Juan
José Ríos Ríos
El
Volcán/Guzmán
Pese al
esfuerzo que han hecho las autoridades municipales y del sector salud en Ciudad
Guzmán para evitar la presencia y contagio del COVID-19, muchos ciudadanos
hacen caso omiso y rompen reglas e incumplen medidas establecidas para proteger
de la pandemia, como sucede muy marcadamente en el tianguis municipal y en
algunos establecimientos que funcionan con la entrega del distintivo, al haber cumplido
con los protocolos sanitarios de la Fase Cero dictados por el Gobierno del
Estado dentro del Plan de Reactivación Económica de Jalisco.
En el tianguis municipal ya se
permite el ingreso de cuantas gentes quieren hacerlo, no importa la edad, no se
toma la temperatura, solamente se aplica unas gotas de gel antibacterial en el
ingreso, y aunque permanecen restringida la entrada de vehículos y hay un
policía auxiliando a la persona que proporciona el gel, los consumidores, en
cuanto están dentro del espacio que ocupa este sitio público, se olvidan de la
sana distancia, no hay una compra ordenada de los productos, a los comerciantes
sólo les interesa vender y a sus clientes comprar, no importa todo lo demás. Y
aunque la mayoría de los consumidores portan cubrebocas, no hay ni tapete con
satinizante y mucho menos orden en el lugar, se convierte en un peligroso punto
de contagio en la ciudad.
En cuanto a la Fase Cero, ya son alrededor
de 800 unidades las que se han colocado en los ingresos de los establecimientos
que comenzaron con la apertura desde el 18 de mayo, pertenecientes a los
sectores de servicios, comercio e industria y que llevaron a cabo el proceso
para la obtención del distintivo a través de la plataforma de SIRA, en la
Coordinación de Desarrollo Económico o en la oficina de Cámara de Comercio,
Servicios y Turismo de Ciudad Guzmán.
El distintivo garantiza que el
establecimiento cuenta con las medidas sanitarias obligatorias y brinda al
consumidor la certeza de realizar sus compras con seguridad, en un ejercicio de
responsabilidad mutua ante la contingencia, lo malo es que la gente no hace su
parte, y el ejemplo es hasta en los sitios en los que se venden u ofertan
nieves y otros productos de consumo rápido en la misma zona centro, pues, pese
a que hay un aviso de que sólo pueden estar dentro del local tres personas,
consta a quien esto escribe que hay personas que ni usan el gel, ni el tapete
satinizante y mucho menos respetan el número de personas autorizadas a ingresar
ni el orden de entrada. A los empleados sólo les interesa vender.
De muy poco ha servido invitar,
llamar a las personas de que si no le es muy necesario salir, se mantengan en
casa y que lo haga únicamente la persona que provee o que hace las compras, el
pedirles que si van a los establecimientos cumplan con los protocolos, lo que
no se cumple ni en el Jardín Cinco de Mayo, pues pese a que se colocaron cintas
plásticas indicando la prohibición, muchos ciudadanos, sobre todo jóvenes, sin
cubrebocas, hacen a un lado las cintas, las rompen y se ponen a hacer romance
como si no hubiese nada de qué cuidarse y cumplir. Esto sucede en el centro y
nadie les llama la atención. Claro están grandecitos, ya saben lo que hacen, y
lo que hacen es muy irresponsable.
De esto que se está viendo no se
puede culpar a quienes han hecho todo su mejor esfuerzo para evitarlo, las
autoridades municipales han hecho una muy buena mancuerna para implementar y
aplicar medidas tendientes a proteger a la población, a evitar su contagio de
esta enfermedad mortal, las personas que se han contagiado pueden morir, como
sucede en otras ciudades y poblaciones, en todo el mundo, y aún hay personas
que creen que el mal es un mito, una mentira, que no existe, una actitud torpe
que los pone en riesgo de contagio y de perjudicar a los demás, los que si
cumplen con las medidas y han guardado más del tiempo considerado como
cuarentena, con gente así, no se puede y de poco o nada sirven los esfuerzos y
llamados que se les haga para que se cuiden y con ello cuiden a los demás.
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