Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
Ahora
que todo está mal, porque antes parecía que todo estaba bien, que no había tala
clandestina, cambios de uso de suelo y un mal y generalizado manejo del bosque,
más de 210 representantes del sector forestal hacen un llamado al gobierno
federal a desarrollar una estrategia conjunta que incida de forma positiva en
la gestión sostenible de los recursos forestales y en el bienestar de personas
que dependen de la actividad.
Alertan que la actual crisis
sanitaria significará un cambio en la forma de vida, trabajo y consumo en
torno al sector forestal, lo que impactará negativamente en el bienestar
social, económico y ambientar del país, poniendo en riesgo su supervivencia, lo
que podría comprometer la estabilidad del tejido social productivo ante los
efectos de la recesión originada por la pandemia y la pérdida de competitividad
del bosque u otros usos de suelo.
Y van más allá, pues menciona que, de
no abordarse esta problemática de manera contundente y decisiva, se
incrementará y generalizará el riesgo de deforestación. Consideran que se debe reconocer
la importancia del sector forestal impulsando las políticas gubernamentales y
las asignaciones presupuestarias hacia una economía sostenible de empresas
comunitarias que tengan y promuevan buenas prácticas, así como la creación de
un fondo de contingencia para salvaguardar al sector forestal y las actividades
de silvicultura en futuras crisis.
Además, para retribuir a los núcleos
agrarios su labor, es necesario generar mecanismos de compensación económica
para el sector privado que no cumpla con las medidas necesarias de desarrollo
sostenible, así como eficientar la cooperación de dependencias gubernamentales
para frenar la tala clandestina, la corrupción, el tráfico de vida silvestre y
el cambio de uso de suelo, así como para agilizar y reducir la tramitología con
el fin de facilitar el manejo forestal sostenible.
El documento base de este comentario
indica que México cuenta con una superficie forestal, incluyendo todo tipo de
ecosistemas, de 137.8 millones de hectáreas. Esto equivale al 47.7% de la
superficie total del país. De esta superficie, 62.6 millones de hectáreas son
propiedad social, es decir, pertenecen a ejidos y comunidades.
Actualmente, cerca de 5.5 millones
de hectáreas tienen permiso de aprovechamiento para extraer madera, de las
cuales sólo 1.3 millones de hectáreas cuentan con certificación internacional
de buen manejo forestal.
Estos datos indican claramente que
en el país hay un mal manejo del recurso forestal, pues si hay permiso de
aprovechamiento para extraer madera de 5.5 millones de hectáreas, y de éstas
solo 1.3 millones cuentan con certificación internacional de buen manejo
forestal, más que presupuesto inyectado a empresas que no producen más que daño
al medio ambiente, lo justo es que el Gobierno Federal, estatal y municipal en
sus respectivas competencias, frenen la tala clandestina, combatan la
corrupción, el tráfico de vida silvestre y el cambio de uso de suelos, como se
pide por los quejosos.
En la zona sur de Jalisco esto es el
pan de cada día, hay tala clandestina en zonas boscosas otorgadas a ejidos,
propiedad privada y hasta el áreas presuntamente protegidas, entre ellas el
Parque Nacional Nevado de Colima, lo que aumentó desde el término de la
concesión que por medio siglo se otorgó a la paraestatal papelera de
Atenquique, proliferando el surgimiento y operación de aserraderos, cambios de
uso de suelo, proyectos de aprovechamiento silvícola de los cuales nada se ha
sabido hasta el momento si fueron éxito o fracaso, como el que se produjo en el
municipio de Tecalitlán.
Tratando de ser propositivos, sí es
cierto que debe haber cambios, sobre todo de mentalidad. La mayoría de los
ejidos que poseen recursos forestales sufren esta depredación, incluso hasta
por quienes han sido sus dirigentes, no valoran lo que tienen, sí debe
dedicarse más presupuesto para dedicar más vigilancia y control en todos los
recursos naturales, obligar a que se respeten las leyes y reglas para su
conservación y protección, no para que siga más de lo mismo, cada vez se pierde
más por depredación, incendios y cambios de uso de suelo que nadie sanciona,
situación que se da con la complicidad de “autoridades” y poseedores de estos
bienes nacionales.
EL DATO
·
El
0.06 % de la superficie forestal del estado ha sido afectada por incendios.
·
El
99 % de los incendios forestales son consideraron superficiales, solo en el 3%
se registró afectación de arbolado adulto.
·
El
17% de los incendios forestales ha afectado Áreas Naturales Protegidas.
·
El
80% de los siniestros se ha liquidado en menos de 24 horas; la duración
promedio de un incendio, desde su reporte hasta su liquidación, es de 8 horas.
·
En
el 28% de los incendios forestales se ha utilizado el equipo aéreo y
participado con 516 descargas de agua.
·
La
Semadet encabeza la mayor presencia en incendios forestales en el estado con
1,045 elementos activos en combate (días hombre), mientras que 40% de los
siniestros han sido combatidos por brigadas municipales.
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