Elizabeth
Camacho Peña
Es esencial
contar con relaciones sanas de convivencia con los compañeros de trabajo y así
por efecto se tendrán jornadas laborales agradables y productivas.
Desde
que nacemos estamos expuestos a convivir y socializar con las personas de
nuestro entorno, cuando crecemos y comenzamos a laborar, sea cual sea el ámbito
en el que nos desarrollamos, gran parte de nuestra vida convivimos con personas
que se establecen como compañeros de trabajo y algunas veces amigos de vida, las
relaciones interpersonales con los compañeros toman una influencia importante
sobre el clima laboral, la calidad del trabajo en equipo que se logre
desarrollar y este a su vez repercute en los resultados laborales y el logro de
las metas individuales.
Si
resulta difícil tener una buena relación con los familiares, amigos o pareja,
el tener una buena convivencia con los compañeros es aún más complicado, pero
se debe aprender a relacionarse y manejar de manera inteligente las diferentes
situaciones que se pueden presentar para que no se vea afectado el rendimiento
laboral porque muchas veces, incide de manera directa en la productividad y la
disposición que se tiene frente a las tareas que se deben realizar y se vuelva
al final del día otra carga de trabajo el tema de convivir bien con el entorno.
Para
ser un profesional completo hay que saber manejar la inteligencia emocional, ya
que, si no es así, cualquier diferencia o discusión puede llegar a convertirse
en un problema mayor que afecte de manera directa en el trabajo.
Promover
entornos de trabajo que sean armoniosos y saludables es un compromiso de todos.
Incluye
desde las políticas y valores establecidos en la organización, las actividades
que fomenten habilidades de comunicación y solución de problemas, generar
espacios de integración y bienestar, entre otras, pero lo más importante es el
compromiso particular de cada persona en aportar una actitud de respeto y sana
convivencia.
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