miércoles, 17 de julio de 2019

Un nuevo ciudadano en el que no tengan cabida…






*Víctor Hugo Prado Vázquez


En estos días hemos estado acompañando a un importante número de egresados del nivel medio superior en actividades en los que se les entregan sus certificados de bachillerato. Ellos, acompañados de padres, familiares, profesores y autoridades educativas, son sabedores de que han terminado un importante ciclo propedéutico para dar paso en los próximos días a otro más, en su gran mayoría, la de los estudios de licenciatura.  

Quienes hemos observado con atención la evolución de los que egresan, sabemos que no son los mismos que cuando apenas llegaron al bachillerato, tres años atrás. En el ciclo escolar de la educación media superior experimentan una relevante transición entre la niñez y la adultez, que lleva implícita una importante cantidad de cambios físicos, sexuales, cognitivos, emocionales y conceptuales.

En estos días las expectativas crecen y la ansiedad por encontrar las decisiones correctas los atormenta. No es para menos, se trata de selecciones que definirán su futuro, el profesional, el de la vida laboral, el de la realización, el de logro, el del triunfo o del fracaso.

En la educación media superior tuvieron espacio y oportunidad para aprender entre muchas cosas que el éxito de las personas depende de un conjunto de habilidades, competencias, saberes, principios y actitudes, pero también de valores y reconocimiento. Por ejemplo, buena parte han descubierto quienes son, lo que define su identidad, al tiempo que desarrollan su capacidad para emprender proyectos. Ello tiene que ver con el desarrollo de habilidades del pensamiento de orden superior que le permiten a un estudiante asumir la complejidad de su naturaleza como un ser humano capaz de construir su entorno, su vida y su mundo.

En este nivel educativo todo es importante, desde lograr el razonamiento lógico-matemático adecuado; saber comunicarse, comprendiendo los mensajes del mundo exterior pero también transmitirlos.  Es indispensable saber crear, saber transformar y saber actuar. Mejor si se da en un entorno de trabajo colaborativo energizado en la diversidad, al fin de cuentas así es el mundo: diverso en tejidos sociales y cada vez más complejo.  

Posiblemente uno de los cambios esenciales del alumno es la adquisición de la ciudadanía, por lo que, para llegar a ella, deben completar su carácter formativo, enmarcado en principios orientadores relacionados con los valores de convivencia, democracia, paz, libertad, participación social, respeto a los derechos humanos, igualdad y tolerancia. Esenciales para la convivencia social de hoy en día.

Ese carácter formativo, que brinda la educación, debe deparar en un nuevo ciudadano: que cuide su medio ambiente, que sea participativo, que construya oportunidades, que respete la ley y la haga respetar, que no tolere la injusticia, que construya instituciones al servicio de las sociedades. Un nuevo ciudadano en el que no tengan cabida ni Duartes, Bonillas, Romeros Deschamps y otras faunas nocivas de la sociedad.


*Director de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Jalisco.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts