Cine sin Memoria
José Luis Vivar
Al principio se trató de una serie
televisiva que se caracterizaba por el grito enloquecido del pequeño Tatoo
(Hervé Villechaize): ¡El avión! ¡El avión!, quien subía a una torre para hacer
sonar la campana. Luego se observaba un hidroplano que acuatizaba cerca de un
muelle. Al bajar, los visitantes eran recibidos por hermosas nativas que les
colocaban un collar hawaiano de flores. Enseguida aparecía un hombre delgado,
de cabello cano, elegantemente vestido de blanco, que, con una copa en la mano,
decía: Mis queridos huéspedes, soy su anfitrión el Sr. Roarke (Ricardo
Montalbán) ¡Bienvenidos a la Isla de la Fantasía!
Vivir
una fantasía en esa isla costaba 50 mil dólares, una cantidad ridícula para
muchos personajes ricos que llevaba vidas vacías y buscaban corregir sus
errores, revivir amores pasados, o incluso volver a tomar decisiones que les
había cambiado el destino. Todo era posible en ese paradisíaco lugar donde el
señor Roarke se esmeraba en complacer a sus visitantes. Empático, comprensivo,
e incluso cómplice cuando era necesario, nadie podía quejarse que el anfitrión
hacía su mejor esfuerzo.
La
serie, creada por el famoso productor Aaron Pellín, tuvo mucho éxito: 7
temporadas (1977-1984), para hacer un total de 158 capítulos y dos películas.
En ella participaron muchas estrellas del viejo y nuevo Hollywood, así como
actores y actrices que con el tiempo serían estrellas de los noventa, y
continuarían vigentes. El atractivo de dicha emisión se debió básicamente a dos
factores, primero a su protagonista, un actor latino que sabía seducir al
público con su carisma y su elegancia. Y segundo, a que cada capítulo era una
fantasía diferente, algunas veces demasiado previsibles e ingenuos, pero otros
con toques de misterio y dramatismo, aunado a las buenas actuaciones.
La
Isla de la Fantasía finalizó no por falta de rating, sino por los celos del
famoso Tatoo (Hervé Villechaize), hacia la estrella principal. Dicho sujeto
además acosaba sexualmente a muchas actrices en el set, lo que ocasionaba
discusiones y llamadas de atención por parte del director en turno y personal
de producción. El colmo fue cuando el diminuto actor le exigió a Sepelling
ganar el mismo sueldo que Ricardo Montalbán, lo que ocasionó que fuera
despedido. Una temporada más de compromiso y la fantasía terminó. Montalbán
volvió de lleno al cine y a otros proyectos artísticos hasta su fallecimiento a
los 88 años en 2009. Por lo que respecta a Hervé, éste se dedicó a la buena
vida, a vivir su fantasía con toda clase de excesos, hasta terminar
suicidándose a los 49 años, en 1993.
Treinta
y seis años después de finalizada la serie, aparece una película titulada La
Isla de la Fantasía (Fantasy Island, Jeff Waldow, 2020), cuyo protagonista es
Michel Peña que interpreta al señor Roarke. La película no es ningún remake, ni
tampoco es una continuación de la serie. Es más bien el inicio de una saga,
actualizada con los elementos culturales de diversión actuales, aunque el
argumento se presta más para una trama de horror y acción.
En
esta isla no está Tattoo para anunciar la llegada del Hidroplano, se trata de
Julia (Pariza Fitz-Henley), una joven asistente que recibe al grupo de huéspedes
con sus fantasías muy particulares: una joven que busca venganza por el bullying
que sufrió de adolescente; un hombre que quiere ser un marine y participar en
una heroica batalla, y un par de muchachos hedonistas que quieren vivir como millonarios;
y por último, una mujer que no aceptó una propuesta de amor y por los
remordimientos que la atormentan, y su fantasía es saber qué giro habría dado
su vida en caso de haber aceptado.
El
señor Roarke hará lo que esté a su alcance para complacer a sus huéspedes que
han pagado por hacer realidad sus fantasías. Aunque la isla tiene un secreto,
un secreto que en la serie jamás fue revelado, y que permite conocer el
misterio que esconde en sus entrañas, lo cual inevitablemente nos remonta a la
serie Lost (2004-2010). Quizás esto polarice la opinión de los fanáticos a
favor y en contra, pero la película es una propuesta fresca que en cierta forma
hace un homenaje a ese lugar mítico donde la imaginación no tiene límites, y en
esta ocasión el cine permite que así sea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario