Un
momento por favor
J.
Jesús Juárez Martín
El
festejo universal más importante del año es la Navidad, día que celebramos el
nacimiento de Cristo Jesús hace más de dos mil años y que tiene vigencia,
aunque la evolución de este festejo va de acuerdo a los usos, costumbres y
publicidad que actualizan el festejo.
Deseo
compartir con usted amable lectora, lector que se ocupa de interiorizarse de
este mensaje que tiene como objeto la Navidad el tema de comunicación; si eres
joven, mi agradecimiento crece, los recuerdos, las reflexiones, las catarsis de
los mayores a través de la escritura, tienen una connotación diversa, no sólo
de lenguaje, sino de manifestaciones emocionales diferentes, valoración
diferente. Los jóvenes que se invitan o quedan de reunirse en una posada por la
noche, sin duda es una reunión festiva social, de convivencia, por este tiempo
cercano al 25 de diciembre, si los interlocutores son mayores, de la tercera o
más avanzada edad, ciertamente tendrá una motivación de sentido religioso
aunque no descarte lo social el reencuentro y el festejo tendrá como centro el
homenaje al Niño que nació en Belén, y
con su nacimiento se cumplieron las profecías y el anunciado por los profetas,
el esperado por el pueblo de Abraham, Jacob, Isaías, los patriarcas del pueblo
israelita y hasta de sus reyes.
Podríamos
tomar como primicia, como argumento la aseveración actual: “Nada es verdad,
nada es mentira, todo es del color del cristal con que se mira” el cristal es
la afectividad personal y las aprensiones diversas pueden ser igualmente
positivas, en ambos casos.
Sabemos,
lo experimentamos que hay celebraciones de Navidad alrededor del nacimiento del
Niño Jesús, y navidades ajenas al acontecimiento singular del Nacimiento de
Belén que mostró al mundo el amor del Padre celestial, al enviar a su hijo para
la salvación de la humanidad.
Las
diversas formas de celebrar la navidad tienen su fundamento en la celebración
del Niño sagrado, el popularísimo Santo
Claus, en Oriente lo llaman Nicolás
de Mira,
por la ciudad donde fue Obispo, en
Occidente se le llama Nicolás de Bari,
porque cuando los musulmanes conquistaron donde se guardaban sus restos
mortales, un grupo de cristianos sacó de allí en secreto las reliquias del
santo y se las llevó a la ciudad
de Bari, en Italia. En esa ciudad se le adjudicaron tan admirables
milagros al rezarle a este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente
popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya
en el año 550 le habían construido un templo en su honor.
Su
nombre es notable también fuera del mundo cristiano porque su figura ha dado
origen a la leyenda de Santa Claus, conocido también como Papá Noel, desde niño se distinguió, piadoso y
generoso. Sus padres, lo educaron en la fe cristiana, a la muerte de ellos,
Nicolás heredó su gran fortuna que puso al servicio de los necesitados, sus
caridades a los necesitados y en especial a los niños, le hicieron popular como
Arzobispo de Constantinopla.
Su
inicio como Obispo se envuelve en la leyenda que varios sacerdotes y obispos se
encontraban discutiendo sobre quién sería el futuro obispo, pues el anterior
había fallecido. Al no ponerse de acuerdo, se decidió que fuera el próximo
sacerdote que entrase en el templo, que casualmente fue Nicolás de Bari.
La
corriente de desarraigo de Jesús de la Navidad, impulsa este símbolo de Navidad
y su popularidad europea, arraigó en América en especial en los Estados
Unidos. La publicidad y el manejo
mercantil lo colocan como la figura central de los regalos de navidad y hasta
se desplaza n los buenos deseos de “Una Feliz Navidad” por el de “Felices
Fiestas”.
Existe
también el Árbol de Navidad, que recuerda al árbol del Paraíso de
cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino la falta original; y por lo que Jesucristo vino como el
salvador prometido para la reconciliación. También representa al árbol de la vida eterna, por su follaje perenne.
La
forma triangular del árbol representa a
la Santísima Trinidad. La Corona de Adviento las velas
tienen diferente significado.
El morado, reconciliación,
penitencia.
La
plata, agradecimiento.
El
oro, alabanza.
El verde, abundancia, fortaleza y naturaleza
¡Feliz
Navidad con el Niño Jesús!
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