martes, 12 de mayo de 2020

El trabajo colaborativo docente en tiempos de pandemia




                                     

 

Dra. Sandra Gómez

 


Mi muy querido colega, nos ha tocado vivir un tiempo en el que algunas veces se nos hace dudar que nos tengamos que preparar para ser maestros (…), algunos creen que para dar clases solo se requiere saber de algún tema y sin duda coincidirás conmigo que quien se dice ser maestro además de impartir conocimientos coadyuva en el desarrollo de otros aspectos del alumno (a); como por ejemplo las áreas del desarrollo de habilidades para la enseñanza y el aprendizaje, sin descuidar el área de la sensibilización. El maestro debe encontrar la vinculación entre la toma de conciencia de su quehacer y de la participación activa del alumno en su propio aprendizaje. Considero que de poco sirve la información sino se le ha enseñado al alumno a “filtrarla” es decir, sino se le ha enseñado a dudar y a preguntarse a sí mismo y a buscar en fuentes “certificadas” aquello que necesita “saber”.

Las contingencias sanitarias no son ajenas a nuestro ámbito; a decir de mi maestra y mentora la Dra. María Esther Uriegas “los maestros cambian vidas”; nuestra sola presencia al frente de un grupo hace un cambio en la forma en que los alumnos interpretan los hechos.  Los docentes debemos seguir preparándonos para poder comunicar conocimientos a nuestros alumnos y sus familias. Los maestros debemos ofrecer orden en la información, claridad en los mensajes y certeza en la evaluación que nos corresponda.


Los maestros debemos prepararnos para el peor de los escenarios en una pandemia y esperar el mejor de los resultados en el aprendizaje de nuestros alumnos.  Mientras la Secretaria de Educación Pública, se reagrupa y nos envía medidas precautorias (…), los docentes ya debemos tener claro los contenidos que debemos impartir a nuestros pupilos y actuar en consecuencia.




Es momento de auto-evaluación de nuestro quehacer. Revisar nuestras fortalezas, y capitalizar nuestras habilidades docentes en pro de atender aquellas posibles debilidades en el uso de herramientas (TICS) y aprendizaje por cooperación. Es momento de trabajar de manera colaborativa y mostrar una educación que atienda la transversalidad de los contenidos académicos.  Mostrar un frente común entre los maestros de un mismo grado académico lo que será significativo para el estudiante en tiempos de “caos”. Anderson (1989) escribe que, los procedimientos de aprendizaje cooperativo son superiores al mero logro alcanzado; las relaciones que se hacen entre pares, el sentimiento de una alta autoestima unida al desarrollo de la habilidad de trabajar juntos, fortalece carreras y amistades que perduraran a través del tiempo. En síntesis, para dominar el aprendizaje colaborativo debe haber una buena comunicación entre todos los involucrados (1).  De acuerdo con la Dra. Uriegas, dentro de las características de la técnica por cooperación debe haber por lo menos cinco elementos clave: 1. Interdependencia positiva; 2. Interacción directa; 3. Responsabilidad individual; 4. Habilidades de colaboración; 5. Proceso grupal (2). Trabajar con esta técnica particularmente en situaciones desconocidas, puede resultar particularmente enriquecedor para todos los involucrados, es una forma de aprender por descubrimiento.


Los docentes somos un ejemplo a seguir para el alumno, de ahí que cambiamos su vida, trabajemos en que ese ejemplo que damos, sea adecuado y le aporte a nuestro alumno “sentido” para su desarrollo integral que incluye lo académico. A manera de sugerencia le comparto: sin duda, los maestros debemos hacer nuestro quehacer docente (…) aún bajo la contingencia sanitaria los maestros debemos dar clase; debemos mantener abiertos los canales de comunicación con nuestros alumnos; y ofrecerles certeza y apoyo académico, por ejemplo, estableciendo horarios y/o medios de atención a sus grupos de chat.


Sin duda estamos aprendiendo todos (…), reflexionemos acerca de la pandemia en compañía de nuestros alumnos, sin descuidar el propósito de la materia que se imparte. De ser necesario, canalice a su alumno a alguna red de apoyo emocional. No es tiempo de desarticular programas académicos, sino de consolidar contenidos y desarrollar en el alumno habilidades que le permitan el autoaprendizaje, con apoyo de sus congéneres, teniéndole a usted como guía.

  

Anderson, L. (1989). The effective Teacher, study guide and readings.  Random House New York, United States of America. pp.175-184

Uriegas, M.E. (2004). Estrategias generales de instrucción para el apoyo del profesor. Ediciones FICED, Tijuana B.C. México. pp.21-22




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