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lunes, 23 de marzo de 2020

¿Qué es la cuaresma?









Un momento por favor



J. Jesús Juárez Martín



La palabra cuaresma alude directamente a cuarenta unidades de tiempo que rememora varios acontecimientos históricos de los israelitas; primero, cuando fueron liberados por Moisés de Egipto pasando por el Mar Rojo en forma prodigiosa  huyendo de los soldados del faraón,  se internaron en el desierto donde pasaron  40 años, por no haber observado los mandamientos de su ley entregados en el Monte Sinaí.

Posteriormente Jesús para iniciar su vida pública para llevar el Evangelio,  pasó cuarenta días de retiro, oración y penitencia; luego se fue a Galilea en busca de los Apóstoles, así que la tradición cristiana prepara con cuarenta días de oración, del Miércoles de Ceniza al Jueves Santo, noche de la institución de la Eucaristía, días después de la entrada triunfal a Jerusalén de Cristo Jesús el Domingo de Ramos, la cuaresma es tiempo propicio para la penitencia, conversión, reflexión propicia para volver  nosotros al Señor y vivir la Cuaresma; posteriormente los israelitas llegaron a la tierra prometida, mejorando notablemente su vida como pueblo, disminuyo la fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio...y el pueblo elegido gozó de la tierra maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16...)

Cuaresma es, ha sido y será el tiempo favorable para convertirnos y volver al Padre de Misericordia.

Este año, la cuaresma inicio el miércoles 26 de febrero, transcurre hasta el   jueves 9 de abril, día de la Institución de la Eucaristía y noche de la aprensión de Cristo, para juzgarlo, condenarlo y crucificarlo al día siguiente, Viernes Santo, muerto y sepultado, resucitó glorioso al tercer día, el domingo, Día del Señor en la apertura del tiempo pascual. Nos enseña nuestro cristianismo.




La Cuaresma tiene cinco domingos más el Domingo de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes.

También para nosotros, como fue para los israelitas aquella travesía por el desierto, la Cuaresma es el tiempo fuerte del año que nos prepara para la Pascua y Domingo de Resurrección del Señor, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo sobre, la muerte y el mal, y por lo mismo, la Pascua es la fiesta de alegría porque Dios nos hizo pasar de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida.




La Cuaresma ha sido, es el tiempo favorable para volver a Dios al Padre lleno de misericordia, si nos hubiéramos alejado de Él, como aquel hijo pródigo (Lucas 15, 11...) que se fue de la casa del padre y le ofendió con una vida de malas acciones y desenfrenada. Esta conversión la alcanzaremos mediante la confesión y arrepentimiento de nuestros pecados. Dios siempre tiene las puertas de casa abiertas de par en par, su corazón se le rompe en pedazos mientras no comparta con nosotros su amor hecho perdón generoso. ¡Ojalá fuéramos muchos los que valientemente volviéramos a Dios en esta Cuaresma para experimentar el calor y cariño de Dios Padre!

Los ministros del Señor, nos instruyen e invitan a seguir como hijos, amigos de Dios, y manifiestan que la Cuaresma es el tiempo apropiado para arrancar faltas pasadas y presentes que lastiman al Padre. Vivir en la familia servicio y solidaridad, es expresión gozosa comunitaria mediante las prácticas recomendadas por nuestra Iglesia; llegar preparados para vivir espiritualmente la Semana Santa con respeto, veneración y agradecimiento por las tres prácticas religiosas: ayuno, la oración y la ofrenda.

Esta cuaresma 2020 está marcada por la angustia de los riesgos de contraer el Coronavirus que como pandemia se extiende por el mundo, que, en nuestra Patria, familia y persona, estemos cuidándonos adecuadamente, porque desde nuestra realidad compartimos lo que tenemos, si la salud es nuestro estado, la compartimos a los demás, si nosotros somos los enfermos, ponemos en riesgo a la familia nuestra y comunidad.

 Miremos mucho a Cristo en esta Cuaresma. Antes de comenzar su misión salvadora se retira al desierto cuarenta días y cuarenta noches. Allí vivió su propia Cuaresma, orando a su Padre, ayunando...y después, salió por nuestro mundo repartiendo su amor, su compasión, su ternura, su perdón. Que Su ejemplo nos estimule y nos lleve a imitarle en esta cuaresma. Consigna: oración, ayuno y limosna.


 

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