lunes, 9 de diciembre de 2019

Hermes en la encrucijada de Luis Alberto Pérez Amezcua






Silvia Quezada Camberos



A finales de los años veinte del siglo pasado, tres poetas mexicanos emprendieron una tarea: escribir en prosa, tres relatos, o si quiere, tres novelas cortas, aunque decir novela, no sea precisamente lo que ellos lograron. Novela como nube, de Gilberto Owen; Margarita de Niebla, de Jaime Torres Bodet y Dama de corazones, de Xavier Villaurrutia, son textos que han recibido una seria atención por parte de la crítica, baste observar que Vicente Quirarte, Juan Coronado y Pedro Ángel Palou realizan las introducciones correspondientes en los tirajes que con más de dos mil ejemplares presenta la Universidad Autónoma de México entre los años 2004 y 2005.



Los tres títulos se convirtieron en el foco de interés para un joven investigador jalisciense en sus estudios doctorales, Luis Alberto Pérez Amezcua, porque creyó ver en ellos una oportunidad de hacer una lectura y una crítica distintas: no se trataba de trabajar los cuerpos narrativos como novelas líricas, ni rastreables en su estructura, sino que conjeturó ver en ellas algunos mitos grecolatinos que pudieran leerse a la luz de las concepciones que los literatos mexicanos de hace casi cien años guardaban y quiso demostrar que la literatura, la pintura y la música eran las disciplinas exactas de la representación de esas tradiciones universales.

Pérez Amezcua sabía que no sería sencillo acercarse de modo teórico y metodológico a esas piezas narrativas, estudiadas desde la retórica y los métodos estructurales por diversos tesistas y críticos. Se propuso ser Doctor en Humanidades demostrando que la mitocrítica era un camino certero para llevar a cabo un análisis que enriqueciera la lectura de las páginas mencionadas. Para ello fue necesario estudiar a profundidad la propuesta de Gilbert Durand, quien considera que una obra de arte es más que una visión de mundo, puesto que se convierte en una dinámica vinculada a un destino cultural. La respuesta a ese análisis se encuentra en el libro Hermes en la encrucijada que hoy nos convoca.




El trabajo del investigador fue rastrear fuentes bibliográficas para fundamentar las explicaciones que se darían, pero, sobre todo, desentrañar los estudios de lo imaginario. Partió de los títulos de los libros estudiados, observando cómo en Novela como nube, se hace una referencia a lo inacabado, a lo cambiante, a lo no determinado. Margarita de niebla se asocia a la nube de la primera novela porque en ambas no hay un formato definido, niebla y nube son estados inaprensibles, tan poco estables como los comportamientos de sus personajes centrales, “las mujeres nunca se entregan, nunca nos dan más que una nube con su figura” (p.85)

El autor de Hermes en la encrucijada nos recuerda que “toda obra literaria contiene un sentido oculto, o implícito, y que la tarea de descubrirlo compete al lector” (p.59) por lo que ayudados por su análisis y por su aseveración respecto a que “ninguna imagen surge de la nada [sino que] tiene su origen en una serie de factores que afectan a nuestras instancias sensitivas y psicológicas” (p.61) seguimos como lectores los relatos fabulosos de origen popular, cuyos héroes o antihéroes portan características que los distinguen por un atributo en particular, así nos involucramos con las historias de Ixión, Fausto y Orfeo, aunque no serán los únicos seres míticos presentes en las narraciones.

Novela como nube, de Gilberto Owen plantea la búsqueda de Ernesto, el narrador personaje, dirigida al encuentro de la mujer ideal. En esa exploración se muestra como un sujeto fragmentado, escindido, quien no encontrará la totalidad cumplida de sus deseos, a pesar de relacionarse con dos mujeres opuestas en su carácter y en sus modos de comportarse. En el trayecto, el lector encuentra rasgos de misoginia, pero, sobre todo, un anhelo por el autoconocimiento, que lo llevará a ser la rueda de fuego en ese trayecto como el Ixión mítico, que traiciona y es condenado a arder para siempre. Su demanda siempre será infructuosa.




            Dama de corazones, de Xavier Villaurrutia aborda la decisión que Julio debe tomar ante dos mujeres, sus primas, a quienes mira como una sola mujer de dos cabezas, examinando sus estilos y modos de obrar. El mito de Fausto se hace presente en la ópera que los tres personajes entonan y el decorado simbólico en la figura de la muerte y el sueño. Pérez Amezcua encuentra latente el mito de Orfeo, dado que Julio rehúye de todo amor femenino. La renuncia a la mujer se compensa con otra conquista, la de la obra personal, que no menoscaba la pasión por la vida. La postura ante la mujer será de contemplación y distanciamiento.

Margarita de Niebla, de Jaime Torres Bodet no es muy diferente en su entramado argumental a las otras dos novelas. El nombre de Margarita nos remite de inmediato al mito de Fausto y la niebla, es decir a lo indeterminado. La novela para mi gusto es la mejor de las tres, tiene una atmósfera mental más rica en decorado simbólico y en vida espiritual. La niebla se relaciona con Mefistófeles y con la imposibilidad de la unicidad, el tono romántico de la pieza y la presencia de dos almas en un mismo pecho lo confirman. Novela dubitativa de un hombre ante dos mujeres que se escapan a la realidad.

Habrá que decirse que el hilo narrativo de las tres novelas estudiadas es clarificado por el autor, quien observa que en las tres obras la mujer aparece como la mujer no alcanzada, en representación de la imposibilidad del amor, de la alteridad, del complemento amoroso imposible de obtener. Esta idea deriva en el recuerdo del sujeto andrógino, mito platónico, el cual expresa que en tiempos remotos fuimos un ser con cuatro brazos y cuatro piernas, a quien Zeus miró como un posible enemigo, por lo que separó en dos aquella unidad, condenando a los seres humanos a buscar su mitad por toda la faz de la tierra. Pero ese mito, es tema de un estudio que no nos compete.


*Pérez Amezcua, Luis Alberto. Hermes en la encrucijada. Análisis mitocrítico de las novelas líricas de Los Contemporáneos. Guadalajara: STAUdG, 2019.



*Presentación en la XXXIII Feria Internacional del Libro, Salón Alfredo R. Placencia, miércoles 4 de diciembre 2019.




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