*Samuel Gómez Patiño
Te das cuenta
que tu vida cambia, cuando tienes más citas médicas que románticas y, en esta
etapa de mi vida acudo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fielmente
cada mes. Con regularidad asisto a mi consulta ya que debo de cuidar mi presión
arterial, el colesterol y el sobrepeso.
Durante
muchos años ronde en los 50 kilogramos, participe en carreras atléticas, jugué
futbol principalmente como portero, béisbol y softbol y me case. Esto último no
cambio mi complexión, pero la edad sí inició un cambio en mi metabolismo, lo
que ahora me tiene con un peso adicional de 40 kilogramos.
Cuando
inicie mi carrera de paciente, el Seguro Social inició la suya por atenderme y
en una de las visitas ensayaron conmigo su nueva estrategia del “PrevenIMSS”
invitándome a visitar a la nutrióloga. Recuerdo que en la entrevista una de las
preguntas era si consumía Coca Cola, y honestamente le dije que no, por
supuesto los que me conocen sabe que le soy fiel a la Pepsi, y no se lo
comente, para qué mortificarla.
En
días pasados (por cierto, después de regresar de mis vacaciones por Michoacán,
Jalisco y Zacatecas donde comí alegremente) en mi cita con el médico, lo
primero que me solicitaron antes de pasar al consultorio, es que me pesara, así
cuando el doctor dio lectura a la información me dijo:
-Como que se pasó
de peso otra vez, la báscula dio 90 kilogramos.
-Yo tengo
otros datos, fue lo único que se me ocurrió contestar.
He procurado
no escribir mucho de política en mis columnas, y mucho menos de criticar al
nuevo gobierno, pero a veces me es imposible.
Da tristeza
que quien nos debe de guiar y generar certeza en la población sea el primero
que todo lo contradice, le gusta echar la culpa a los demás y con lo último que
le escuche, desconfiar de la información sobre todo cuando no le favorece, sin
mostrar análisis que demuestren lo contrario.
Los
datos que se obtienen con herramientas que han demostrado su confiabilidad a
través de los años, hay que interpretarlos para ayudar a quién tome las
decisiones a que lo haga correctamente. Cuando las estadísticas mostraban que
tenía oportunidad de ganar, nunca las desdeño, pero ahora, cuando no le
favorecen en algún sentido las rechaza.
Cuando
te tomas la presión, ya existen medidas estándar que le muestran al médico
cuales deben ser las óptimas y, aunque no me gusten sirven para que tome
decisiones sobre el tratamiento correcto para evitar un colapso en mi cuerpo.
Las
cadenas de televisión y de radio, realizan estudios para conocer las
preferencias del auditorio, de esa manera cobran las tarifas para sus horarios
de publicidad, los imagino utilizando otros datos para engañar a sus
patrocinadores. Mueven y producen contenido según el rating de cada horario.
Muchas
decisiones que tomamos se basan en información, a veces tan sencillo como salir
con chamarra o paraguas porque hay pronóstico de lluvias y, resulta que no
llovió ya que era muy bajo, pero mejor preparado que mojado.
A mis
alumnos les comento, que detrás de una buena decisión siempre hay buena
información, y que cuando la información es incorrecta o mala y tomamos una
buena decisión es un milagro. Leer el horóscopo para saber sí tendré un buen o
mal día, es como permitir que la información la lea quien no conoce sobre el
tema.
Un
tendero no realiza una investigación de mercados contratando a una agencia de
mercadotecnia para saber qué productos vender, a qué precio ofrecerlos y que
decisiones tomar en cuanto a su negocio, pero consulta los datos que sus mismos
clientes le van ofreciendo, por ejemplo, que productos y marcas prefieren, por
lo que adquiere para su tienda sólo aquellos que sabe que los vecinos de su
tienda van a adquirir. Conoce la economía local por lo que los precios suelen
ser justos para ellos, pero sobre todo los conoce tanto que es capaz hasta de
tener listos los productos que le van a pedir desde que se asoman por la puerta
del negocio.
El no
adivina, utiliza su sentido común y los datos que no ingresa a una computadora
(ya que no tiene), ya que su experiencia de trabajo, le sirve para satisfacer
la necesidad de su consumidor que indudablemente no es adquirir su despensa
semanal sino cubrir sus necesidades inmediatas, algo para terminar de cocinar o
que se le olvido del mercado. Por lo general, estos negocios duran muchos años
en su colonia, y con los mismos datos.
La próxima
semana: “Sintoniza sin Fronteras”.
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al
correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño.
*Director del Área 1 y
Vice Presidente de membresías del
Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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