Samuel Gómez Patiño
Una herramienta utilizada por
mercadólogos y empresarios para analizar los cambios en el mercado es el FODA
por sus siglas en español o SWOT por sus siglas en inglés. El administrador
debe de catalogar las fuerzas internas y externas, las primeras son atribuibles
a la empresa y las segundas al medio ambiente. Las fuerzas internas, si
impulsan la ventaja competitiva decimos que nos dan fortalezas y, caso
contrario muestran las debilidades. En el caso del ambiente, cuando nos
presentan ventajas hablamos de oportunidades y cuando no es así, decimos que
son amenazas.
Dicen
que cuando la marea baje, se va a notar quien nada desnudo. Si bien es cierto,
el COVID-19 nos sorprendió, también es cierto que siempre es mejor prevenir que
corregir, en otras palabras, siempre debemos estar preparados para cualquier
contingencia y en estos muchos empresarios, incluyendo al gobierno los
agarraron descobijados o desnudos.
Hablemos
primero de las fuerzas externas. Las empresas deben prestar atención a los
cambios que suceden a su alrededor. Pueden ser cambios legales, políticos,
tecnológicos, culturales y hasta sociales. En esta contingencia, para hoteles,
restaurantes y lugares turísticos así como todos los que se dedican a
actividades donde se reúnan muchas personas las han afectado desde diversos
factores, por ejemplo, legales porque el gobierno tratando de evitar las
aglomeraciones les ha obligado a dejar de prestar los servicios y de esto se
han derivado otras amenazas, como el cambio socio-cultural, ya que pesar de que
haya personas que todavía no creen en los efectos de la enfermedad en general
la población se ha resguardado y por lo tanto evitan en lo posible salir a
comer o divertirse.
Los
aspectos políticos han desarmado al gobierno ya que su actuación no ha sido tan
certera (reconozco que no todo es su culpa) porque parece que cuidan más los
votos que la salud de la población y por eso se han mostrado titubeantes (esto
no ha sido exclusivo de México), y al no existir una directriz rápida y eficaz
los ha dejado a la deriva, por ejemplo, es o no una empresa esencial y seguimos
con la incertidumbre si cierro o sigo trabajando. Mientras tanto vemos empresas
que ya tienen un acumulado de enfermos y decesos por la falta de decisión.
Ahora
bien, en las fuerzas externas mientras surgen amenazas para algunas de ellas
desde el medio ambiente, otras se ven favorecidas. Esto equivale a la ley de la
conservación de la energía que dice: “la energía no se crea ni se destruye solo
se transforma”, y la cual pudiéramos parafrasear como “las fuerzas del mercado
no se destruyen solo evolucionan” por lo que las empresas que logren el cambio
correcto sobrevivirán, en cambio aquellas que no puedan reaccionar dejarán el
camino abierto a otras.
Lo
podemos observar en la industria gastronómica, la fuerza de un restaurante está
en lo que ofrece, una buena ubicación,
un menú exquisito, comodidad en el local, servicio de excelencia y precios
competitivos. Primero las disposiciones legales emitidas por los gobiernos a
nivel nacional y regional, como dejar de prestar el servicio en sus locales
evitando la reunión de las personas en sus instalaciones, esta fue la amenaza.
Sin embargo, dentro de las disposiciones también se les dio el permiso de poder
atender con servicio exclusivo para llevar, aquí nace la oportunidad. Los
lugares de comida que pueden transformar su actividad de atención en el local
para hacerlo de forma exclusiva para que el comensal lo lleve a su casa,
transformaron la amenaza en oportunidad de mercado.
Ahora
bien, para poder aprovechar esta oportunidad las empresas deben mejorar sus
fuerzas internas, aprovechar sus fortalezas y disminuir sus debilidades.
Siguiendo con el mismo ejemplo gastronómico, no todos los restaurantes estaban
preparados para convertir su negocio en comida solo para llevar. Esto conlleva,
proceso de cocinar diferente, que incluye la atención diferente del mesero,
platillos diferentes para llevar, y en muchos casos uso de la tecnología, por ejemplo,
tener además del teléfono otros medios, como pueden ser las redes sociales y
servicios como Uber Eats. Es posible que, hasta la forma de cobrar, ya que
sería útil poder cobrar con las tarjetas de débito o de crédito.
Es
probable que algunas empresas prefieran no abrir que arriesgarse, pero al final
no sabemos si cuando pase esta contingencia (probablemente no sea en un mes),
habrán sobrevivido aquellas que estaban preparadas de antemano o las que
tuvieron la capacidad de adaptarse a los cambios del mercado.
Lo
único seguro, que mientras unas pierdan irremediablemente otras saldrán
victoriosas.
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme
al correo samuelgomez@uabc.edu.mx
o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Director del Área 1 y
Miembro del Club Toastmasters
Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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