Oswaldo
Ramos
Poco se
habla de los procesos de formación de un partido político debido a dos cosas:
la primera es que hasta hace poco era prácticamente imposible entrarle a la
conformación de uno nuevo y la segunda es porque aún hoy día sigue siendo un
camino cuesta arriba lleno de trabas, burocracia, trabajo de campo y dedicación
absoluta para poder armar el mínimo de 84 asambleas más 16´000 afiliados en
todo el Estado.
Claro
que también se habla poco o nada acerca de la conformación de partidos
políticos porque se desconoce a los actores que los hacen, quizá dos o tres
figuras visibles logren resaltar pero al final se hacen a través de métodos
pactistas con organizaciones que tienen capacidad de movilización y un grueso
considerable de población dentro de sus filas. Es aquí cuando sale a la luz los
intereses reales de quienes buscan hacer un partido, pues conforme al
acercamiento que se tiene con actores particulares de la sociedad sabes si se
busca hacer un satélite más, una estructura renovada para un proyecto muerto o
simplemente se hace para ver qué beneficios pueden obtener.
Quienes
me conocen sabrán que además de ser politólogo también formo parte de un
proyecto colectivo llamado “Futuro”, un esfuerzo de partido político que busca
conformarse en Jalisco y donde juego el papel de Vocero/Enlace Distrital. Desde
la perspectiva más personal les puedo asegurar que construir un proyecto de
este tamaño es una joda, sobre todo cuando no tienes a poderosos ni estructuras
viciadas detrás.
Estos
meses he recorrido más de 17´000 kilómetros dentro del Estado para demostrar
que hacer un partido se puede siendo una persona común, meses en los que la
chamba ha sido a través de visitas a los municipios, tocar puertas, conocer
personas maravillosas que aún creen en una forma innovadora y genuina de hacer
política que esté al servicio de todas y todos, no solo de un grupúsculo de
poder.
¿El
reto es grande? Claro que sí. ¿Ocupamos comprar voluntades y cooptar grupos?
Definitivamente no. Aún en las situaciones más difíciles hemos encontrado a las
personas indicadas que nos ayudan pasando la voz, convocando y difundiendo que
hay Futuro para sus municipios. Hablo en plural porque no estoy solo, siempre
me acompañan grandes amigas y amigos que me he encontrado recorriendo cada
municipio del Distrito 19 desde 2017; Luis, Diana, Karina, Ulises, Ángel, solo
por mencionar algunos nombres han estado al pie del cañón y dando la cara ante
las personas para decirles que nuestro proyecto es genuino y los principales
portavoces no somos Kuma, mis compañeras Susanas o yo, son las mujeres que
chambean diario para sostener un hogar, son las estudiantes que se superan cada
día en la universidad y anhelan la posibilidad de poder acceder a un empleo
digno, son todas aquellas personas que se mantienen firmes ante la convicción
de hacer que el Futuro sea posible.
Hacer
asambleas va más allá de reunir personas para que se registren ante el
Instituto Electoral, pues no basta con convocar desde redes sociales. Se necesita
llegar casa por casa, plaza tras plaza para decirles de viva voz a las personas
de qué va todo este desmadre. Un partido se hace escuchando a quienes han
silenciado, viendo a los ojos las que les han mentido, caminando las brechas,
llegando a las delegaciones. Un partido se hace con voluntades que van más allá
de los escritorios, no se puede pretender que construimos con todas si se hacen
a un lado las necesidades del territorio más desprotegido o sacándole la vuelta
a los pueblos lejanos.
Sería
muy fácil y egoísta decir que un solo grupo es quien hace un partido cuando
claramente somos todas las personas que desde nuestra trinchera seguimos arando
la tierra para que un proyecto tan esperanzador eche raíces. El Futuro lo haces
tú, lo hago yo, lo hacemos todas.
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