Víctor
Hugo Prado
Con el
desarrollo tecnológico, no son pocos los empleos amenazados con desaparecer.
Las estimaciones con respecto a la cantidad de trabajos que se destruirán
con la llegada de robots, inteligencia artificial y digitalización son variadas, en su mayoría se orientan a una pérdida
sustancial que afectará principalmente a aquellos puestos que requieren trabajo
físico.
El
informe Future of Jobs 2018, publicado por el Foro Económico Mundial
(WEF) presenta cifras mediante el que se plantean escenarios no muy
alentadores, aunque compensatorios, en
el sentido que el estudio pronostica que se perderán empleos, pero se
crearán nuevas funciones que requerían un mayor grado de especialización.
Hoy
el WEF plantea nuevos escenarios ante esta potencial pérdida de empleos. Según
el informe, al día de hoy el 29% de las tareas laborales son realizadas
por una máquina. Debido a los avances tecnológicos, en 2025 significaría la
pérdida de 75 millones de empleos. Pero sugiere que esta misma tecnología dará
vida a más de 133 millones de nuevos roles de trabajo, con lo que se generarán
58 millones de nuevos empleos.
Es
decir, seguimos bajo el panorama de pérdida de empleos tras el avance de la
automatización, pero se disminuye la cifra. Por otro lado, el informe apunta a
que no sólo los trabajos bajo esfuerzo físico serán afectados, sino también
aquellas labores rutinarias de oficina, como los encargados de
capturar datos, contabilidad y otras tareas.
Se
cree que en un periodo de cinco años se empezarán a demandar más analistas
de datos, encargados de diseño, pensamiento crítico, inteligencia social, así
como programadores y desarrolladores de software. Incluso se pronostica un
cambio general en los planes de estudios para 2020, donde se romperían los
viejos paradigmas y la clave de todo esto sería asumir nuevos retos
formativos, ante ellos las universidades deben estar atentas y asumir cambios.
Se
calcula que el 54% de todos los empleados necesitarán formación en nuevas
habilidades durante los próximos cinco años, se trataría de capacitación
centrada en internet móvil de alta velocidad, inteligencia artificial, análisis
de big data y cómputo en la nube, con lo que se impulsaría la demanda
de un nuevo tipo de fuerza de trabajo que conviviría con nuevas máquinas,
nuevas tecnologías. El informe menciona que los humanos deberán adaptarse a
este escenario al exigir mayor preparación, algo que sería un trabajo conjunto
entre empresas, gobierno y la misma fuerza de trabajo.
Por
ello las Universidades, los gobiernos y las empresas no debe perder de vista
que la nueva ciudadanía y el nuevo trabajador debe adaptarse a las nuevas
condiciones del empleo, su educación los debe dotar de las destrezas que
corresponden a las necesidades del mercado y que combinan conocimiento y
habilidades técnicas con aptitudes interpersonales-cognitivas y laborales. Los
empleadores quieren trabajadores que posean conocimientos técnicos, destrezas
comunicacionales, capacidad de trabajo en equipo y habilidades de análisis de
problemas a través del pensamiento crítico, por mencionar algunas, si se sabe
la ruta a darle por ese lado.
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