Sandra
Gómez
En
una entrevista en TV-Azteca, realizada a un familiar de un jugador de la liga
de videojuegos profesional (LVPmex), dijo la presentadora, ahora veamos: ¿Cómo
el jugador, dijo a sus papás, que quería dedicarse a los jueguitos?, (…). Yo
soy una madre de dos jugadores de LVPmex; y para empezar ¡no son jueguitos!
Al poner el encabezado de esta
historia, pongo con signos de interrogación si es un nuevo trabajo. Y sí que lo
es; es una carrera profesional, un deporte de alto rendimiento, que muchos
simplemente no conocíamos.
He tenido la oportunidad de ser
catedrática en UABC, y en nuestros planes y programas se muestra el perfil
profesional de los egresados de las carreras que en esa Universidad se ofrecen.
“Hoy con pesar veo que algunos quienes dan clases les comentan a sus alumnos
que eso es obsoleto” (…). En efecto existen unas carreras profesionales que se
deben transformar o actualizar, y también existen algunas nuevas para las que
todavía no se han elaborado los planes y programas de estudio.
Desde mi rol como investigadora en
Educación considero que los catedráticos no deberían hacer esos comentarios sin
antes conocer todo el mapa curricular que hay detrás de cada carrera; el diseño
curricular es punto y aparte, y cada materia es un eslabón pensado para
completar una “imagen” o perfil profesional, cada materia es una pieza que se
pensó para encajar en una retícula mayor, por lo que si cuando se le ofrece la
materia al maestro no está dispuesto a cumplir con las temáticas que se
asignaron, es mejor que no la tome.
Toda carrera profesional, nace de
una necesidad, generalmente hay un “mercado” para los egresados de esta.
Idealmente cada Universidad, hace un estudio de necesidades y así nacen las
carreras técnicas y profesionales. Los jugadores de LVP, no son la excepción. Existe
un mercado de oferta y demanda para quienes han desarrollado los conocimientos,
habilidades y actitudes para ser jugadores con este perfil, se resume en
personas con “la competencia” necesaria para enfrentar los retos de estar en
este “nivel”.
En educación, utilizamos el termino
competencia de acuerdo a la definición del proyecto Tuning que la define como:
“una combinación dinámica de atributos, en relación a conocimientos,
habilidades y responsabilidades, que describen los resultados de un aprendizaje
programado educativo a lo que los alumnos son capaces de demostrar al final de
un proceso educativo” (Bezanilla, 2003).
Otro autor: Philip Perrenoud,
menciona que la noción de competencia tiene muchos significados, (…) es: una
capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, esta se
apoya en conocimientos, pero no se reduce a ellos (Perrenoud, 2011, pp.7-10).
Los jugadores aprenden por
descubrimiento (Learning by discovery, pp.121-122), este tipo de aprendizaje
consiste en la adquisición de conceptos, principios o contenidos a través de un
método de búsqueda activa, sin información inicial sistematizada del contenido
de aprendizaje (1). En el aprendizaje por descubrimiento el alumno descubre
reglas, y/o claves necesarias para la solución del problema. Este tipo de
enseñanza coloca en primer plano el desarrollo de destrezas de investigación
del escolar, y se basa principalmente en el método inductivo. Los factores que
influyen en la forma en que se adquieren los conceptos por descubrimiento
inductivo se relacionan con la adquisición de: a) los datos, en referencia a
las funciones de cada personaje utilizado para potenciar sus características
individuales; b) el contexto, con cinco roles distintos que cada miembro del
equipo ejecuta con funciones específicas; c) el individuo, el o la jugadora
además debe tener habilidades interpersonales y habilidades analíticas, entre
otras; d) el ambiente inmediato, en
referencia a las capacidades más allá de la autodisciplina, compromiso,
motivación, responsabilidad individual, confianza en sí mismo y en su equipo (…).
Los jugadores de alto nivel
practican, y practican, y vuelven a practicar; reflexionan sobre su quehacer,
planean y ejecutan estrategias, y con eso desarrollan competencias que les
sirven para aprender a interactuar (a distancia o presencial), el resultado
como persona es que trabajan con la regulación de su adrenalina y desarrollan
una resistencia y/o manejo del estrés, deseable para nuestros nuevos trabajos.
Asimismo, desarrollan una capacidad “particular” de comunicación, desarrollan
la resiliencia y la empatía, los jugadores son un “grupo aparte”. De mis
observaciones, de los jugadores puedo compartir que en las competencias se
“pelean a muerte”, pero fuera de ahí, son amigos y se tienen respeto y
admiración mutua.
La capacidad de trabajar en equipo
es una de las claves para el éxito en estos torneos, se pueden tener
“estrellitas” individuales y si no saben trabajar en equipo y hacerse
responsables de manera individual, el trabajo colectivo se puede perder.
Practican los valores de paciencia, perseverancia, la escucha activa, la
flexibilidad; su tolerancia a la frustración se pone a juego y entrenan a su
cerebro a generar patrones de respuesta habituales que pueden “salvar la
batalla”.
Sin duda, los recursos físicos como
tener el mejor equipo de computadora, mouse, teclado, monitor, audífonos, la silla,
la velocidad del internet (…), entre otros son importantes, pero todas las
horas de practica que tiene en su haber marcan la diferencia entre cada uno de
los jugadores(as).
Al ser un nuevo trabajo, requiere
que sus operadores aprendan sobre la práctica. Basada en mis observaciones
puedo acotar que han <>; las formas que usan
los recursos tecnológicos son innovadoras, y la evolución de las Nuevas tecnologías
es tan rápida que los “jugadores” aprenden a buscar información de manera autodidacta
y desarrollan grupos en los que el idioma generalmente es el inglés; por lo
que, a todo aquello relacionado a las competencias del uso y manejo de la
tecnología, el nuevo vocabulario técnico se suma el hablar de manera fluida en
inglés.
Otra de las habilidades mentales a
desarrollar se fundamenta en que los jugadores deben guardar en su mente imágenes
de los escenarios posibles en los que suceden las batallas e imaginar cual será
la estrategia de sus opositores. ¡Seguramente su cerebro brilla con tantas
conexiones sinápticas encendidas a la hora de “jugar”!
Para llamarlo trabajo se requiere
que exista un pago, dirían por ahí, ¡por eso es un trabajo!; Para el caso de
mis hijos y de algunos de los entrevistados, no lo hacen únicamente por la recompensa
económica; realmente disfrutan “jugar”.
Como madre me preocupaba que si
tuvieran una lesión física que les impidiera jugar, ¿Qué pasaría?, han
invertido años para lograr alcanzar ese nivel de competencia (…). Y cada vez
confirmo al hablar con ellos que aun si perdieran alguna de sus habilidades
motrices ellos podrían seguir trabajando en esa área. Asimismo, puedo observar que los
conocimientos, habilidades y actitudes, derivadas y/o desarrolladas de la práctica
de los video juegos las podrán aplicar a su vida laboral en otras áreas si así
lo desean.
En educación el aprendizaje por
descubrimiento presenta problemas, es decir, se cometerán errores, y de estos
habrá que aprender y en algunos casos no son admisibles (…) existe un efecto en
todo lo que se hace o deja de hacerse.
No conozco algún plan de estudios a
nivel técnico y/o universitario para formar jugadores profesionales, es algo
tan novedoso que las aproximaciones que he visto son solo eso (…), de alguna
forma también seria para quienes hicieran un mapa curricular un aprendizaje por
ensayo y error, entendido como la ley del efecto (Dicc.; 2002, p.122).
Si su hijo desea dedicarse a ser
jugador profesional de la LPVmex, deberá primero medirse entre muchos quienes
hacen esta actividad, por lo que requerirá sentirse motivado, ser
auto-disciplinado, tener compromiso, confianza en sí mismo, haber desarrollado
las competencias sociales, aprender a manejar el estrés, además de tener una
gran pasión, y muchas horas practicas antes de poder recibir dinero a cambio de
su esfuerzo.
Como investigadora y madre le digo,
no es diferente a otras profesiones de alto rendimiento, los escenarios, los
conocimientos, las habilidades cambian (…) y es un quehacer. Si realmente lo
desea lo hará, el joven buscara la forma y negociara lo necesario para lograr
su objetivo; la función de los padres es guiarlos, formarlos en valores para
que lo que decidan sean conscientes de que tendrán que invertir, tiempo, dinero
y esfuerzo en su autoformación para lograr el nivel competitivo.
Sin
más por el momento, me despido hasta la próxima historia de vida de Sandra.
Referencias:
Diccionario
de la Ciencias de la Educación. (2002). Editorial Santillana, México D.F.,
México.
Bezanilla,
M. (julio 2003). El proyecto Tuning y las competencias específicas. Seminario
Internacional. Orientaciones pedagógicas para la convergencia europea de
Educación Superior. Universidad de Deusto.
Perrenoud,
P. (2011). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Editorial
Grao/colofón; México D.F., México.
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