Samuel Gómez Patiño*
Hace casi un año, recibí una
llamada de la señora Verónica Sánchez para invitarme a un proyecto bastante
interesante. Me invitaba a que la organización Toastmasters participará con
“Sintoniza sin Fronteras”, con un programa que se transmitiera en vivo en un
canal de Facebook. Así nació el programa “Toastmasters presenta” que se
transmite todos los miércoles de 15:00 a 16:00 horas con entrevistas a socios
de los clubes.
Recuerdo
haberlo platicado con mi amigo Jesús Valdez y comentamos que sería interesante
participar en esta nueva aventura ya que lo habíamos hecho en otras las cuales
nos habían dado grandes satisfacciones. Antes, la señora Sánchez nos había
invitado a participar en un evento donde reunía a muchachas de escasos recursos
para patrocinarles su evento de XV, mi hija Perla, Jesús y su servidor les
dimos platicas de cómo hablar en público. No pudimos asistir al evento, pero
logramos el cometido, ayudar a estas jóvenes a expresarse en su fiesta.
También
me invito la asociación “Huellas del Corazón” para participar con escuelas
de escasos recursos y con problemas
sociales a darle talleres de oratoria, Jesús se entusiasmó con ayudarnos con un
grupo, y platicaba lo emocionado que estaba con sus alumnos de preparatoria. Al
final, organizamos un concurso de oratoria que fue sorprendente y emocionante
al escuchar a nuestros alumnos con sus discursos y sentir haber cumplido con
nuestro cometido: ayudarlos a visualizar otro futuro para ellos.
Ahora
les comento, que estaba preparando el primer programa de “Sintoniza sin
Fronteras” y le pedí que ya que iba a salir de la ciudad tres semanas, si podía
él atender esos tres programas para lo cual lo invite al primero de ellos.
Acepto aunque no esperaba salir ya que quería observar como lo hacíamos y, a
decir verdad yo tampoco sabía cómo saldría porque era la primera vez que
salíamos al aire. En fin, llegamos temprano Jesús y su servidor pero no el
invitado. Cuando estaba a punto de salir al aire el programa le dije a Jesús,
siéntate en el sillón y tu serás el primer invitado.
Se
resistió un poco, -no vengo de traje, -no estoy preparado, etc., los nervios se
le notaban en el sudor de su frente, pero acepto y tuvimos nuestro primer
éxito. Ninguno de los dos pensamos que así sería nuestro primer programa, yo de
locutor y el de invitado, y un auditorio que conoció la historia de Ralph
Smedley en la voz de Jesús Enrique Valdez Saucedo ya que él había leído la
historia con anterioridad.
Se
convirtió en un referente de los clubes Toastmasters y un embajador de nuestro
club, el Ejecutivo de Tijuana. Fue presidente durante un periodo y dos veces
nombrado “Toastmaster del Año” por su participación en los concursos y
sesiones, su compañerismo y demostración de cariño hacia la organización. Nos
mostró cómo debe evaluarse a un compañero. Siempre impulsando a que mejoremos
sin caer en las lisonjas, supo mostrarnos el camino y lo que debíamos hacer
para lograr superarnos.
Fuera
de las sesiones siempre se preocupaba por sus compañeros y amigos. Tuvimos
grandes charlas por otra de nuestras pasiones: el beisbol. Al igual que su
servidor, fuimos grandes aficionados a este deporte, el cual practicamos de
jóvenes y de pronto teníamos recuerdos de los equipos de nuestra época.
Desafortunadamente para él, dejo de practicarlo hace muchos años y por el
trabajo de seguirlo también, pero seguía demostrando su pasión por el “Rey de
los deportes” cuando tocábamos este tema.
Hace
poco platicábamos sobre sus negocios, veía como trabajaba a un gran ritmo y le
preguntaba ¿es necesario seguir trabajando con esa intensidad?
Se notaba que era un niño grande
hiperactivo, no podía dejar de tomar retos y cumplirlos, se entregaba con
pasión y, a mí me parecía que ya era hora de bajar el ritmo, de seguir
disfrutando de sus grandes pasiones: su familia y su trabajo. Pero Jesús no se
detenía, no era la riqueza lo que lo llamaba sino su determinación de seguir
disfrutando de la vida a través de lo que hacía y lo que aportaba a los que lo
rodeaban.
Hace
un mes, me apoyo en un concurso del club como juez, como se pueden dar cuenta nunca
dice que no. Realizamos precisamente nuestra última sesión el 17 de marzo, antes
de suspender las actividades presenciales por el COVID 19 y fue el último día
que platicamos en persona. Hace unas semanas le escribí para saber de él y me
comento que estaba en tratamiento, estaba optimista porque sé que quería seguir
adelante con sus proyectos, pero conociendo a mi amigo Jesús me parece que
tampoco le pudo decir que no a su tocayo.
Me
uno a la pena de su familia y amigos, ahora sabemos que estará abriendo otros
proyectos en un mejor lugar.
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme
al correo samuelgomez@uabc.edu.mx
o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Director del Área 1 y
Miembro del Club Toastmasters
Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California
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