Pedro
Vargas Avalos
Desde el año de 2019 y dentro de los programas
federales para ayudar al bienestar de las personas, se echó a andar el proyecto
denominado “Sembrando Vida”. Como los Estados más atrasados en todos los
órdenes son los del sureste de la República, en estos fue donde se inició esa acción.
El
objetivo es evitar que la gente emigre de sus lugares de residencia, para que
especialmente dejen de irse a los Estados Unidos del Norte, y que como dice el
primer mandatario, si quieren visitar ese país, lo hagan no por necesidad sino
por gusto.
Pero
al parejo de ese fin, está lo mucho muy importante de combatir la
desforestación (que cada año va en aumento y desertifica a nuestra Patria),
mejorando de paso el medio ambiente y desde luego, dando ocupación a miles de
campesinos. Empleo por cierto que al menos dentro del sexenio actual, será
permanente y tendrá una remuneración mucho mayor al del salario mínimo, lo cual
indiscutiblemente elevará el nivel de vida de las familias.
Cuando
se vio lo benéfico de ese programa, a finales del año pasado de 2019 los
tarahumaras chihuahuenses, que desde hace siglos están sumidos en el olvido y
la pobreza, solicitaron se les incluyera en el proyecto. Y el Presidente
accedió, con lo cual veinte mil personas obtuvieron su empleo y automáticamente
aseguraron una mejor manera de vivir.
Lo
que siembran estos campesinos y jornaleros del campo, son árboles frutales y de
índole maderable. En consecuencia, muy pronto veremos los frutos de tales
trabajos, los cuales aliviarán cuestiones que van desde la productividad hasta
la alimentación. No hace mucho que la Secretaria de Bienestar del gobierno
Federal, expresó: “Estábamos planteando abarcar entre 2019 y 2020 un millón de
hectáreas y nuestro presidente nos ha instruido que vamos a llegar a un millón
75 mil hectáreas. Antes se tenían programados 400 mil sembradores para el
próximo año, ahora serán 430 mil. Estábamos trabajando en 18 estados entre 2019
y 2020, pero ahora será también en Morelos y Tlaxcala”, afirmó.
Recientemente
hubo la noticia que implicaba unas diferencias entre la Secretaria de Bienestar
(Ma. Luisa Albores) y el Subsecretario, Javier May: éste renunció y el
presidente hubo de intervenir para limar diferencias entre esos funcionarios y que
su programa de Sembrando Vida no tenga contratiempos, lo cual prueba la
importancia que concede el actual gobierno en tal plan de ayuda al campesinado,
al jornalero del campo, es decir, a uno de los ámbitos sociales más
desprotegido.
A
la fecha ya van veinte Entidades Federativas las que gozan de ese programa, y
en Durango su gobernador logró (apenas el 22 del mes de febrero pasado)
aprovechando la visita que hizo a Tamazula de Victoria, el mandatario federal, que
este duplicara el número de campesinos que ya había autorizado a fines del año
pasado. De allí que uno se interrogue: ¿por qué Jalisco no participa de ese
esquema tan bondadoso socialmente? Nos preguntamos el porqué, ni tan siquiera
se ha comentado a nivel de gobierno local, municipal o de organismos
representantes del campesinado estatal. A fines del 2019 se anunció que
nuestros vecinos de Colima y Michoacán, pertenecerían a este útil programa a
partir del actual año.
Nuestro
Estado es de las Entidades que más personas tienen en el vecino país del norte;
y se han ido no por gusto, sino en busca de trabajo para mejorar su vida y la
de las familias a que pertenecen. No hay región jalisciense en la cual muchos
de sus habitantes, no tengan varios parientes laborando, con documentos o sin
ellos, en los Estados Unidos. El mismo Presidente ha denominado a todos los
paisanos que envían fondos a sus familiares, como “héroes vivientes”, y vaya
que esos recursos son cuantiosos, a tal grado que las remesas de dólares que
envían, son quizás la primera o segunda fuente de divisas nacionales.
Pero
irse a trabajar al vecino país norteño ya no es deseable, ni fácil. Por ello es
muy oportuno que nuestra gente del área rural tenga ocupación remunerada, es
decir empleo. Y ya sabemos que los empleadores de ese ámbito no tienen
capacidad para crear los trabajos que se requieren. En consecuencia, “sembrando
vidas” es indispensable que se instrumente para Jalisco.
¿Quién
debe iniciar esa gestión? No cabe duda de que, a las autoridades, estatales y
municipales, incumbe tal tarea, pero también deberían sumarse al esfuerzo los
organismos que se atribuyen la representación de la gente del campo y que a la
fecha muy poco han hecho a favor de tan castigado sector.
*Presidente
de cronistas de Jalisco y notario público.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario