Un
momento por favor
J. Jesús
Juárez Martín
El
aislamiento pedido por las autoridades en esta pandemia de COVID 19,
ha sido tan vulnerado que pareciera que no creemos a nuestras
autoridades del riesgo de la propagación de los contagios, la
temeridad de las familias que pretendieron y pretenden vacacionar fuera de su
lugar de residencia, debido al cierre de actividades industriales, educativas,
comerciales y algunas otras que fueron restringidas en busca de un control
mejor de la Pandemia; un sinfín de situaciones inesperadas e impensables se han
sucedido como respuestas a los lineamientos sanitizadores, desde
reconocimientos, apoyos, protestas, destrucción de patrullas y hasta convenios
de no sanitizar la población y negociar la no violencia debido a desinformación
tendenciosa a las comunidades.
No estamos acostumbrados a
limitaciones fácticas y hasta balbuceamos la garantía de tránsito
libre por el todo el país y razones van y vienen como premisas para argumentar
nuestro libre tránsito, y hasta existen aseveraciones desproporcionadas de la
realidad que la paralización de actividades económicas, producirán
más muertes que la misma Pandemia que se trata de mitigar con sana distancia,
aislamientos y atención médica la enfermedad que parece que en
Jalisco llega a su cúspide en estos días.
Felizmente
considero que es una estrategia adecuada porque está en manos de especialistas
de la salud no de políticos imperativos, descalificadores... si no
perfecta, ni del agrado de todos, creo que dará mejores resultados que los
arrebatos y puntadas de salir en forma intempestiva y todos a un tiempo de este
aislamiento hacia la vuelta a las actividades indispensables para sobrevivir.
Lo
sucedido es que vivimos estas crisis, que crecieron exponencialmente por
diversas actitudes acciones y decisiones inapropiadas que polarizaron
riesgos graves de vida y salud de los países y se vieron afectados el
desarrollo de los mismos. La vida comunitaria en el aislamiento pedido de
las familias, sensibilizó a todos los integrantes y cada quién reaccionó de
acuerdo a su formación, desafortunadamente algunos desaciertos crearon
violencia en la ya vapuleada familia por la amenaza de enfermedad. Ojalá se
restablezcan las buenas relaciones y se salga fortalecida del aislamiento la
familia.
Ya
nuestro país se apresta para experimentar de la mejor forma sugerida con la
conducción hacia la nueva normalidad, porque esta crisis marcó un antes y
después, terminó la normalidad que disfrutamos al inicio del año 2020, lo peor
sería que no se aprendiera las lecciones de dolor y muerte de los eventos
catastróficos e inesperados ya vividos. Entendamos que los sucesos dejan sus
consecuencias, llegó el COVIS 19 y con el él tendremos que coexistir, como
especie sapiens, reteniendo su peligrosidad con medicamentos,
cuidados sociales, vacunas; como se conviven con tantas otras
enfermedades enquistadas en la misma humanidad, Sida,
sarampión, habrá diversas opiniones de las decisiones y hasta del
origen del temido virus, pero para eso es la función de las autoridades y
esperemos obren con realismo, nos conduzcan a una mejor convivencia, para
beneficio colectivo.
Si
la crisis originó cadenas de eventos inesperados y o inevitables de carácter
catastrófico dependiendo de su tipología, afectaron las formas de
convivencia, de trabajo de relaciones del dinamismo económico y hemos
sobrevivido, que eso nos inspire en que el regreso a esa normalización de
hechos y trabajos sean de la mejor forma y la manera más ordenada, porque según
los pronósticos parece visualizarse el final del túnel de la travesía de nuestra
vida en aislamiento, difícil, pero necesario.
Que
esa convivencia familiar, que mostró lo mejor y peor de nuestra esencia humana,
no sólo personal sino como género humano, tengamos el control de esos instintos
de violencia, llevemos por el razonamiento en búsqueda de lo mejor y
optemos dando lustre a la racionalidad para ser mejores personas en la
construcción de la convivencia adecuada y productiva de la comunidad en
beneficio de la familia célula de la sociedad donde nos desenvolvemos.
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