Un
momento por favor
J. Jesús
Juárez Martín
Me
siento pleno, contento, seguro. Tal vez,
no sé lo que sea felicidad, por eso a este momento lo denomino feliz. Escucho la canción de Roberto Carlos: “Amigo”
y me llena de satisfacción. Fue el año de 1979 el Mtro. Luis Dávalos me
solicitó y comisionó con mi aceptación presentar la Estudiantina del Internado
México de la ciudad capital. Se presentaba ante el público de Guadalajara
después de surgir a la fama cuando recibieron cantándole en el primer viaje a México al Santo Padre
Juan Pablo II, destacaron en aquella
ocasión en la aceptación del público dos
canciones “Tú eres Pedro “ de Mejía y “Amigo” y desde entonces para
recibir o testimoniar afecto a algún
personaje elegimos “Amigo”.
Se
me escapa el escenario, porque un día fue en el local de “Amistad Internacional
y al siguiente día en lo que ahora es el auditorio del CREA, la comisión era
por una ocasión, luego se buscó que volviera a ser el prestador al siguiente
día.; huelga decirle s que asistí a las dos presentaciones.
Hoy
es la tarde del 15 de septiembre de 2012, estoy en mi “estudio”, o como dice Dana,
mi nieta, 6 años: “Tu oficina “, si así le podemos llamar a un escritorio “arrejolado”
por los libros donde está mi computadora, donde balbucea mi sentimiento y se
teje de con nostalgia de recuerdos que me fortalecen porque son ventana al
futuro cercano y trasfondo de mi vida.
Aquí
he escrito muchos artículos despojados de vestimentas sociales y en la libertad
de pensamiento, imaginación y orden lógico, si es que tengo poco de cordura,
surge el mensaje que compartiré en la prensa escrita.
Mira,
hipotético lector que ser mexicano es
una forma de ser humano y tal vez la
mejor , si no la suprema, porque nuestro agitado mundo nos preparó este orden de circunstancias que disfrutamos,
aunque se manifiesta que la violencia, se enseñorea en calles, vida social, escuelas
, convivencia, sin embargo siento que hay reductos de libertad y sin llegar a la vorágine de pueblos musulmanes
que atacan a quienes consideran que les ofendió a su Profeta, una reacción, un
reclamo, tal vez desproporcionado, furia que tiene efecto bumerán que les
vuelve a convertirlos en víctimas de sus
propias acciones.
Y...
en este arrejolado rincón de hogar, escenario distante lleno de vivencias,
alegrías, recuerdos que vibran con
intensidad porque el tiempo funciona como proyectil hacia el presente, alcanzando
el futuro, la vivencia específica llena
de luz, rescatando del subconsciente la ilusión que vigente en algo trasciende.
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