José
Luis Vivar
Poco después
de finalizada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), se hicieron muy famosos
los Juicios de Nuremberg, donde fueron juzgados y sentenciados varios jerarcas
nazis, sobresaliendo entre tantos criminales: Rudolf Hess, secretario
particular de Adolfo Hitler; Albert Speer, el famoso arquitecto del III Reich;
y Hermann Göring, comandante y jefe de la poderosa Luftwaffe (Fuerza Aérea
Alemana). Quedó para la historia que los dos primeros fueron perdonados y
enviados a cumplir condenas en la prisión, mientras que el tercero no soportaba
la idea de morir en la horca y alguien logró entregarle una cápsula de cianuro
con la cual se suicidó antes de ser llevado al patíbulo.
Pese a todo, en estos juicios no se
vio la justicia que todos los afectados esperaban; sobre todo el pueblo judío.
Y para rematar muchos de esos nazis fueron absueltos, y otros estuvieron solo
unos cuantos años en la cárcel, y después salieron a las calles sin que nadie
pudiera impedírselos. Los horrores que habían cometido fueron olvidados por los
países aliados, y por Alemania y por el resto del mundo, excepto por Israel,
que en 1949 fundó el Mosad (Instituto de Inteligencia y Operaciones
Especiales), una agencia de Inteligencia que se dedicaría a una misión muy
particular: cazar nazis.
Desde entonces, y por más de treinta
años las acciones del Mosad fueron famosas, sobre todo por la figura de Adolf
Eichmann, criminal nazi, a quien de manera clandestina atrapan en Argentina y
llevan a Israel donde es juzgado y condenado a la horca, dando testimonio al
mundo que los juicios de Nuremberg no fueron lo que se esperaba, y que el
pueblo judío no se detendría ante nadie para hacer pagar al mayor número de
nazis.
Tomando como punto de partida esa
premisa, llega la serie Hunters, la
cual se ubica en el año de 1977, y trata sobre un grupo de ex nazis que viven
en los Estados Unidos, y tienen la intención de instaurar un IV Reich. Para
ello, durante más de treinta años han sabido incrustarse en puestos claves del
gobierno, y empresas importantes. Cuando son descubiertos sus planes aparece un
grupo encabezado por Meyer Offerman (interpretado por Al Pacino), quien junto
con Jonah Heidelbaum, la hermana Harriet, una pareja de judíos conformada por
Saul Rubinek y Carol Kane; y Lonny Flash, se dedican a investigar, a esa plaga
que intenta de nuevo propagarse.
Offerman
no toma nada a la ligera y como el cerebro del grupo elabora plantes maestros
para ir tras la pista de cada enemigo. Su obstinada perseverancia recuerda a
ratos al legendario Simon Wisenthal, cazador incansable de nazis, cuyas
historias parecen arrancadas de una película de espionaje.
Estructurada
en diez capítulos, Hunters retrata la
década de finales de los setenta, cuando las discos eran la sensación con esa
música explosiva, las modas masculinas y femeninas representadas en colores
chillantes, y las melenas afro, son algunas referencias de la cultura pop de
esos años.
Como
contraste a lo anterior están los flashbacks del Holocausto con todo el drama
humano que representa, y su repercusión en la Historia Universal. Si bien Hunters es una historia de ficción no
deja de retratar lo que hasta nuestros días prevalece en la nación vecina del
Norte: la supremacía blanca que mira con desprecio a las personas que tienen
otro color de piel, los actos de racismo cotidianos y demás aspectos
denigrantes.
Entretenida,
con dosis de humor negro, y momentos de suspenso, Hunters es una serie que está llamando la atención, y de la cual se
dice que tendrá otra temporada. Hay que estar muy atentos al final de esta
primera, porque nada es como uno supone que sea.
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