Cine
sin Memoria
José
Luis Vivar
La
estadounidense Harper Lee se hizo famosa con un solo libro: Matar a un Ruiseñor (Editorial Harper
Collins) publicado en 1960, esta novela cuenta la historia de la autora,
representada en Scoul Finch de seis años, que vive en el pueblo ficticio de
Maycomb en Alabama, donde su padre el abogado Atticus, le encargan la defensa
de un negro llamado Tom acusado de violar a una mujer blanca de nombre Mayella
Ewell, lo cual desde un principio los mismos pobladores se deduce que es falso,
y se trata de una venganza de la muchacha por haber sido desairada por el
joven.
A pesar de tratarse de una obra
costumbrista, tuvo un éxito inusitado, por tratar conflictos de adultos desde
la inocencia de una niña que empieza a descubrir el mundo que le toca vivir en
un estado tan racista como Alabama, que, pese a todo en Monroe, pueblo natal de
la autora, existe un museo llamado como su novela Matar a un Ruiseñor, y del cual se enorgullecen sus habitantes.
Casi sesenta años después de la
publicación de dicho libro, Buscando
Justicia (Just Mercy, Destin Daniel Cretton, 2019), se ubica a finales de
la década de los setenta, y trata sobre un hombre, Walter McMillian (Jaimie
Fox), de oficio leñador quien súbitamente es detenido, acusado de asesinar a
una mujer blanca. Juzgado y sentenciado a la pena capital, la llegada del
abogado Bryan Stevenson (Michel B. Jordan) recién egresado de la prestigiosa
universidad de Harvard, prefiere tomar el caso del prisionero en Alabama, en
vez de quedarse en el Norte del país y atender casos mejor remunerados.
Tomando como compañera del caso a la
abogada penalista Eva Ansley (Brie Larson), Stevenson conocerá en carne propia
el trato que le dan las autoridades a la gente negra, precisamente por ser uno
de los estados más racistas de la Unión Americana.
En los primeros minutos de la
película hay dos escenas que muestran la dobla moral de los ciudadanos de
Alabama: por un lado, al llegar a una oficina, lo primero que le dicen a
Stevenson es que visite el Museo de Matar a un Ruiseñor, y después, en la
prisión cuando va a visitar a Walter, un guardia de seguridad le pide que se
quite toda la ropa para la revisión, y aunque el abogado protesta, no le queda
más remedio que obedecer y sufrir una terrible humillación al ver la risa
burlona del oficial blanco.
Durante mucho tiempo la silla
eléctrica era utilizada exclusivamente para ejecutar a personas de piel oscura.
Es decir, los asesinos y violadores blancos no corrían riesgos. La Justicia solo
buscaba eliminar negros. Al diablo con los acuerdos y las leyes que se
establecieron después de concluida la Guerra de Secesión (1861-1865), los ex
esclavos son enemigos de la supremacía blanca. Por todos antecedentes, el
esfuerzo del abogado de Harvard por salvar a su cliente es intenso, aunque el
pesimismo de Walter prevalece y desde un principio duda que pueda tener otro
juicio y demostrar su inocencia.
Buscando la Justicia presenta un
caso de la vida real, que es el caso de muchos ciudadanos negros que vivieron y
viven el racismo en todo su esplendor. Llama la atención que poco o nada ha
cambiado en ese estado, donde miles de inocentes están prisioneros, solo por el
color de su piel.
Como es de suponerse, en dicho
estado la película ha sido criticada por exagerar las condiciones sociales que
se muestran, como la intimidación a la pareja de defensores y los recursos
legales que buscan a toda costa impedir que Walter obtenga su libertad, cuando
todos saben que es culpable y debe morir electrocutado.
Conmovedora a ratos, por la
situación que viven dos de los compañeros de celda del leñador, las
conclusiones que deja esta película es que vivir en Alabama y en Texas no es
fácil para quien no sea blanco. Reiteradamente se deja entre ver que allí las
leyes se manejan de otra manera, y que cualquiera puede ser acusado sin las más
mínimas pruebas.
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