Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
Que se
sepa, nunca antes hubo tanto interés y exigencia para el gobierno, de los tres
niveles, como se está manifestando ahora ante la situación creada por la
pandemia por el COVID 19. Hay muchas voces que reclaman, que critican, que
señalan con índice de fuego lo que, siempre ha existido pero que, ahora con lo
que se padece, se toma como bandera para exigir se atienda y resuelva, que si
bien es bueno se corrijan las carencias y deficiencias que existan, tampoco se
pueden resolver de la noche a la mañana, máxime cuando se está comprobando lo
mal organizados e impuestos que hemos estado tiempo atrás.
Uno de los grandes problemas
sociales que se tienen en el país, es la corrupción imperante en el sistema
judicial, cuando las cárceles están llenas de presos, muchos de los cuales no
han sido sujetos de un proceso que los deje en libertad o los condene a purgar
una pena por el delito que hayan cometido, sistema carcelario donde priva la corrupción,
el hacinamiento, el no respeto de sus derechos humanos y personales, donde se
les abusa todos los días y donde, lamentablemente también, conviven miembros de
una persona que está recluida purgando una pena, situación no nueva, que
siempre ha existido, pero que ahora aflora como mal a resolver.
En este tema, llama la atención la postura
tomada por el organismo denominado Reinserta, que solicita, a los tres órdenes
de gobierno, crear espacios dignos para madres, niñas y niños y mujeres
embarazadas en conflicto con la ley frente a la pandemia de Covid19. Exhorta a
que se implementen medidas estrictas de sanitización y control extremo del
personal penitenciario facultado para ingresar a dichas áreas; mismos que no
podrá transitar por otras zonas, ni interactuar con personas diversas a las del
área de referencia.
Exponen que, en centros de reclusión
de Mérida, Yucatán y el estado de México se dieron los primeros contagios de
Covid19, lo que cuestiona las medidas de prevención implementadas en el sistema
penitenciario nacional, y sobre la conciencia real en torno a las consecuencias
derivadas de no atender la situación de manera eficaz y asertiva.
Considera que no se debe perder de
vista la especial situación de las y los niños que viven dentro de prisión con
sus madres, así como a las mujeres embarazadas, por lo que, desde Reinserta,
urgimos a implementar medidas contundentes para la protección de su integridad,
proponiendo lo siguiente: Crear espacios dignos, completamente separados del
resto de la población penitenciaria para las mujeres madres y sus hijas e
hijos, así como mujeres embarazadas, en los que se implementen medidas
estrictas de sanitización y control extremo del personal penitenciario
facultado para ingresar a dicha área; mismo que no podrá transitar por otras
zonas, ni interactuar con personas diversas a las del área de referencia.
En medida de lo posible, reducir el
número de niñas y niños que habitan dentro de reclusión, buscando derivarlos
con familiares en el exterior. En este sentido será indispensable la
coadyuvancia de las distintas autoridades encargadas de la tutela de la niñez
(sistemas de protección, procuradurías de la niñez, DIF), de los tres órdenes
de gobierno, para garantizar el bienestar integral de las y los niños derivados.
En el caso de las mujeres y sus hijas e hijos en etapa de lactancia, ubicarlos
en zonas de protección especial con acceso restringido y controlado.
Implementar medidas de política
penitenciaria (previstas en el artículo 146 de la Ley Nacional de Ejecución
Penal) tendientes a la liberación anticipada de mujeres en mayores condiciones
de riesgo; tomando en consideración el tipo de delito, la pena, la existencia
de enfermedades graves o crónicas, estado de gravidez o edad. Esta medida tiene
la finalidad de brindar una protección especial, pero también de
descongestionar el sistema penitenciario, lo que permitirá la mejor
implementación y focalización de acciones pertinentes.
Es fundamental dotar de recursos
necesarios para el cuidado y atención del personal penitenciario y de seguridad
y custodia, a efecto de mantener la gobernabilidad en los centros de reclusión.
Finalmente, hace un llamado a la sociedad para mantener la empatía, la
solidaridad y la fortaleza comunitaria, pues éstas constituyen el mejor camino
ante una situación de importantes retos y cambios como la que atraviesa no sólo
nuestro México, sino el mundo entero, concluye Reinserta.
Ojalá y se tomen medidas en
beneficio de sus destinatarios, y que, como éste caso, todo se vaya mejorando y
atendiendo para que, de la crisis, surja una mejor sociedad, una mayor y mejor
relación, menos injusticias, una sociedad más comprometida y exigente en el
respeto de los derechos de todos los ciudadanos, que no vayan a ser posturas de
temporada, con la sola intención de ejercer presión y sacar raja o provecho
para sus causas particulares, todo es posible en la medida de cada quien haga
su parte, es tiempo de cambios y para bien.
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