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martes, 24 de marzo de 2020

La Susana distancia





 Entre exagerados y pesimistas “que no panda el cunico”,
 Chespirito.




Samuel Gómez Patiño



En medio del caos, la incertidumbre y la esperanza estamos viviendo tiempos difíciles. Además del tiempo, lo más preciado para todos es la salud. Alguna vez escribí sobre un video que habían puesto en el Internet sobre una entrevista (no recuerdo a quién) que hablaba sobre la importancia de la mortalidad. Le creo cuando dice que lo mejor que nos puede pasar es que podemos morir, y en estos momentos ante la “pandemia” de miedo, queremos terminar nuestros pendientes.

            Esto me recuerda también, un programa de entrevistas que hace muchos años tocaba el tema del “Sida”, entonces una enfermedad mortal, desconocida y etiquetada para un grupo de personas que por su promiscuidad eran los enfermos y portadores. La mala información inicial dejo que se convirtiera en un problema de salud social. Tuvieron que pasar muchos años para encontrar por lo menos una forma de controlar su desarrollo mortal. Al entrevistado en la televisión le preguntaron cuál era su sentimiento cuando lo declararon positivo con “AIDS” (por sus siglas en inglés) y comento: ¡Ahora empiezo a vivir!

            No creo en complots, por lo que toda información al respecto la desecho. Por ejemplo leí  que los americanos crearon biológicamente el “Corona virus” o “COVID-19” para causar problemas en China que repercutieron en su economía y de paso ganar en el mercado.







Me parece más importante, que el ser humano debe de aprender de los errores para no volverlos a cometer. No es la primera enfermedad que se sale de control ni será la última. Si consideramos que inicio como una enfermedad local en Wuhan, China, que luego se salió de control para convertirse en epidemia y actualmente declarada como pandemia, ya que afecta a cientos de países y con miles de personas afectadas y de fallecidos. Todos los demás países deben de ponerse de acuerdo como detener la afectación de sus habitantes.

Sabemos que es mortal en individuos que ya tienen problemas de salud, diabéticos, hipertensos, obesos y el riesgo es mayor con las personas de edad mayor (adultos en plenitud), debido precisamente a las bajas defensas que ahora tienen. En mi caso, soy hipertenso, con problemas de obesidad, llegando a los 60 años y pre diabético, entonces con un 85 % de riesgo ante la enfermedad.

Que el contagio es con personas que estén cerca de nosotros que puedan estar enfermas, aunque no presenten los síntomas. La distancia y la constante higiene personal, a veces una obsesiva limpieza puede evitar el contagio, ya que hasta el momento no hay una vacuna para prevenir y la mayoría de los humanos no estamos inoculados al ser nuevo el virus por lo que no hemos desarrollado anticuerpos naturales.

Los chinos empiezan a detener el contagio en su población, a costa de muchas muertes. Medidas drásticas, como el cierre de la vida pública: escuelas, trabajos, vida social, etc., encerrando a las personas en su casa. La detección a tiempo de los enfermos, algo difícil ya que según se conoce el virus tarda 14 días en manifestarse, pero mientras puede infectar a otras personas.

La soberbia puede que haya afectado a Italia, España y quizás Francia, que cerca del brote decidieron seguir con su vida como si fuera apenas una epidemia que afectaba a sus vecinos chinos, sin tomar en cuenta algo importante: la alta movilidad turística. Tanto italianos como españoles y franceses ahora sufren las consecuencias de su tardía reacción ante la enfermedad. Fronteras cerradas, toques de queda, turistas varados y sobre todo miles de infectados y muertos a causa de la epidemia que los alcanzo y sobrepasa su capacidad de atención a sus ciudadanos, por lo que los políticos deben luchar: el bienestar de la población.

Me parece que a los americanos además de la soberbia les gano sus miedos económicos. Es indudable que nos espera una pandemia peor, la recesión económica. Miles de empleos se perderán, muchas empresas van a desaparecer e inclusive puede que aparezca una nueva sociedad que realmente se va a preocupar por lo que tenemos: un planeta para vivir.

En México inicia un periodo de prueba para todos nosotros. Los maestros estamos trabajando desde casa. La UNAM no está en huelga como muchas de sus unidades secuestradas por estudiantes que creen tener derecho a detener las clases para un bien que parece individual y no colectivo, me pregunto que si hubieran querido las autoridades que los buenos estudiantes siguieran sus estudios, hubieran implementado las clases a distancia desde antes y no por la contingencia.

            Ahora, estaremos en casa, debemos salir solo lo necesario y mostrar que somos ciudadanos conscientes de nuestra responsabilidad. Que no salga lo peor de nosotros: las compras de pánico, a veces tan ridículo como llenar nuestras casas de papel higiénico, la discriminación con los posibles infectados o la indolencia por lo que pasa o la falta de empatía por las personas en riesgo.

            Seamos responsables de mantener nuestra distancia y por fin disfrutemos de nuestra casa y familia…y sigamos produciendo.

            Por lo pronto mientras los humanos sufrimos, el planeta descansa limpiando sus mares, ríos y poblaciones de la contaminación.
           
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Director del Área 1 y
Miembro del Club Toastmasters Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California



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