Eduardo
Ponce Llamas
En la formación de los niños, algo que debemos tener en cuenta es el carácter.
El carácter se refiere a un conjunto de formas de ser y de sentir, rasgos de la
personalidad y formas de relacionarse con los demás que tiene una persona. Generalmente,
el carácter es cuando se habla del comportamiento de una persona en
determinadas situaciones concretas.
Según
René Le Senne, el carácter tiene algunas peculiaridades que vienen desde el
nacimiento, debido a las hormonas gestadas y los genes desde el embarazo. Que
el carácter es sólido y permanente, y por ello es la base de la identidad de la
persona. Intervienen tres factores (emotividad, actividad y primariedad), que
formarán combinados entre sí a ocho tipos de personalidad.
Una
persona es emotiva si cambia rápidamente de estado de ánimo, si estos son muy
extremos, si es muy impulsiva, si se altera rápidamente, y si siente
frecuentemente sensaciones como ansiedad o inquietud.
Las
personas activas son aquellas que necesitan estar constantemente ocupadas y lo
hacen porque se sienten mejor así. Aunque una persona no activa también puede
estar frecuentemente en movimiento, lo hará por obligación y no por su propia
voluntad.
Una persona primaria sería aquella que vive en el momento sin preocuparse por
el pasado ni el futuro; las personas primarias, debido a esta forma de vivir el
momento, suelen ser rápidas en su forma de actuar y se emocionan fácilmente con
las cosas, pero sus intereses son muy cambiantes. Sus emociones y
preocupaciones no se mantienen mucho en el tiempo.
La parte más influyente en la formación del carácter es nuestra genética. Los
rasgos que adquirimos de nuestros antepasados forman la mayor parte de nuestro
carácter, conocida como temperamento. La personalidad se puede ir modificando a
lo largo de la vida en función de nuestras experiencias vividas.
Combinando los tres factores del carácter (emotividad, actividad y
primariedad), nos encontramos con ocho tipos de carácter distintos (– Colérico,
– Apasionado, – Sentimental, – Flemático, – Nervioso, – Sanguíneo, – Apático, –
Amorfo).
Las personas coléricas son impulsivas, extrovertidas, activas, innovadoras,
excitables y habladoras. Se adaptan fácilmente a los cambios, suelen estar de
buen humor, pero pueden enfadarse rápidamente, y en general son muy
inteligentes y valientes.
Las personas apasionadas son agresivas y decisivas, con una tendencia al
pragmatismo y la eficiencia. A pesar de que les gusta mantenerse en movimiento,
también son más prudentes que los coléricos, y le dan mucha importancia a
conceptos como el honor, la lealtad o la objetividad.
Las
personas sentimentales tienen un componente emocional muy fuerte, pero que a la
vez está frenado por sus valores. Por lo tanto, suelen sentir emociones muy poderosas
pero persistentes, que pueden ser tanto positivas como negativas.
Los flemáticos tienden a ser calmados, controlados, introspectivos y muy
inteligentes. Su paciencia les llevan a ser perseverantes y metódicos a la hora
de conseguir lo que se proponen, y suelen permanecer impasibles frente a las
dificultades.
Los nerviosos se caracterizan por sentir muy fuertemente todo lo que les
ocurre. Suelen tener mucha energía, que se puede expresar de muchas maneras.
Por ello, tienden a ser impulsivos, juguetones, susceptibles y frívolos.
Las
personas con un carácter sanguíneo son calmadas y valientes, pero también
tienden a ser egoístas, escépticas y cínicas. Les encanta trabajar y les
apasiona el dinero, además de ser tremendamente prácticos.
Los
apáticos tienden a tener pocos intereses, y se sienten más a gusto consigo
mismos. Les cuesta relacionarse con los demás, y en general sus emociones
suelen ser negativas y duraderas. Sin embargo, se encuentran bien en soledad,
por lo que no necesitan la compañía de otros para estar contentos.
La
principal característica de los amorfos es la pereza. Al vivir exclusivamente
en el presente, no le dan mucha importancia a las consecuencias de sus actos y
tratan de hacer lo mínimo necesario para cumplir con sus necesidades básicas.
En general tienden a ser bastante tranquilos y se conforman con casi cualquier
cosa; además, son muy fácilmente influenciables por otros. Como ejemplo de
nuestros niños, ¿cuál es mi carácter y personalidad que ven en nuestra forma de
comportarnos?
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