Pedro
Vargas Avalos
De que
la unión hace la fuerza no tenemos dudas. Y de que los políticos, por tal de
alcanzar un fin son capaces de vender su alma al diablo, tampoco.
Lo
anterior viene a cuento porque en la semana pasada se dieron dos noticias sobre
posibles alianzas de partidos políticos, en vistas desde luego a las elecciones
del año que viene, o sea, cuando falta casi un año para que se realicen, pues
serán el 6 de junio de 2021.
Claro,
lo que estará en juego es un platillo suculento para los que se dedican a la
política electoral: 500 diputaciones federales, 300 de mayoría simple y 200 de
representación proporcional; pero, además, en 27 Entidades federativas se eligen
diputados locales y en los municipios de 28 a los ayuntamientos, eso sin
olvidar que casi la mitad de Estados elegirán gobernador.
Ahora
bien, como dicen que a los que madrugan Dios les ayuda, los beatíficos señores
del partido blanquiazul fueron los primeros en días pasados, de lanzar el
anzuelo para buscar aliados. El inefable Marko Cortés, planteó a Movimiento
Ciudadano y a lo que resta del PRD, que se unieran en cierta proporción de
distritos electorales para enfrentar a Morena y López Obrador, que como ya
sabemos tienen el control de las Cámaras federales y de muchas legislaturas
locales. El fundamento de este dirigente “light”, es que como son esos tres
partidos “los que nos asumimos claramente oposición”, deben aliarse. Y eso que
sus principios ideológicos para nada son parecidos, pero como dice el refrán,
“el enemigo de mi enemigo, es mi mejor amigo”. En consecuencia, es aceptable
buscar aliados.
Lo
malo para el blanquiazul, es que el coordinador emecista, Clemente Castañeda,
senador jalisciense, rápido lo enfrió al decirle: “no es el momento de hacer
cálculos políticos y electorales, sino el momento de trabajar unidos para
salvar vidas y proteger la economía nacional”. Y en ese sentido, ni quien
contradiga al político alfarista.
Por
otra parte, Ángel Ávila Romero, dirigente interino nacional del PRD, manifestó
que su partido tiene previsto renovar su dirigencia nacional a finales de
agosto o principios de septiembre, por lo que hasta entonces podría definir una
posible alianza. En pocas palabras, no por mucho madrugar amanece más temprano.
Ahora
veamos lo que dicen los adversarios de los anteriores, los que defienden al
gobierno de la 4T, es decir de Andrés Manuel López Obrador. Originalmente eran
tres los aliados, los que barrieron en las elecciones de julio de 2018: Morena,
PT y PES; después, ya hechos gobierno, se les unió el que siempre va con los
ganadores, el PVEM, que en cierta manera y por ahora, ya que desapareció el
PES, ellos lo suplen y sigue siendo una Triple Alianza.
El
móvil relevante de esta especie de asociación, es defender al actual gobierno,
y en el fondo preservar sus privilegios, lógica consecuencia de que son los
mandones y quieren conservar tal distintivo para seguir haciendo historia.
Al
parecer, para esta alianza no hay obstáculos y en unos días la consolidarán. El
líder morenista, Alfonso Ramírez Cuéllar anunció que, como prueba de sus
coincidencias, el próximo 4 de julio, las tres formaciones realizarán una
"gran jornada nacional en las 64 mil secciones electorales" de México
(El Financiero, 18-06-20).
Alberto
Anaya, sempiterno dirigente petista, sin andarse por las ramas, aparte del
apoyo a la 4T, presentó a MORENA y al Verde, formalmente la propuesta para
iniciar conversaciones sobre el proceso electoral 2021. El par del anterior,
pero dentro del Verde, es el zacatecano y senador Carlos Puente Salas, quien
declaró que su partido está abierto a construir un diálogo para crear una
agenda que permita enfrentar los nuevos retos, para buscar respuesta a las
problemáticas del país. Y ya sabemos cuáles son los retos para los verdes:
conservar sus canonjías y que el mundo ruede.
El
que no ha dicho ni pío es el PRI, que yace arrinconado, disminuido y sin atinar
cómo salir de su marasmo, después de la paliza del 2018. Los que lo dirigen
nacional y localmente, están apocados, pero esperanzados en que el pueblo les
vuelva a dar otra oportunidad, atenidos a que el humano es el único ser que se
tropieza con la misma piedra.
Así
pues, tenemos un panorama de alianzas prematuras que la mera verdad da lástima,
por lo poco que les ofrecen a los mexicanos para salir adelante. Sin embargo,
no hay más cera que la que arde, así es que los ciudadanos estamos a tiempo de valorar
para en su momento decidir con buen tino.
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