Silvia Quezada Camberos
A finales de los años veinte del siglo pasado, tres
poetas mexicanos emprendieron una tarea: escribir en prosa, tres relatos, o si
quiere, tres novelas cortas, aunque decir novela, no sea precisamente lo que
ellos lograron. Novela como nube, de Gilberto Owen; Margarita de
Niebla, de Jaime Torres Bodet y Dama de corazones, de Xavier
Villaurrutia, son textos que han recibido una seria atención por parte de la
crítica, baste observar que Vicente Quirarte, Juan Coronado y Pedro Ángel Palou
realizan las introducciones correspondientes en los tirajes que con más de dos
mil ejemplares presenta la Universidad Autónoma de México entre los años 2004 y
2005.
Los tres
títulos se convirtieron en el foco de interés para un joven investigador
jalisciense en sus estudios doctorales, Luis Alberto Pérez Amezcua, porque
creyó ver en ellos una oportunidad de hacer una lectura y una crítica
distintas: no se trataba de trabajar los cuerpos narrativos como novelas
líricas, ni rastreables en su estructura, sino que conjeturó ver en ellas algunos
mitos grecolatinos que pudieran leerse a la luz de las concepciones que los
literatos mexicanos de hace casi cien años guardaban y quiso demostrar que la
literatura, la pintura y la música eran las disciplinas exactas de la
representación de esas tradiciones universales.
Pérez Amezcua sabía
que no sería sencillo acercarse de modo teórico y metodológico a esas piezas
narrativas, estudiadas desde la retórica y los métodos estructurales por
diversos tesistas y críticos. Se propuso ser Doctor en Humanidades demostrando
que la mitocrítica era un camino certero para llevar a cabo un análisis que
enriqueciera la lectura de las páginas mencionadas. Para ello fue necesario estudiar
a profundidad la propuesta de Gilbert Durand, quien considera que una obra de
arte es más que una visión de mundo, puesto que se convierte en una dinámica
vinculada a un destino cultural. La respuesta a ese análisis se encuentra en el
libro Hermes en la encrucijada que hoy nos convoca.
El trabajo del
investigador fue rastrear fuentes bibliográficas para fundamentar las
explicaciones que se darían, pero, sobre todo, desentrañar los estudios de lo
imaginario. Partió de los títulos de los libros estudiados, observando cómo en Novela
como nube, se hace una referencia a lo inacabado, a lo cambiante, a lo no
determinado. Margarita de niebla se asocia a la nube de la
primera novela porque en ambas no hay un formato definido, niebla y nube son
estados inaprensibles, tan poco estables como los comportamientos de sus
personajes centrales, “las mujeres nunca se entregan, nunca nos dan más que una
nube con su figura” (p.85)
El autor de Hermes en la encrucijada nos recuerda
que “toda obra literaria contiene un sentido oculto, o implícito, y que la
tarea de descubrirlo compete al lector” (p.59) por lo que ayudados por su
análisis y por su aseveración respecto a que “ninguna imagen surge de la nada
[sino que] tiene su origen en una serie de factores que afectan a nuestras
instancias sensitivas y psicológicas” (p.61) seguimos como lectores los relatos
fabulosos de origen popular, cuyos héroes o antihéroes portan características
que los distinguen por un atributo en particular, así nos involucramos con las
historias de Ixión, Fausto y Orfeo, aunque no serán los únicos seres míticos
presentes en las narraciones.
Novela como nube, de Gilberto
Owen plantea la búsqueda de Ernesto, el narrador personaje, dirigida al encuentro
de la mujer ideal. En esa exploración se muestra como un sujeto fragmentado,
escindido, quien no encontrará la totalidad cumplida de sus deseos, a pesar de
relacionarse con dos mujeres opuestas en su carácter y en sus modos de
comportarse. En el trayecto, el lector encuentra rasgos de misoginia, pero,
sobre todo, un anhelo por el autoconocimiento, que lo llevará a ser la rueda de
fuego en ese trayecto como el Ixión mítico, que traiciona y es condenado a
arder para siempre. Su demanda siempre será infructuosa.
Dama
de corazones, de Xavier Villaurrutia aborda la decisión que Julio debe
tomar ante dos mujeres, sus primas, a quienes mira como una sola mujer de dos
cabezas, examinando sus estilos y modos de obrar. El mito de Fausto se hace
presente en la ópera que los tres personajes entonan y el decorado simbólico en
la figura de la muerte y el sueño. Pérez Amezcua encuentra latente el mito de
Orfeo, dado que Julio rehúye de todo amor femenino. La renuncia a la mujer se
compensa con otra conquista, la de la obra personal, que no menoscaba la pasión
por la vida. La postura ante la mujer será de contemplación y distanciamiento.
Margarita de
Niebla, de Jaime Torres Bodet no es muy diferente en su
entramado argumental a las otras dos novelas. El nombre de Margarita nos remite
de inmediato al mito de Fausto y la niebla, es decir a lo indeterminado. La
novela para mi gusto es la mejor de las tres, tiene una atmósfera mental más
rica en decorado simbólico y en vida espiritual. La niebla se relaciona con
Mefistófeles y con la imposibilidad de la unicidad, el tono romántico de la
pieza y la presencia de dos almas en un mismo pecho lo confirman. Novela
dubitativa de un hombre ante dos mujeres que se escapan a la realidad.
Habrá que
decirse que el hilo narrativo de las tres novelas estudiadas es clarificado por
el autor, quien observa que en las tres obras la mujer aparece como la mujer no
alcanzada, en representación de la imposibilidad del amor, de la alteridad, del
complemento amoroso imposible de obtener. Esta idea deriva en el recuerdo del
sujeto andrógino, mito platónico, el cual expresa que en tiempos remotos fuimos
un ser con cuatro brazos y cuatro piernas, a quien Zeus miró como un posible
enemigo, por lo que separó en dos aquella unidad, condenando a los seres
humanos a buscar su mitad por toda la faz de la tierra. Pero ese mito, es tema
de un estudio que no nos compete.
*Pérez Amezcua, Luis Alberto. Hermes en la encrucijada.
Análisis mitocrítico de las novelas líricas de Los Contemporáneos.
Guadalajara: STAUdG, 2019.
*Presentación en la XXXIII Feria Internacional del Libro,
Salón Alfredo R. Placencia, miércoles 4 de diciembre 2019.
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