jueves, 7 de mayo de 2020

Periodismo en la pandemia










Rafael Martínez Rodríguez


Primero que nada, agradezco a la dirección de este diario por brindarme de nueva cuenta un espacio para la crítica constructiva, para la opinión, para el debate de temas relevantes que impactan nuestra sociedad y el entorno en el que vivimos, y abro precisamente un tema anexo al periodismo en estos tiempos de crisis por la pandemia. La crisis en todos los aspectos que se manifiesta en la pandemia del Coronavirus (covid19), sin duda alguna es de observar la responsabilidad y la ética que los periodistas deben ejercer a la hora de informar sobre esta crisis de salud por la que atraviesa nuestro planeta, donde vemos inundadas las redes sociales, los noticieros, la radio, los periódicos etc., toda clase de información verídica y no verídica respecto al tema, en algunas ocasiones los mismos periodistas de diferentes medios se contradicen respecto a la información circulante, algunos agregando su toque periodístico con el único objetivo de infundir pánico en su audiencia para mezquinamente atraer más auditorio.

          La responsabilidad en el ejercicio del periodismo van de la mano con la ética con la que se ejerce esa noble profesión de informar, por ello, en estos tiempos de crisis se pone a prueba las actitudes de los periodistas para el buen manejo de la información y, la forma adecuada de trasmitirla sin dejar vacíos o espacios para las suspicacias, y más relevante se vuelve su responsabilidad cuando se trata de un tema de salud mundial. En las redes sociales y  en la televisión vemos un sinfín de noticias respecto a la pandemia, información que incluso sale fuera de la lógica, contradiciendo los informes científicos y desembocando a una incertidumbre que desarrolla miedo en la población, como lo es el caso de un famoso periodista de la televisora Azteca, quien sugiere hacer caso omiso a las recomendaciones del vocero del gobierno de la Republica, quien a su vez, es encargado de dar los informes respecto al COVID19 cuya función es comunicar de forma oficial lo relevante a esta epidemia, de lo cual, el periodista con serias directrices políticas hace afirmaciones de un tema de salud que a nivel mundial está impactando, y sus comentarios tendenciosos no hacen otra cosa que confundir a la audiencia, ejerciendo el periodismo sin raciocinio, sin ética, sin profesionalismo y sobre todo, sin responsabilidad. 




Estos momentos de crisis son una oportunidad para que los periodistas profesionales se hagan notar con su más alto sentido ético de informar y con la mayor responsabilidad hacia su audiencia, separándolos de los periodistas de ocasión o del amarillismo que muchos medios de comunicación realizan, pues siempre en las dificultades se puede seleccionar a los más evolucionados periodísticamente hablando, para generar un parteaguas en la información y generar certeza en tiempos de incertidumbre. Hago un llamado a la seriedad periodística, exhortando a los que ejercen esta noble profesión de informar, a los que están dentro de los medios de información, para que realicen y lleven la noticia verdadera sin censuras políticas ni económicas, sin restricciones ni miedos, llevando la nota y edición con sentido moralista, con el más alto grado de compromiso con la sociedad que esta sedienta de noticias verdaderas y casada de información falsa que es compartida de forma indiscriminada en redes sociales. 

Dicho lo anterior, como sociedad no solo debemos esperar información verídica, sino debemos exigirla y castigar con la indiferencia a los medios de comunicación que transmiten información alterada, desfigurada o tendenciosa, no podemos permitirnos en la era de las tecnologías una conducta pasiva ante el periodismo falaz y sin escrúpulos a la hora de informar un caso de salud mundial; termino con la frase del periodista argentino Rodolfo J. Walsh Gill “EL PERIODISMO ES LIBRE O ES UNA FARSA”.              


  


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