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martes, 26 de mayo de 2020

Video juegos, ¿Un nuevo trabajo? Adulto joven



  


                                                       
Sandra Gómez


En una entrevista en TV-Azteca, realizada a un familiar de un jugador de la liga de videojuegos profesional (LVPmex), dijo la presentadora, ahora veamos: ¿Cómo el jugador, dijo a sus papás, que quería dedicarse a los jueguitos?, (…). Yo soy una madre de dos jugadores de LVPmex; y para empezar ¡no son jueguitos!

Al poner el encabezado de esta historia, pongo con signos de interrogación si es un nuevo trabajo. Y sí que lo es; es una carrera profesional, un deporte de alto rendimiento, que muchos simplemente no conocíamos.




He tenido la oportunidad de ser catedrática en UABC, y en nuestros planes y programas se muestra el perfil profesional de los egresados de las carreras que en esa Universidad se ofrecen. “Hoy con pesar veo que algunos quienes dan clases les comentan a sus alumnos que eso es obsoleto” (…). En efecto existen unas carreras profesionales que se deben transformar o actualizar, y también existen algunas nuevas para las que todavía no se han elaborado los planes y programas de estudio.

Desde mi rol como investigadora en Educación considero que los catedráticos no deberían hacer esos comentarios sin antes conocer todo el mapa curricular que hay detrás de cada carrera; el diseño curricular es punto y aparte, y cada materia es un eslabón pensado para completar una “imagen” o perfil profesional, cada materia es una pieza que se pensó para encajar en una retícula mayor, por lo que si cuando se le ofrece la materia al maestro no está dispuesto a cumplir con las temáticas que se asignaron, es mejor que no la tome.

Toda carrera profesional, nace de una necesidad, generalmente hay un “mercado” para los egresados de esta. Idealmente cada Universidad, hace un estudio de necesidades y así nacen las carreras técnicas y profesionales. Los jugadores de LVP, no son la excepción. Existe un mercado de oferta y demanda para quienes han desarrollado los conocimientos, habilidades y actitudes para ser jugadores con este perfil, se resume en personas con “la competencia” necesaria para enfrentar los retos de estar en este “nivel”.




En educación, utilizamos el termino competencia de acuerdo a la definición del proyecto Tuning que la define como: “una combinación dinámica de atributos, en relación a conocimientos, habilidades y responsabilidades, que describen los resultados de un aprendizaje programado educativo a lo que los alumnos son capaces de demostrar al final de un proceso educativo” (Bezanilla, 2003).

Otro autor: Philip Perrenoud, menciona que la noción de competencia tiene muchos significados, (…) es: una capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, esta se apoya en conocimientos, pero no se reduce a ellos (Perrenoud, 2011, pp.7-10).

Los jugadores aprenden por descubrimiento (Learning by discovery, pp.121-122), este tipo de aprendizaje consiste en la adquisición de conceptos, principios o contenidos a través de un método de búsqueda activa, sin información inicial sistematizada del contenido de aprendizaje (1). En el aprendizaje por descubrimiento el alumno descubre reglas, y/o claves necesarias para la solución del problema. Este tipo de enseñanza coloca en primer plano el desarrollo de destrezas de investigación del escolar, y se basa principalmente en el método inductivo. Los factores que influyen en la forma en que se adquieren los conceptos por descubrimiento inductivo se relacionan con la adquisición de: a) los datos, en referencia a las funciones de cada personaje utilizado para potenciar sus características individuales; b) el contexto, con cinco roles distintos que cada miembro del equipo ejecuta con funciones específicas; c) el individuo, el o la jugadora además debe tener habilidades interpersonales y habilidades analíticas, entre otras;  d) el ambiente inmediato, en referencia a las capacidades más allá de la autodisciplina, compromiso, motivación, responsabilidad individual,  confianza en sí mismo y en su equipo (…).

Los jugadores de alto nivel practican, y practican, y vuelven a practicar; reflexionan sobre su quehacer, planean y ejecutan estrategias, y con eso desarrollan competencias que les sirven para aprender a interactuar (a distancia o presencial), el resultado como persona es que trabajan con la regulación de su adrenalina y desarrollan una resistencia y/o manejo del estrés, deseable para nuestros nuevos trabajos. Asimismo, desarrollan una capacidad “particular” de comunicación, desarrollan la resiliencia y la empatía, los jugadores son un “grupo aparte”. De mis observaciones, de los jugadores puedo compartir que en las competencias se “pelean a muerte”, pero fuera de ahí, son amigos y se tienen respeto y admiración mutua.




La capacidad de trabajar en equipo es una de las claves para el éxito en estos torneos, se pueden tener “estrellitas” individuales y si no saben trabajar en equipo y hacerse responsables de manera individual, el trabajo colectivo se puede perder. Practican los valores de paciencia, perseverancia, la escucha activa, la flexibilidad; su tolerancia a la frustración se pone a juego y entrenan a su cerebro a generar patrones de respuesta habituales que pueden “salvar la batalla”.
Sin duda, los recursos físicos como tener el mejor equipo de computadora, mouse, teclado, monitor, audífonos, la silla, la velocidad del internet (…), entre otros son importantes, pero todas las horas de practica que tiene en su haber marcan la diferencia entre cada uno de los jugadores(as).

Al ser un nuevo trabajo, requiere que sus operadores aprendan sobre la práctica. Basada en mis observaciones puedo acotar que han <>; las formas que usan los recursos tecnológicos son innovadoras, y la evolución de las Nuevas tecnologías es tan rápida que los “jugadores” aprenden a buscar información de manera autodidacta y desarrollan grupos en los que el idioma generalmente es el inglés; por lo que, a todo aquello relacionado a las competencias del uso y manejo de la tecnología, el nuevo vocabulario técnico se suma el hablar de manera fluida en inglés.

Otra de las habilidades mentales a desarrollar se fundamenta en que los jugadores deben guardar en su mente imágenes de los escenarios posibles en los que suceden las batallas e imaginar cual será la estrategia de sus opositores. ¡Seguramente su cerebro brilla con tantas conexiones sinápticas encendidas a la hora de “jugar”!

Para llamarlo trabajo se requiere que exista un pago, dirían por ahí, ¡por eso es un trabajo!; Para el caso de mis hijos y de algunos de los entrevistados, no lo hacen únicamente por la recompensa económica; realmente disfrutan “jugar”.

Como madre me preocupaba que si tuvieran una lesión física que les impidiera jugar, ¿Qué pasaría?, han invertido años para lograr alcanzar ese nivel de competencia (…). Y cada vez confirmo al hablar con ellos que aun si perdieran alguna de sus habilidades motrices ellos podrían seguir trabajando en esa área.  Asimismo, puedo observar que los conocimientos, habilidades y actitudes, derivadas y/o desarrolladas de la práctica de los video juegos las podrán aplicar a su vida laboral en otras áreas si así lo desean.

En educación el aprendizaje por descubrimiento presenta problemas, es decir, se cometerán errores, y de estos habrá que aprender y en algunos casos no son admisibles (…) existe un efecto en todo lo que se hace o deja de hacerse.
No conozco algún plan de estudios a nivel técnico y/o universitario para formar jugadores profesionales, es algo tan novedoso que las aproximaciones que he visto son solo eso (…), de alguna forma también seria para quienes hicieran un mapa curricular un aprendizaje por ensayo y error, entendido como la ley del efecto (Dicc.; 2002, p.122).

Si su hijo desea dedicarse a ser jugador profesional de la LPVmex, deberá primero medirse entre muchos quienes hacen esta actividad, por lo que requerirá sentirse motivado, ser auto-disciplinado, tener compromiso, confianza en sí mismo, haber desarrollado las competencias sociales, aprender a manejar el estrés, además de tener una gran pasión, y muchas horas practicas antes de poder recibir dinero a cambio de su esfuerzo.

Como investigadora y madre le digo, no es diferente a otras profesiones de alto rendimiento, los escenarios, los conocimientos, las habilidades cambian (…) y es un quehacer. Si realmente lo desea lo hará, el joven buscara la forma y negociara lo necesario para lograr su objetivo; la función de los padres es guiarlos, formarlos en valores para que lo que decidan sean conscientes de que tendrán que invertir, tiempo, dinero y esfuerzo en su autoformación para lograr el nivel competitivo.

Sin más por el momento, me despido hasta la próxima historia de vida de Sandra.

Referencias:
Diccionario de la Ciencias de la Educación. (2002). Editorial Santillana, México D.F., México.
Bezanilla, M. (julio 2003). El proyecto Tuning y las competencias específicas. Seminario Internacional. Orientaciones pedagógicas para la convergencia europea de Educación Superior. Universidad de Deusto.
Perrenoud, P. (2011). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Editorial Grao/colofón; México D.F., México.



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