Cine
sin Memoria
José
Luis Vivar
Desde
su anuncio como película de Netflix, El
Irlandés de Martin Scorsese, llamó la atención de los medios por tratarse
de un director del Hollywood tradicional. Sin embargo, era un hecho que deseaba
colocar su obra fílmica en una de las plataformas digitales más importantes del
mundo. De esta manera, el mencionado director le entraba al Streaming, para
estar a la vanguardia, y confirmar lo que se viene diciendo desde hace ya rato:
el cine no se limita a las salas, sino a otros dispositivos electrónicos, lo
que al mismo tiempo permite al espectador ver la película en el lugar y en el
horario que más le convenga.
Y aunque a escasas semanas de su
estreno, Scorsese generó polémica por su dura crítica a las películas de
Marvel, hizo pensar que esto podría afectarle, no fue así, y El Irlandés por fin llegó a las
pantallas -en nuestro país se estrenó apenas el pasado 27 de noviembre-, y
desde entonces se ha convertido en un éxito que seguramente llamará la atención
de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, para ser nominada en
varias categorías de los Premios Óscar.
Con un presupuesto de 150 millones
de dólares y tres horas con veintinueve minutos de duración, esta película resulta
sumamente atractiva, gracias a la impecable fotografía de Rodrigo Prieto
-algunos planos y desplazamientos de cámara son extraordinarios-, y también a
los efectos especiales como el al-deaging, que hace posible rejuvenecer los
rostros de los principales actores: Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, con
lo cual hace más verídico el proceso de envejecimiento de sus personajes.
Es así como siguiendo la tradición
iniciada con Mean Streets (1973); Goodfellas (1990) y Casino (1995), El Irlandés
cuenta la historia de Frank Sheeran, quien desde un asilo narra al espectador
su vida, la cual comprende varias etapas: combatiente de la Segunda Guerra
Mundial; camionero transportista de carnes; pintor de casas; guardaespaldas de
Jimmy Hoffa y líder camionero. Por eso mismo la historia no es del todo lineal,
sino que tiene saltos que permiten desplazarse al pasado al presente, en tres
décadas: 50’s, 60´y 70’s.
La existencia de Sheeran se divide
entre su familia -a la que ama con verdadera devoción-, y estar al servicio de
quienes lo contratan, lo mismo para manejar un camión que para pintar casas
-una forma sutil de llamar a los asesinos que en el interior de las viviendas
de sus víctimas manchan de sangre las paredes-, todo esto haciéndolo con
rigurosa disciplina; si es que el acto de matar puede llamársele así.
Aunque los escenarios se repiten en
diferentes tiempos, el centro principal de esta película es la relación de
Sheeran con Jimmy Hoffa, cuyos tentáculos en la mafia se extienden por toda la
unión americana y llegan hasta las mismísima Casa Blanca, dejando entrever que
su gremio tuvo mucho que ver con la candidatura y triunfo de John F. Kennedy, y
cómo esa relación idílica se truncó al momento de perder la isla de Cuba, y del
fracaso que significó la Bahía de Cochinos.
Perder los casinos y todo lo que de
ellos se generaba en la tierra de Fidel Castro, fue una terrible derrota
económica para esos grupos mafiosos, así como y la pérdida de la confianza en
el joven presidente que se convirtió en un enemigo a vencer, y que un 22 de
noviembre de 1963 por fin pusieron fin a su vida.
Todo lo anterior es narrado en El Irlandés, con la jerga habitual de
los gánsteres y esos giros lingüísticos que los traductores al español tratan
de dar un significado acorde la cultura mexicana. Palabras en clave, gestos,
muchos gestos que equivalen a silenciar a alguien que se está pasando de los
límites.
Sheeran
es testigo del ascenso y declive de Hoffa, cuyo paradero aún se ignora, pero
que permitió poner fin a una época de cacicazgo, cuyo equivalente en los
Estados Unidos sería simplemente dictador y que, a pesar de las advertencias de
Sheeran, nunca hizo caso. Sus palabras más que una advertencia, son lapidarias
para quien las escucha: “Si ellos mataron a un presidente, no les costará nada
hacer lo mismo con un líder de camioneros”.
El
Irlandés es fiel a sus amos y a sus principios criminales. No es alguien
que tenga dudas o remordimientos. Cumple lo que le ordenan y hace lo que mejor
le parece, sin importar las consecuencias, aunque es del todo perceptible que
algunas de esas acciones le duelen porque en su familia, sobre todo su hija
Peggy, sabe muy bien a lo que se dedica.
No se sabe si esta película con el
paso del tiempo llegará a convertirse en un clásico, pero sí es posible
concluir que se trata una obra maestra del género, y que Martin Scorsese logra
salir airoso en su primera experiencia en las plataformas digitales.
El
Irlandés
Director: Martin
Scorsese
Año: 2019
Producción: Martin
Scorsese; Robert De
Niro; Jane
Rosenthal; Gastón
Pavlovich; Emma
Tillinger Koskoff
Productores: Robert De
Niro, Martin
Scorsese, Randall
Emmett
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