Sandra Gómez
Estimado lector, si tu hijo adolescente te dice: ¡Me
reprobaron!, Deberás poner atención a lo que te dice, deja de hacer todo y
mírale a los ojos. Pregúntate en silencio si eres el padre o la madre, que
debes ser para ese(a) joven (…); investiga porque pone el resultado de su
evaluación en manos del otro (…), es diferente si te dice ¡Mamá reprobé!, Ahí
asume responsabilidad. Dirás, ¡pero es lo mismo!; el hecho si es el mismo, hablamos de que NO acredito, la solución
por otra parte no lo es. Veamos primero: Cuando asumes responsabilidad del
hecho; como padre podemos ver una oportunidad de acción, un deseo del
adolescente al cambio de la situación que lo lleva a ese resultado. Por otra
parte, cuando el estudiante nos dice: ¡Me reprobaron!, podemos ver que no
percibe tener responsabilidad del resultado y ese patrón se puede hacer un
hábito que le dañe por siempre su vida académica y personal.
En mi experiencia como "juez", en
contadas ocasiones el maestro reprueba como si de un deporte se tratara de
pasar o reprobar (ganar o perder). Esto también pasa, es real, y cuando sucede
hablamos de que el docente abusa de su poder; para esta situación, es
importante apoyar al joven y reunir evidencia, a través del testimonio de sus
compañeros y denunciar con las autoridades correspondientes, en estos casos es
sin duda abuso de poder y tiene solución,
que va desde una sanción administrativa hasta la destitución del docente. Por
otra parte, depositar la culpa en el otro y “lavarse las manos” nos debe
preocupar, ¿qué tipo de persona estaríamos formando?, ¿un joven quien no asume
las consecuencias de sus acciones? Aquí ambos escenarios son desastrosos, si
realmente fue reprobado por el maestro o si el estudiante se desvincula de su
trabajo para acreditar. En ambas situaciones el estudiante debe pedir ayuda, y
el padre debiera participar en colaboración con el directivo de la Institución
Educativa involucrada.
Si por el contrario el estudiante nos dice reprobé, hablamos de un joven quien
asume que estaba enterado de lo que se le pedía y no cumplió con las expectativas,
por ejemplo: con la entrega de trabajos o no acredito los exámenes, o no
presento los reportes de prácticas, entre otras evidencias pedidas con
antelación. Es importante que todos sean evaluados con los mismos instrumentos
y estos deben ser incluyentes en los estilos de aprendizaje del alumnado,
permitiendo así que quienes tienen necesidades académicas especiales, sean
incluidos. Todos deben conocer la forma en que serán evaluados a través de una
rúbrica que exprese lo que se espera de ellos. El esfuerzo en horas de trabajo no
siempre es suficiente para acreditar, el trabajo duro que no cumple con las expectativas
es sinónimo de no acreditado.
Por otra parte, a medio camino no se deben cambiar las
reglas (la forma de evaluación); ¿qué pasa con una circunstancia como la
pandemia?, Es evidente que se tuvieron que hacer ajustes, habría que ver qué
tan eficiente fue el maestro para dar a conocer los nuevos compromisos con
referencia a trabajos, y /o los proyectos, etc.
Unido a las nuevas formas de evaluación.
En algunos casos con pandemia o sin ella, he
recomendado que repitan el ciclo escolar y a pesar de que es mucho el papeleo
que hay que llenar, si el padre está de acuerdo es lo mejor para el alumno. Es
una decisión que se toma poniendo como centro al alumno. Aquí los docentes
tienen muchos argumentos para tomar esas decisiones. Como padres les sugiero
que ese tiempo de “repetir” lo vean como una “inversión” que le permita tener
bases sólidas para seguir adelante académicamente. En lo particular con alumnos
de secundaria, cuando les comento a sus padres en su presencia esto,
generalmente se APLICAN, y en conjunto con sus maestros de cada materia llegan
a acuerdos para acreditar.
En todos los niveles académicos, los maestros podemos
recomendar que el alumno avance o repita año. Hay a quienes se les promueve más
de un grado a la vez, ya que alcanzan a cubrir todos los contenidos. Los
alumnos con necesidades educativas especiales (NEE). Van a un paso diferente
que la mayoría, esto es o van más lento o avanzan más rápido. Así que los
padres y maestros debemos estar atentos para atenderles.
Para los adolescentes, los amigos son muy importantes
y podrían ser influencias positivas o negativas. Mantenerse cercano como padre
y maestro es muy importante.
¿Quién decide, si pasa de año escolar o no?, la
respuesta deben ser los hechos, esto implica acreditar las pruebas, haber
cumplido en tiempo y forma con los acuerdos que se establecieron.
Se hace más daño a un estudiante SI SE LE REGALA un certificado,
un hecho así le podría hacer creer que eso es correcto.
Un buen amigo me decía," más vale ser cabeza de
ratón que cola de león".
El esfuerzo y dedicación son muy valiosos cuando se va
a la escuela, pero hay que acreditar, es decir hacer evidente que se ha
cumplido con el programa correspondiente.
¡Se justo!
Me despido hasta la próxima reflexión de vida de su
compañera Maestra Sandra.
Educar en la responsabilidad es función de todos, tanto maestros como padres de familia; se modela, gracias por la reflexion sobre el trabajo, el compromiso, y la confianza.
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