Víctor
Hugo Prado
Ayer se
publicó en Milenio Jalisco un artículo de Manuel Baeza, actualmente director
editorial de ese medio. Baeza es licenciado en comunicación, egresado del
ITESO, ha colaborado en una importante cantidad de diarios en el estado y el
país.
El
texto que publica lo titula “orgulloso de la UdeG”. Se describe jalisciense,
orgulloso de la Universidad de Guadalajara, que no es su alma mater, pero que
lo representa por todo lo que ha visto en meses recientes. Sobre todo, hace alusión
a la respuesta de la casa de estudio estatal ante la epidemia del coronavirus
al que le parece encomiable.
No
es para menos, la UdeG ha hecho lo que esté en sus manos y más allá de ellas
para contribuir a salvar vidas. Nadie puede regatear que ha puesto al servicio
de la sociedad jalisciense y de las propias autoridades estatales a sus
expertos en salud, médicos, especialistas, profesionales de la enfermería,
nutrición, psicología o epidemiología.
Las
acciones anticipadas para reducir la movilidad, el despliegue de talento para
que el ciclo escolar concluyera con éxito, la diversificación de opciones
virtuales generadas, desde un webinar para abordar diferentes temas de la
ciencia y la academia. La creación de la sala de Situación en Salud del CUCS
que realiza estudios y recomendaciones ante la evolución de la pandemia.
La
instalación de un 'drive thru' de detección activa de la Covid-19, para
realizar pruebas PCR en las instalaciones del Centro Universitario de Ciencias
de la Salud como parte del plan Radar Jalisco: sistema activo de detección de
casos que incluye centro de atención telefónica, módulos fijos para la
aplicación de pruebas y laboratorios de diagnóstico.
Manuel
Baeza escribe, “lo mismo se ha visto a estudiantes creando equipos de
protección para trabajadores de la salud, que personal haciendo pruebas para
detectar covid-19, o académicos realizando análisis técnicos sobre la pandemia.
También –señala- hay que reconocer los programas universitarios para entregar
apoyos a estudiantes con menos recursos, y en general a la población
estudiantil adaptándose a las clases a distancia.
Una
de las acciones relevantes en plena pandemia, fue el anuncio de ayer del rector
Ricardo Villanueva para convertir las instalaciones del Hotel Villa primavera
propiedad de la Universidad, en un centro de aislamiento voluntario y reducir
la cadena de contagios que puede provocar una persona infectada en el seno
familiar. Con datos expresados por el mismo rector, más de 100 trabajadores del
Club deportivo UdeG, 20 médicos, 10 enfermeras, 4 psicólogos y 4 nutriólogos
estuvieron dispuestos a dejar a sus familias de manera voluntaria, para cuidar
a pacientes asintomáticos en este centro de asilamiento.
Concluyo
con las palabras escritas por Baeza, “esa actitud y capacidad de trabajo hacen
de la comunidad universitaria un ejemplo a seguir…Una universidad que se
involucra con la sociedad en las buenas y en las malas, es un faro siempre”. Me
adhiero a lo dicho.
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