Víctor
Hugo Prado
Frente
a la pandemia no nos queda a los jaliscienses más que reconocer que las medidas
adoptadas por el gobierno de Jalisco con apoyo de diferentes sectores sociales
han sido fundamentales para mantenernos en una posición de contención de la
epidemia en los niveles más bajos de la esfera nacional.
Mientras que en el país la tasa de
letalidad por cada 100 casos confirmados es de 9.51 %, en Jalisco es del 8,
ocupando el lugar 22; si comparamos el desempeño por tasa de mortalidad por
cada millón de habitantes, tenemos que Jalisco alcanza tan solo el 3.6 %,
ocupando el lugar 29; en el contexto nacional es del 15.3%.
Las
medidas de contención que se recomiendan, aunque rayan en el hartazgo, hay que
repetirlas hasta el cansancio: Quédate en casa, recuerda que solo salen quienes
realizan tareas prioritarias; no saludes de mano ni de beso, si sales usa cubre
bocas, utiliza gel antibacterial, lávate las manos con frecuencia, tose de
etiqueta.
De
seguir cumpliendo con las recomendaciones, más temprano que tarde, es decir
este mismo mes, podríamos iniciar la recuperación de la economía, que es el
otro gran frente abierto que lastima a todos los mexicanos y por supuesto a los
jaliscienses. Hay razones numéricas para creer en eso, y las acciones nos lo
dicen. Vamos por la ruta correcta. No hay que desfallecer, vamos a aguantar, a
dar la batalla desde la casa.
No
olvidemos que vienen los días de mayor posibilidad de contagio, se estima que
entre el 6 y el 10 de mayo. Eso dicen los especialistas que llevan la política
epidemiológica, no dejemos que nos rebase la pandemia que ayer en el país
alcanzó 24,905 contagios y 2,271 fallecimientos. De esos 551 corresponden a Jalisco
con 34 fallecidos.
Que
no nos suceda lo mismo que en algunas regiones de Estados Unidos, España e
Italia; quizá los más castigados, y eso que cuentan con una mejor capacidad
hospitalaria y de atención, la pandemia pasó sobre ellos dejando a miles de
familias incompletas. Los testimonios de lo ocurrido es oro para aprender de la
experiencia. Entre las pérdidas hubo muchos profesionales de la salud que
consagran su servicio al salvar vidas, a encontrar la salud de quienes la han
perdido. Por ello, una vez más valga nuestro reconocimiento y agradecimiento a
los profesionales de salud: médicos, enfermeras, laboratoristas, técnicos,
trabajadores de limpieza, administrativos, camilleros, conductores de
ambulancias.
Para
concluir le quiero compartir una frase que leí en Milenio, es de Diego Fernández
de Ceballos, pero más allá de su procedencia, hay que reconocer que tiene un
profundo contenido: “Cuídese. Si puede, guárdese. Es preferible encierro que
entierro; vale más confinado que finado”.
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