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jueves, 12 de diciembre de 2019

Crónica de la velada a la virgen de Guadalupe en Tecalitlán









René Chávez Deníz*


El día 10 de diciembre en Tecalitlán es una tradición muy arraigada velar a la virgen ese día, el lugar es en el atrio parroquial en donde Niños, jóvenes y adultos asisten fervorosos a visitar a la virgen con vestimentas propias de invierno: chamarras, suéteres, bufandas, y hasta gorros las indumentarias que portan para protegerse del fuerte viento y del frio que se registra en esos momentos en ese lugar.

Cercas de la imagen de la virgen, un grupo de personas invitan a los asistentes a unirse al rezo del santo rosario quienes al final de cada misterio intercalan cantos y alabanzas, “La guadalupana, La guadalupana, La guadalupana bajo al Tepeyac…” los niños emocionados son los que de manera muy efusiva entonan fuertemente los cantos contagiados propiamente por el fervor expresados por la gente adulta.

A partir de la once de la noche no cesa la virgen de recibir visitantes, familias enteras acuden a rezar, otras personas al unísono entonan cantos guadalupanos y diversidad de personas sentadas en bancas se unen en oración con las demás fieles.

A media noche el frío se intensifica, pero a la llegada de los grupos musicales para entonar las mañanitas ayuda para que el ambiente se tornara cálido.

La piel de algunos feligreses se eriza cuando se cantan canciones propias del guadalupanismo, muchos de ellos cantan y la emoción los quebranta y les inspira a emitir sollozos que contagian a propios y a extraños.

Durante la velada no pueden faltar cientos de paisanos tecalitlenses que radican en los Estados Unidos que año con año continúan la tradición de visitar a la morenita de Tepeyac cada diez de diciembre.

Ellos con mucho mayor fervor buscaban estar cerca de la imagen de la virgen, ahí acompañados de sus hijos les infundían insensatamente una mayor veneración al guadalupanismo.

La claridad de un nuevo día llego y muchos católicos se da por terminada la visita a la virgen de Guadalupe, la velada había transcurrido en total orden y tranquilidad.

Un año más en el cual los católicos honran con motivos diversos a la siempre virgen Santa María de Guadalupe quien protege permanentemente con su manto a la población tecalitlense

*Cronista Municipal de Tecalitlán.




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