobias y uno de los secuestradores: Vedat (Omid
Memar), que en apretados diálogos establecen una extraña relación, mostrando
cada uno sus intereses, e intentando llegar a un acuerdo.
Los
datos técnicos que se mencionan entre la torre de control y el avión son
reales, porque el actor Carlo Kitzlinger, en la vida real es piloto, de ahí que
haya sido de gran ayuda en el desarrollo de la historia. Asimismo, el realismo
del sitio donde transcurre toda la trama está muy bien diseñado lo que hace más
verídica esta película.
7500 (Patrick Vollrath, 2019) es una
producción de Amazon y está disponible en la plataforma de Prime Video.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario