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miércoles, 29 de abril de 2020

Avalancha Polaca






Pedro Vargas Avalos


Recientemente se ha desatado una especie de diarrea declaratoria por parte de diversos actores de la vida nacional, destacando en tales aspectos los gobernadores de ciertos Estados, al igual que algunos dirigentes empresariales o voceros de grupos de presión. Subyace en esas manifestaciones, cierto matiz político de reprochable intencionalidad.



Entre esos declarantes están los ejecutivos de dimensión menor, como Jaime Bonilla de Baja California o el de Tamaulipas, Cabeza de Vaca; pero también se inscriben en tal perfil, los de Jalisco y de Nuevo León, sumándose en cierto sentido a los capitanes empresariales de COPARMEX y CONCAMIN, sin faltar uno que otro personaje de distintos medios.

De menos a más, tenemos al desgobernador de Baja California, quien tras afirmar que los médicos que atienden a los infectados del corona virus, están cayendo como moscas, cerró sus expresiones condenando a los especialistas que pronostican lo que puede suceder si no se toman sus medidas propuestas, pero que se debe aclarar “Si no es una situación donde realmente nos estén asustando los científicos”, porque a veces “es más malo el remedio que la enfermedad”.



Por su lado, los ejecutivos de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, se han reunido dizque para coordinar la lucha contra el COVID 19, pero resulta que lo más notorio que han generado es una abrupta manifestación contra el gobierno federal en cuanto a la distribución de los recursos fiscales, pidiendo que se modifique el Pacto correspondiente, bajo la base mezquina de que ellos producen más de lo que reciben. Fundamento que también utiliza el jalisciense Alfaro Ramírez, quien alude lo que el Estado aporta al PIB, alrededor del 7% y que solo se le devuelven vía presupuesto el 2%.

Al block anterior se vino a sumar el gobernante de Chihuahua, Javier Corral, quien informa el diario Mural del 20 de abril, que “convocó a sus homólogos de Nuevo León (Independiente), Coahuila (PRI), Tamaulipas (PAN) y Jalisco (MC) a trabajar políticamente para cambiar la coordinación fiscal, a partir de una nueva correlación de fuerzas en la Cámara de Diputados, en 2021”. En pocas palabras y de plano, el chihuahuense concita a organizarse para ganar los comicios federales del año que viene, con el fin de quitar la mayoría en la Cámara de Diputados del partido del presidente, y ya debilitado el mandatario, obligarlo a negociar el Pacto Fiscal con la premisa de dar mayores recursos a los Estados, conforme sus riquezas y aportaciones.

Lo anterior implicaría casi el abandono de las regiones más pobres del país, pues en el supuesto de que los susodichos gobernadores “rebeldes” se lleven participaciones equivalentes a su aportación del PIB, el presupuesto federal no tendrá medios para apoyar el desarrollo de las regiones depauperadas de la República.

Por otra parte, los empresarios aglutinados en la COPARMEX y CONCAMIN, se han dado rienda suelta en declaraciones que patentizan desacuerdos con el régimen del presidente López Obrador, divergencias que implican exigencias de apoyos al estilo de los gobiernos prianistas, entre los que destacaban respaldos con préstamos externos, privilegios fiscales y subsidios encubiertos.

La cereza en el pastel la puso el grupo Salinas Pliego, por medio de su vocero Javier Alatorre, quien descaradamente, el 17 de abril convocó a no hacer caso a las recomendaciones que el encargado de combatir la pandemia del COVID 19 (doctor Hugo López Gatell), realiza junto a su equipo de trabajo, diariamente. Al respecto, se desató una tormenta de opiniones condenatorias sobre todo en las redes sociales, sin dejar de haberlas en los medios tradicionales.




Dando una lección de templanza, el presidente López Obrador expresó que Alatorre es gente buena, que seguramente se equivocó como todos solemos errar de vez en cuando, por lo que minimizó el hecho en aras de la libertad, pues en su gobierno “está prohibido prohibir”. La Secretaría de Gobernación si tomó en serio su papel: conminó al susodicho locutor, y a la compañía en que trabaja, para evitar ese tipo de declaraciones y manifestarse dispuestos a acatar las reglas emanadas de la autoridad sanitaria.

De ciertos disque “periodistas” la verdad que no vale ocuparnos, porque sería hinchar las diatribas de indiscutibles vociferantes dolidos por la pérdida de privilegios de toda índole, especialmente económicos. Es tan exagerado lo que dicen, que el analista Rubén Martín, escribió el 22 de abril, que había un: “conjunto de actores políticos, empresariales, opinadores y pseudo periodistas … concentrados más bien en aprovechar este momento de crisis para saldar su añeja animadversión con Andrés Manuel López Obrador, no sólo cuestionando la estrategia sanitaria y económica, a la que tienen derecho, sino que algunos incluso apuestan por sacarlo del gobierno mediante una alternativa golpista. La animadversión hacia el actual mandatario es tan grande que pareciera que desean que el actual gobierno salga mal parado de la emergencia sanitaria”, para así aumentar el desprestigio del presidente.

El personaje político más criticado de los antes aludidos, es sin duda el de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, quien no solo ha declarado su desacuerdo con el Pacto Fiscal y el Doctor López Gatell, sino con el mismo Andrés Manuel López Obrador. Sobre su posible salida del Pacto de Coordinación Fiscal, dice el Doctor Javier Hurtado del Colegio de Jalisco, que sería por lo pronto una especie de suicidio. Y no le falta razón, porque si de repente la Entidad se saliera de ese enlace con la Federación, ¿de dónde completaría su presupuesto de egresos? Porque recordemos que la inmensa mayoría de impuestos son constitucionalmente federales, además que los Estados no tienen la estructura para recaudarlos.

Muchos órganos de la prensa nacional se han dado el quien vive criticando al mandatario tapatío, y en no pocos cartones lo han ridiculizado, tildándolo de rebelde, precipitado, autoritario, enojón y hablador. No pocos comentaristas y analistas de la política, han hecho eco a tales calificativos. Sus críticos ya llegaron al extremo por medio de la plataforma web“Change.Org”, de promover el procedimiento de revocación de mandato, para lo cual aseguran ya casi tienen treinta y cinco mil firmas (El Debate, 22 abril, nota de Carolina Solís).

Asia las cosas, no cabe duda de que lo que padecemos en estos días, ya no solo es la pandemia del Corona Virus y su cuarentena, sino un alud, una verdadera avalancha de manifestaciones que en el fondo no son más que “polaca”, palabreja que significa grilla o política barata.



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