Sandra
Gómez
Mi
estimado lector, ¿eres padre de un niño(a) que te preguntan constantemente: tu
hijo es sordo?; a continuación, encontraras una historia de vida; un caso real
de una niña con severa deficiencia auditiva que llego a excelentes resultados,
con el apoyo familiar.
Para poder hablar, idealmente se
tiene que escuchar (…); ¿hay quienes hablan sin escuchar? Sí, solo se da en
aquellos casos en donde se perdió la audición y ya se había aprendido a hablar.
Este dato es importante porque en la infancia se da un periodo de maduración
del cerebro que incluye la parte del desarrollo del habla.
La historia es de Almita de dos
años, y Carlitos de siete años. Cenando en su departamento con unos amigos,
observe como convivían sus hijos (…)- ¡que linda esta tu hija! Dije; y la madre
dijo ¡gracias!, con su amplia sonrisa (…), sin dejar de verlos jugar, observé
que la niña no hizo gesto alguno al comentario; mientras Carlitos volteo y me
sonrió. Carlitos siguió jugando con su hermanita haciéndole indicaciones, el
utilizaba todo su cuerpo para comunicarse con la niña (…); Carlitos, con ese
amor de hermano mayor, sabia a su corta edad, que debía cuidar y guiar a su
hermanita. Comente en la cena dirigiéndome a la madre: ¿te ha dicho algo su
médico, si es que Almita no escucha bien? y Arturo (padre), la miro fijamente y
ella dijo, ¡sí!, pero ¡no le creo!, me dice que la lleve al especialista del
oído, pero mira: ¡solo le hace caso a su papá! (…). Uffs, respiro profundo y
recuerdo el momento en el que pensé ¡Oh Dios! algunos amigos y/o familiares nos
sirven para replantearnos nuestras creencias.
En los siguientes días, Arturo
convenció a la madre para llevar a la menor al especialista; el medico confirmo
que tenía una deficiencia auditiva mayor al 60%; lo que había observado la
familia era que en efecto Almita escuchaba las voces grabes como la del padre y
sonidos agudos como el caer de algunos objetos. En los siguientes meses se le
coloco un aparato auditivo y de ahí en adelante cirugías y mejores atenciones.
La niña hoy es una hermosa mujer de 25 años, trilingüe, estudio para maestra de
educación especial, habla fluidamente el español, el inglés y el lenguaje de
señas, lo que le permite ser además traductora certificada. Su camino necesito del
apoyo familiar, es decir de los cuidados de sus padres y de su hermano; la
relación entre la familia es muy estrecha hasta el día de hoy. Dios no se
equivoca y le dio un magnifico hermano mayor y unos padres quienes supieron
hacer equipo para apoyar el mejor desarrollo del lenguaje de Almita.
La oportunidad para aprender a
hablar se da en la infancia; las conexiones neuronales y las podas en nuestro
cerebro se ejecutan desde esa temprana etapa de la vida. La experiencia que
presento es un caso real de una pareja que abrió su mente y se puso en acción
logrando obtener el mejor de los resultados posibles.
Para hablar se requiere además de
la lógica exposición e interacción con la lengua (idioma), que el aprendiz
cuente con tres elementos: 1) facultades mentales en un nivel suficiente para
poder pensar con claridad y fluidez; 2) contar con un aparato fono-lingüístico
listo para ser usado; 3) contar con la estimulación adecuada que genere una
motivación intrínseca para poder comunicarse.
En el caso presentado, la menor
tenia deficiencias auditivas (fono); así que, al resolverse esa parte, con el
apoyo del entorno familiar, la discapacidad fue superada. Ella sigue siendo
señalada, sí; pero si la conoces estarás de acuerdo conmigo que es una ¡gran
mujer y excelente profesionista!; estar cerca de ella no te deja más que
crecimiento personal, ella y su familia son un ejemplo para quienes por mucho
menos abandonan el trabajo del crecimiento personal y se pierden de la
maravilla de ser padres y hermanos de una persona con capacidades diferentes.
El niño no sabe si escucha o no, es
responsabilidad de los padres atenderle, formar equipo con los médicos
especialistas, y los técnicos en rehabilitación oral; la formación en el área
de apoyo emocional y del conocimiento de la discapacidad de los familiares es
muy importante. Hagamos cada quien la parte que nos corresponda. No juzguemos,
seamos empáticos, aprendamos del tema y trabajemos juntos.
Hasta
la próxima historia de vida, con cariño Sandra.
Muy buenos consejos para personas con familiares con problemas de audio es difícil detectarlo y sobretodo aceptarlo.
ResponderBorrar