Juan
José Ríos Ríos
A río
revuelto, ganancia de sinvergüenzas. Así se puede catalogar el fenómeno que se
está viviendo en Ciudad Guzmán, que es lo que nos consta, derivado de la
situación y de las medidas implementadas para enfrentar la pandemia por el
CORONAVIRUS 19, cuando las personas se ven obligadas a disminuir sus
actividades cotidianas, entre éstas trabajar y salir de compras, si no se toman
las debidas precauciones, y cuando por las mismas circunstancias se hacen
compras masivas o de pánico de algunos productos, provocando su escases y, como
en este caso, su encarecimiento.
También, con la baja del precio del
petróleo, el Gobierno Federal ha dado a conocer que la gasolina que PEMEX
entrega a los distribuidores es a menor precio, razón por la cual en los
expendios debe de vender a un costo más bajo la gasolina o el diesel, lo que en
algunas gasolineras se está dando, cuando tiempo atrás el litro se ponía al
consumidor a 21.80 pesos y, en la actualidad hay expendios que la bajaron a
18.50 y el día martes 24 de marzo se disminuyó a 17.50 pesos, que dice bien en
favor de las empresas que han acatado las medidas.
Pero, curiosamente, a los tanques de
los autos les cabe más gasolina actualmente que la capacidad que tienen para
almacenarla y luego consumirla, es decir, siendo desconfiados, lo que se baja
en el costo, se disminuye en litros, puesto que, me consta, un vehículo cuyo
tanque se llena con 60 litros, llevado a llenar, aun trayendo una línea de
remanente, le cupieron 57 litros. Esto hace suponer que la disminución del
costo por litro que se anuncia en sus espectaculares, se recupera en las ventas
por litro.
Por lo que se refiere a los
productos de alto consumo, sean o no de los denominados de la “canasta básica”,
como lo son el frijol, el arroz, las tortillas, el huevo, en los últimos días,
por la contingencia, muchos comerciantes están abusando de la situación, pues
el frijol peruano, que es el más caro en el mercado local, ha subido de 32 hasta
los 40 pesos el kilo, y de otras marcas, que antes costaba 24 pesos el kilo,
ahora vale 28. Las Tortillas, que son las de mayor consumo, subió el kilo de 20
a 22 pesos, esto se dio del domingo 22 a la fecha. Estos datos fueron
proporcionados por amas de casa consultadas.
Otra rapiña o aumento de precios se
da en un producto tal vez no de alto consumo o por la mayoría de la población,
como son las almendras, que algunas personas utilizan en su alimentación como
parte de una dieta saludable o recomendada en razón de su estado de salud o de
edad, pues mientras en un sitio de alto porcentaje de ventas el kilo se vende a
245 pesos, en su variedad grande, mientras que la pequeña vale 225, hay un
lugar en Ciudad Guzmán que dicho producto tiene un precio tasado en los 270
pesos, una diferencia de 25 pesos, a muy pocos pasos de un negocio y otro.
Ante ello y más que nada por la
ausencia de alguna autoridad que vigile y en su caso sancione estos abusos o
irregularidades que se dan en algunos comercios, no en todos, además para
evitar que se siga afectando la economía de las personas, deseable es que la
PROFECO extienda su mano más allá de la esfera de la capital del país o de los
estados, si es que existe, si bien es cierto en tales circunscripciones hay un
mayor número de habitantes que en un pueblo o en una comunidad como Ciudad
Guzmán, todos somos ciudadanos, iguales y a no dudarlo en condiciones de
desventaja de las grandes capitales, cuando los abusos se cometen por ausencia
de la autoridad que debe vigilar y sancionar a quienes incurren en ellos,
máxime en tiempos complicados como los que estamos viviendo en estos momentos
por la contingencia. La pregunta es...¿Habrá quién haga algo al respecto?
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