Tecalitlán
en la historia
René
Chávez Deníz*
A
continuación, les comparto algunas anécdotas de la vida y personalidad contadas
por el Señor Gonzalo Ochoa al Señor Ramiro Martínez Negrete, persona que estuvo
cerca de Gonzalo por muchos años, ya que empezó a trabajar en 1954 como
bodeguero en el ingenio “La Guadalupe” propiedad de Don Gonzalo y
posteriormente como empleador de confianza.
Don Ramiro se remonta a fines del
siglo XIX a principios del siglo XX tiempo en que se casaron los padres de don
Gonzalo Ochoa, Don Leopoldo Ochoa Rodríguez y Ma. Dolores de la Mora quienes
tuvieron seis miembros de familia Gonzalo Salvador, José, Edmundo, Esperanza,
Dolores y Flavia.
Don Leopoldo comenzó a elaborar
piloncillo en una hacienda ubicada a la orilla de la población de Tecalitlán
como buen visionario empezó a agrandar el trapiche, comenzó a elaborar azúcar
en marqueta y alcohol, todo marchaba bien, pero… el Sr. Leopoldo Ochoa a causa
de la revolución tuvo que salir de Tecalitlán, emigrando al estado de Michoacán
trabajando en un ingenio como tachero y encargado de elaborar azúcar.
Y bien… volviendo con Don Gonzálo Ochoa,
después de estar un tiempo fuera de aquí regresa para hacerse cargo del ingenio
que andaba mal. Luego el Sr. Gonzalo se casó con la Señorita Ana María
Hinojosa, tuvieron 4 hijos le sobreviven Yolanda y Jaime Ramón, tiempo después
encuentra su segunda esposa la Señora Elizondo.
En sus traslados de Tecalitlán a
Zapotlán hoy Cd. Guzmán, en uno de estos fue interceptado en el cruce de la vía
del tren, cerca de la puerta de
Cárdenas, siendo secuestrado por unos bandidos, Don Gonzalo llevaba de
chofer a Don Aureliano Cisneros quien se mostraba muy asustado, el Sr. Ochoa de
la Mora le decía “MANO” no tengas miedo, al que quieren es a mí, caminaron buen
tramo por la via del tren donde el Sr. Ochoa iba dejando pistas por donde lo
llevaban, tiro un pañuelo con su nombre grabado, luego una pluma fuente, su
corbata y así sucesivamente, lo ocultaron en una cueva del volcán, el Sr. Ochoa
no les demostró miedo, varias veces amenazaron con colgarlo, Don Aureliano su
chofer lloraba de miedo, los bandidos se
llevaban a Don Aureliano a sus andanzas en donde veía que les quitaban los
almuerzos a la gente trabajadora, si se resistían los ahorcaban, después de
varios meses le hicieron llegar a la señora Elizondo una petición en los que
los bandidos le pedían $5000.00 cinco mil pesos en oro.
Contaba Don Gonzalo que por la
mañana le daban de comer tacos y por las noches solo tortillas remojadas en
agua, se llegó el plazo de entregar el dinero ¡Ah! Pero antes de eso, una
hermana del Sr. Gonzalo Ochoa de la Mora estaba casada con el Sr. Francisco de
la Torre un Español que explotaba la Sierra de Tapalpa, extraía la trementina
de los pinos la procesaba y la trasformaba en Colofinia que exportaba a Estados
unidos de Norteamérica, una hermana de Don Francisco era la esposa del
presidente de la Republica el Gral. Manuel Ávila Camacho, entonces el Sr. Ávila
Camacho ordeno que el ejército peinara todas las faldas del volcán, en Zapotlán
la Sra. Elizondo reunió los 5 mil pesos
en oro, el portador de dicho dinero fue el Sr. Aureliano Cisneros, salió rumbo
al volcán en una yegua blanca, era la clave para que el ejército no le
disparara, todos los caminos que
conducían al volcán, en las labores en cada “MONO” de hoja se escondía un
soldado, la yegua blanca los llevo a donde se encontraba el Sr. Ochoa
secuestrado, entonces el ejército abrió fuego muchos de los bandidos murieron y
otros escaparon porque conocían todos los atajos y caminos del volcán, el jefe
de los bandidos escapo con el dinero, el Sr. Cisneros monto su yegua blanca, se
regresó y duro tres días escondido en el panteón de Zapotlán, salvo su vida
porque el ejército tenía órdenes de no disparar al jinete de la yegua blanca,
gracias a Dios este episodio amargo llego a su fin, Don Gonzalo llego sano y
salvo a su hogar con sus seres queridos cerrándose así una página de la vida de
este gran hombre.
Retomando datos proporcionados por
Don Ramiro Martínez Negrete acerca del ingenio “LA GUADALUPE” nos comenta que
Don Gonzalo contaba con muy buenos elementos, los obreros dirigidos por los
señores Emilio y Alfredo Rebolledo, el campo por el Sr. Salvador Rodríguez y en
las oficinas los señores Macario Ramírez torres, Don José María Cantero. Las
oficinas de los ingenios “La Guadalupe” y “Santiago” se ubicaban en la calle
Miguel Pérez Ponce de León #90.
En 1972 Don Gonzalo Ochoa sufrió una
embolia y en septiembre de ese año el final de su vida llego, Tecalitlán se
ponía de luto al perder a uno de sus hijos predilectos.
*Cronista
Municipal de Tecalitlán.
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