sábado, 20 de junio de 2020

La poesía errante de los clérigos medievales: Los Goliardos









Alan Arenas

Cuando se habla de la literatura de la Edad Media inmediatamente se nos viene nombres de autores como: Tomás Moro, Tirso de Molina, Santa Teresa de Jesús (por cierto, con una exquisita poesía mística); Bocaccio, Petrarca, Dante Alighieri entre muchos más, los cuales sería imposible nombrarlos todos en tan pocas líneas. Sin embargo, en esta larga lista pocas veces se habla de los “Clérigos errantes” mejor conocidos como los Goliardos.

            Probablemente muchos desconocen de ellos o ni si quiera los habían escuchado nombrar; sin embargo, si han escuchado sus poesías; y digo han escuchado porque gracias al músico alemán Carl Off realizó una cantata con los texto que nombró de manera homónima Cármina Burana (también conocido como Códex Buranus o los cánticos de Beuer),  lugar de Alemania donde fueron encontrados los codex de dichos clérigos (como dato personal, una de las mejores versiones que he escuchado es la que ejecuta  André Rieu). Gracias a esta adaptación sean han hecho populares pero con la falsa idea que la letra también le pertenecen a Carl Off.

            Para empezar los Goliardos fueron “clérigos errantes o vagos” en los siglos XII y XIII, que viajaban por la mayor parte de Europa y su principal característica era salirse por completo de la estructura de la iglesia de su época, principalmente de celibato, como lo muestra un fragmento de sus textos:

todos los caminos a la cama de Venus conducen.
y no hay entre tantas torres ninguna en que la castidad se [guarde.           




            Tras el espíritu goliardo se escondía el fermento no sólo de la alegría mundana del siglo XII, sino el del pensamiento filosófico averroísta de la Universidad de París y el de algunos movimientos herejes de dicha época. Esta carga intelectual: su alegría por el doble sentido del lenguaje; su devoción por la rima; la pobreza; la libertad y la alegría, fueron también, a su vez, el fermento de los elementos memorables que el ingenio popular mantendría vivo hasta el Renacimiento, en cierta zona del humanismo que continuara el espíritu goliardo. Se trataba de afrentar todo lo establecido, cuestionar, mediante la sorna y la risa, todo lo sagrado, puro o decoroso de la sociedad y de las letras.

             Parte de este estilo de vida para estos monjes errantes, pues, su vagabundeo era sin límites, celebraban una materia de elementos inconstantes porque ven a la Fortuna como lo más cercano a su propia inconstante vida. Pero, además, nos señalan que el mundo sólo se rinde a los pies de esa leve materia universal que es la Fortuna. Es interesante que afirmen, al expresar su libertad, casi como la Fortuna como el eje Fundamental de su vida y su destino, por ello vivían en el exceso, y sin necesidad de formar riquezas, si no mantener su situación mundana lo más cercano posible y exaltar lo más posible lo efímero de la naturaleza:

Llevado soy, también, como
barco sin tripulante,
o como, errabunda, las rutas de los vientos
llevan al ave.
no me retienen cadenas,
no me retienen llaves




En algunos de los casos parafraseaba y adaptaba a sus propia voz algunos pasajes de la biblia, quizá con el afán a ironizar estos textos, ejemplo de ello es en La confesión goliarda que se ufana  de texto bíblico de Lucas 2:7-14  donde leemos que al nacer Jesucristo los ángeles se acercaron a cantar "Paz en la tierra y en el cielo Buena Voluntad para los hombres":

Es mi voluntad
en una taberna morir,
y que el vino esté cercano
a los labios del moribundo
cuando alegres canten
los coros angélicos:
“Sé benigno, oh Dios,
con este bebedor."

Hay muchos estudios interesantes sobre los Goliardos y sus textos, que aparte de leer los estudios y la historia de estos clérigos; sería interesante acercarnos a sus poesías que están llenas de musicalidad (gracias a eso Carl Off las pudo musicalizar) aparte de contener una visón humana terrenal y real desde una perspectiva culta que en esa no existía con los textos clérigos contemporáneos. Existe una originalidad en imágenes, juego de palabras con referencias cultas pero con un discurso de la vida cotidiana en cada una de sus poesías. Una poesía culta pensada para el canto sin llegar al Juglar. Debido a reglamentaciones, la aparición de la Santa Inquisición y muchas reformas, hicieron que estos poetas clérigos errantes desaparecieran, dejándonos un extenso acervo de poesías como:

Carmina ecclesiastica (canciones sobre temas religiosos).
Carmina moralia et satirica (cantos morales y satíricos).
Carmina amatoria (canciones de amor).
Carmina potoria (contiene obras sobre la bebida, y también parodias).
Ludi (representaciones religiosas).
Supplementum (versiones de todas las anteriores, con algunas variaciones

            Sobre saliendo de todas ellas, por su gran popularidad y versiones, la poesía de Oh Fortuna.

            Por lo anterior es importante que cuando se hable de la literatura de la Edad Media se hable también de los goliardos, ya que ellos fungieron como un eslabón, en la literatura, entre lo pagano de la populo y los misticismos del mundo clerical, usando su propia voz y estilo en cada uno de sus versos, donde van más allá de lo superficial, sino entran en la crítica de su contexto esto gracias a sus viajes usando la ironía y voces cultas para ello.

 

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