José
Mario Castillo/El Volcán
De
visita la campeona de los 1,500 metros en Perú en la categoría débiles visuales
con guía, Mónica Rodríguez hizo su arribo a las instalaciones del estadio
Olímpico “Flavio Romero de Velasco”, acompañada de su esposo Felipe, donde los
esperaban un buen número de compañeros de atletismo que le brindaron una
cordial bienvenida.
Un
gran cartel lucía a la entrada del estadio, mismo que le hizo notar su esposo y
entre porras y aplausos le dieron la cordial bienvenida, para su fortuna de
ambas partes, había una exhibición de Taekwondo y bastantes niños de diferentes
edades que pasaban exámenes de cinta negra, y digo fortuna de ambas partes, ya
que cuando se dieron cuenta los chicos y sus profesores de quien estaba
haciendo su arribo a la pista, le hicieron el día a lo grande.
Un
grupo de chicos de los más pequeños acompañaron a Mónica a un recorrido de 4
vueltas sobre la pista del estadio Olímpico sirviendo de guía su esposo Felipe
que corrió a la par con la pulsera que sirve de guía a los corredores con
debilidad visual.
Pero
no solo la acompañaron los niños, sino algunos profesores de los niños, padres
de familia y los compañeros que la
esperaban, al finalizar las cuatro vueltas que le dieron a la pista, infinidad
de niños y los propios profesores aprovecharon la estancia de Mónica para
tomarse la foto del recuerdo y la campeona recién llegada de Beirut con la
medalla de Oro y el tiempo record para buscar su pase al mundial que se llevará
a cabo en Tokio no se hizo del rogar y fueron bastantes las fotografías que se
tomaron.
Pero,
una vez que se cansaron los chicos de tomarse fotos y como ya se iban a retirar
a recibir sus reconocimientos de la prueba que se les practicó, Mónica se
retiró a la gradería del estadio Olímpico donde sus compañeros de Atletismo
encabezados por Manuel García Cárdenas, la Odontóloga Cecy, la señora González,
Liliana, el profe José y muchos más que no conocemos pero que en la foto salen,
le ofrecieron un convivio donde se repartió Atole con tamales y todos contentos
y vimos a una Mónica disfrutar en grande con sus compañeros y acompañada de su
mama y otras personas que la felicitaban.
Al
final nos retiramos ya cuando comenzaba a oscureces y como las lámparas no las
prenden todas seguro para no gastar tanta luz, lo mejor fue emprender la
retirada y dejar descansar a la campeona medalla de oro.
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