Tecalitlán
en la historia
*Rene
Chávez Deníz
Todavía
a mediados del siglo pasado se organizaban con gran entusiasmo las llamadas
jamaicas o kermes, estas consisten en un evento social para conseguir fondos económicos
para una causa noble.
Con
nostalgia se recuerda lo siguiente: cuando se iba a organizar una kermesse, con
tiempo los organizadores pasaban la voz en voz, otra forma de anunciarse era
por medio del señor José Aguilar García, mejor conocido con el sobrenombre del
“FIRICH” este personaje era como una especie de “pregón” de la época de los
romanos, que publicitaba información esquina por esquina por medio de un
megáfono que consistía en objeto de lámina en forma cónica.
Llegado
el día programado para la kermes, regularmente los participantes se reunían en
la que hoy se llama la escuela primaria para niñas, “Ma. Trinidad Guevara
Álvarez”, de ahí partían en orden hacia el jardín, en donde ya estaban
instalados unos puestos provisionales elaborados de madera y carrizo adornados
con papel crepe y china que les daban un toque de fiesta, al llegar al jardín
el contingente cada quién tomaba su lugar, para esto se establecía un banco
para efectuar operaciones monetarias por lo que se nombraba un gerente.
También
se ponía una cárcel por lo que se nombraba un comandante con su respectivo
cuerpo de policías integrado por hombres y mujeres que deberían de imponer
orden durante la kermesse, sin faltar el servicio médico conformado por un
doctor y sus respectivas enfermeras y sin faltar la tradicional cantina que era
la que les generaba las mejores ganancias y sin faltar los clásicos antojitos
mexicanos como el tradicional pozole, las ricas enchiladas, los apetitosos
tamales y que decir de los sopitos y las deliciosas tostadas y para las más
exigentes se vendía birria de chivo y de res. Así como tepache, aguas frescas
de arroz, piña y Jamaica, también se veían grupos de damitas vendiendo flores,
otros más que la hacían de gitanos que de cierta forma la hacían de adivinos y
vestían de una forma que llamaban mucho la atención, así también habían grupos
de cantantes regularmente parejas que hacían las delicias de quienes
solicitaban alguna pieza de música y como se comentó en un principio, todo en
orden por lo que los asistentes gozaban de una tarde tranquila y divertida en
compañía de sus familiares.
*Cronista
Municipal de Tecalitlán.
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