Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
Ahora,
debido a las circunstancias que vivimos por la pandemia, la mayor parte de la
población, hablando nada más del sitio donde vivimos, nos hemos visto obligados
y sometidos a estar en casa y buscando la forma de cómo pasarla de la mejor
manera, recurriendo en muchas horas, a buscar, inútilmente, programas en la
televisión y radio algo que nos nutran o cuando menos nos distraigan, sobre
todo de una manera sana y motivante.
La búsqueda es inútil, no hay gran
cosa, por no decir nada. Qué lejos está lo que en la Ley de Radio y la
Televisión se plasma, divertir, informar y difundir programas y música que
tienda a ello. Las horas y el tiempo de uno y otro medio son casi lo mismo,
noticias que, lejos de informar, tienden a alarmar, a engañar o a solo ver lo
malo, programas o información ajena a nuestra realidad, distantes de lo que
somos y tenemos como país.
Ahora es fácil denostar a la gente,
se puede meter en la vida privada de los demás sin que nadie sancione a quienes
violentan el respeto a la vida privada, a la paz pública. Hay más programas en
la televisión en donde se exhibe la pobreza moral de sus concesionarios, donde
es más el lucro, el beneficio propio el que se busca que servir haciendo un uso
de una concesión que otorga el Estado, ese Estado que ha estado sumergido en
otros intereses y no el de los mexicanos y de la nación misma, de allí lo que
tenemos en estos medios.
La radio, aquella radio de antaño,
cuando la música mexicana cubría muchas de las horas de sus transmisiones, ya
no existe, la mayor parte es basura. Hay quienes dicen que eso es lo que les
gusta a los jóvenes de ahora. Yo digo que NO, eso es lo que se les vende, se
les mete en la cabeza, en el gusto, por ello también hay violencia, se respeta
menos a la mujer, su condición como persona, se le denigra y con ello el gusto
por la música.
Lamentablemente también, el Estado
descuida mucho esta circunstancia, en la postura cómoda de no querer quedar mal
con nadie, aunque las circunstancias que la nación vive por los cambios
políticos habidos, cuando muchos no quieren que el estado de las cosas cambie,
persiguiendo sus propios intereses y no los de la gran mayoría, el Ejecutivo
federal promueve la no sanción a quienes violentan la ley, como el reciente
caso de TV Azteca, antes del Estado como Canal 13.
Así, no pueden cambiar mucho las
cosas que vivimos actualmente. El marco de la ley existe y todos, sin
excepción, estamos obligados a cumplir, a respetar, de lo contrario, irán de
mal en peor. Nadie por encima de la ley, incluso el mismo Presidente de México,
el Estado no es él, la nación somos todos, y en un régimen de igualdad todos
tienen los mismos derechos y obligaciones, que no se confunda la libre
expresión con la posibilidad de hacer de un medio una forma de inducir a la
violencia, al desacato, a la violación de la ley que los demás cumplen o se les
hace cumplir.
Es el momento de un cambio, a fondo,
verdadero, y de ello no deben de quedar fuera no solamente los ciudadanos, sino
el conglomerado que conformamos el país, incluidos medios de comunicación,
radio y televisión. Debemos de exigir mejores programas, mejor música y
entretenimiento de lo que nos han estado inundando últimamente, que el cambio
sea total y a fondo, de lo contrario será más de lo mismo y la transformación
sólo será de nombre, de temporada, y no definitiva.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario