Un
momento por favor
J.
Jesús Juárez Martín
La
extremadamente dinámica vida comunitaria, nos envuelve en una borrasca de
sucesos actuales y de los que, queramos o no, formamos parte, enfrentamos,
convivimos, situaciones políticas, sociales, familiares, de entretenimiento,
laborales, vecinales, comunitarias... pues en esta ocasión deseo comentar una
experiencia nacional gestada en la entraña de la historia del pueblo mexicano
desde la formación de sí mismo: La religiosidad.
Los
pueblos precortesianos, tenían sus propias religiones, precedidas por las divinidades
que ellos constituyeron; a la llegada de los conquistadores, los misioneros
transformaron con sentido trascendente la teología de aquellos pueblos prehispánicos
y a los mestizos nos legaron una religión católica, iniciada en tiempo de la
Reforma y Contrarreforma religiosas europea
que nos unificó como un pueblo en formación, en 1810 con reclamo de su
independencia y reconocida por el último Virrey Juan O' Donojú que nunca ejerció su cargo.
Virrey protocolario, sin ejercicio de poder.
El
Acta de Independencia del Imperio Mexicano, nombró una regencia compuesta por
Agustín de Iturbide como presidente, Juan O'Donojú como Primer Regente con
Manuel de la Bárcena, José Isidro Yáñez y Manuel Velázquez de León como 2°, 3°
y 4° regentes, quedando consumada la Independencia, el 27 de septiembre con la
entrada del Ejercito Trigarante la ciudad de México.
Durante
el Siglo XIX, el asentamiento de las instituciones fue de riesgos y
enfrentamientos, hasta la llegada al Poder en 1876 de Don Porfirio Díaz, que pacifico
al país y con sus reelecciones, motivó la Revolución convocada por Don
Francisco I Madero.
El
Congreso de Querétaro de 1917, legisla para México en materia religiosa como
estado laico y en 1926 el Pte. Plutarco Elías Calles que limita el ejercicio de
culto público de la fe, lo que origina la reacción el cierre de los templos y
luego la defensa del derecho de profesar la religión que eligen los fieles, en
especial los católicos.
Este
es el origen de lo que conocemos como La Cristiada, sangrienta guerra civil del
supremo Gobierno y los Cristeros que pelearon
de 1926 a 1929 cuando se dio el armisticio, su grito de lucha y constancia fue:
¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!, que aún escuchamos con veneración
y reconocimiento a los Santos Mártires de Cristo Rey y sus combatientes, porque
en una lucha desigual pudieron hacer reflexionar a un gobierno cerrado,
dijéramos como los autores de crónica de “orientación jacobina”.
Les
comunico estos datos estadísticos, para que usted haga sus conclusiones con
respecto a esta lucha que tanto daño a nuestro México y como se afirma, no
existe una historia oficial disponible, sin embargo, los testimonios directos
permitieron escribir la Historia de la Cristiada.
De
los veintiséis santos, canonizados por la Iglesia Católica, la semana anterior
estuvieron sus Reliquias de todos ellos que se veneran en el Santuario de los Mártires de Cristo Rey en
Guadalajara. Los Caballeros de Colón de
San José de Zapotlán por cuarta vez las trajeron, liderados por los Hnos.
Caballeros Carlos Sánchez y Hugo Vázquez como una forma de conmemorar el sacrificio de
San Rodrigo Aguilar Alemán de hace 91
años en Ejutla, el día 27 de octubre, quien fuera Párroco de Zapotiltic de 1923 a 1925 y lo más
significante para esta región nacido en Sayula, Sacerdote del Seminario de
Ciudad Guzmán, ordenado en Guadalajara Ministro sagrado de varios lugares, La
Yesca, Lagos de Moreno, Atotonilco,
Sayula... Unión de Tula y ahorcado en Ejutla.
La
veneración a las reliquias se hizo con el siguiente itinerario: Parroquia de
Sayula, recibidas por fieles encabezado por El Sr. Cura José Sánchez Sánchez,
en el Colegio Franciscano en su Acción de Gracias por el Octogésimo Aniversario
de su Fundación: Colegio México que tuvo la Imagen de la Virgen de Zapopan en
la Eucaristía precedida por el Excmo. Sr Obispo Emérito de Ciudad Guzmán, Don
Rafael León Villegas.
En
la Capilla de La Madres Adoratrices, donde hubo dos breves exposiciones de los
Santos Mártires Mexicanos y los católicos perseguidos y reprimidos por su fe en
tantos países... Se continuó su peregrinar en la Parroquia de San Isidro
Labrador en especial presidiendo con la Virgen Peregrina de Talpa, la Hora
Santa, esa noche en Ciudad Guzmán y luego a Colima, donde se veneraron con el
mismo entusiasmo la distinguida visita... regresaron a San Isidro a la misa del
sábado por la noche de donde trasladadas a Su Santuario el domingo 3 de
noviembre al despertar el día.
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