Entre exagerados y pesimistas “que no panda el
cunico”,
Chespirito.
Chespirito.
Samuel Gómez Patiño
En medio del caos, la incertidumbre
y la esperanza estamos viviendo tiempos difíciles. Además del tiempo, lo más
preciado para todos es la salud. Alguna vez escribí sobre un video que habían
puesto en el Internet sobre una entrevista (no recuerdo a quién) que hablaba
sobre la importancia de la mortalidad. Le creo cuando dice que lo mejor que nos
puede pasar es que podemos morir, y en estos momentos ante la “pandemia” de
miedo, queremos terminar nuestros pendientes.
Esto
me recuerda también, un programa de entrevistas que hace muchos años tocaba el
tema del “Sida”, entonces una enfermedad mortal, desconocida y etiquetada para
un grupo de personas que por su promiscuidad eran los enfermos y portadores. La
mala información inicial dejo que se convirtiera en un problema de salud
social. Tuvieron que pasar muchos años para encontrar por lo menos una forma de
controlar su desarrollo mortal. Al entrevistado en la televisión le preguntaron
cuál era su sentimiento cuando lo declararon positivo con “AIDS” (por sus
siglas en inglés) y comento: ¡Ahora empiezo a vivir!
No
creo en complots, por lo que toda información al respecto la desecho. Por
ejemplo leí que los americanos crearon
biológicamente el “Corona virus” o “COVID-19” para causar problemas en China
que repercutieron en su economía y de paso ganar en el mercado.
Me parece más importante, que el
ser humano debe de aprender de los errores para no volverlos a cometer. No es
la primera enfermedad que se sale de control ni será la última. Si consideramos
que inicio como una enfermedad local en Wuhan, China, que luego se salió de
control para convertirse en epidemia y actualmente declarada como pandemia, ya
que afecta a cientos de países y con miles de personas afectadas y de
fallecidos. Todos los demás países deben de ponerse de acuerdo como detener la
afectación de sus habitantes.
Sabemos que es mortal en individuos
que ya tienen problemas de salud, diabéticos, hipertensos, obesos y el riesgo
es mayor con las personas de edad mayor (adultos en plenitud), debido
precisamente a las bajas defensas que ahora tienen. En mi caso, soy hipertenso,
con problemas de obesidad, llegando a los 60 años y pre diabético, entonces con
un 85 % de riesgo ante la enfermedad.
Que el contagio es con personas que
estén cerca de nosotros que puedan estar enfermas, aunque no presenten los
síntomas. La distancia y la constante higiene personal, a veces una obsesiva
limpieza puede evitar el contagio, ya que hasta el momento no hay una vacuna
para prevenir y la mayoría de los humanos no estamos inoculados al ser nuevo el
virus por lo que no hemos desarrollado anticuerpos naturales.
Los chinos empiezan a detener el
contagio en su población, a costa de muchas muertes. Medidas drásticas, como el
cierre de la vida pública: escuelas, trabajos, vida social, etc., encerrando a
las personas en su casa. La detección a tiempo de los enfermos, algo difícil ya
que según se conoce el virus tarda 14 días en manifestarse, pero mientras puede
infectar a otras personas.
La soberbia puede que haya afectado
a Italia, España y quizás Francia, que cerca del brote decidieron seguir con su
vida como si fuera apenas una epidemia que afectaba a sus vecinos chinos, sin
tomar en cuenta algo importante: la alta movilidad turística. Tanto italianos
como españoles y franceses ahora sufren las consecuencias de su tardía reacción
ante la enfermedad. Fronteras cerradas, toques de queda, turistas varados y sobre
todo miles de infectados y muertos a causa de la epidemia que los alcanzo y
sobrepasa su capacidad de atención a sus ciudadanos, por lo que los políticos
deben luchar: el bienestar de la población.
Me parece que a los americanos
además de la soberbia les gano sus miedos económicos. Es indudable que nos
espera una pandemia peor, la recesión económica. Miles de empleos se perderán,
muchas empresas van a desaparecer e inclusive puede que aparezca una nueva
sociedad que realmente se va a preocupar por lo que tenemos: un planeta para
vivir.
En México inicia un periodo de
prueba para todos nosotros. Los maestros estamos trabajando desde casa. La UNAM
no está en huelga como muchas de sus unidades secuestradas por estudiantes que
creen tener derecho a detener las clases para un bien que parece individual y
no colectivo, me pregunto que si hubieran querido las autoridades que los
buenos estudiantes siguieran sus estudios, hubieran implementado las clases a
distancia desde antes y no por la contingencia.
Ahora,
estaremos en casa, debemos salir solo lo necesario y mostrar que somos
ciudadanos conscientes de nuestra responsabilidad. Que no salga lo peor de
nosotros: las compras de pánico, a veces tan ridículo como llenar nuestras
casas de papel higiénico, la discriminación con los posibles infectados o la indolencia
por lo que pasa o la falta de empatía por las personas en riesgo.
Seamos
responsables de mantener nuestra distancia y por fin disfrutemos de nuestra
casa y familia…y sigamos produciendo.
Por
lo pronto mientras los humanos sufrimos, el planeta descansa limpiando sus
mares, ríos y poblaciones de la contaminación.
Me gustaría leer tú opinión, puedes
escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en
Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Director del Área 1 y
Miembro del Club Toastmasters
Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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