Fernanda
Larios Jacobo
Este 18
de julio conmemoramos el nacimiento de Nelson Mandela, activista y gran
defensor de los derechos humanos, quien fiel a sus principios desafió al
régimen anteponiendo el perdón como método de lucha.
El
premio nobel de la paz en 1993, Nelson Rolihlahla Mandela nació en Transkei,
Sudáfrica en el año 1918. A los veinticuatro años se graduó como abogado, un
año más tarde fundó la Liga Juvenil en protesta a la segregación racial
(apartheid) y en el año 1994 se afilió al Congreso Nacional Africano (ANC, por
sus siglas en inglés) contra la opresión de los negros sudafricanos. Participó
en la campaña de desobediencia civil contra la segregación racial “defiance” y
casi una década más tarde el ANC forma un movimiento armado, con Mandela como
comandante en jefe.
Es
arrestado en 1964 y condenado a cadena perpetua. Pasa diecisiete años en la
prisión de Robben Island y diez años en dos cárceles más, hasta que finalmente
en 1990 es liberado el 11 de febrero y se convierte en presidente de la ANC y
dirige las negociaciones para la democracia multirracial en Sudáfrica.
Un
año después de recibir el premio noble de la paz, en 1994 se convierte en el
primer presidente de raza negra de Sudáfrica ganando las primeras elecciones
multirraciales de la historia en este país. En 1999 entrega el poder a su
sucesor, Thabo Mbeki y se retira de la política siendo el año 2010 su última
aparición en público en el mundial de futbol. Muere en el año 2013, con más de
dos cientos cincuenta premios por su labor humanitaria. La ONU proclama en
2009, el 18 de Julio como el “Día Internacional de Nelson Mandela”.
Un
gran ejemplo para la humanidad hoy en día es símbolo de la paz y su legado
permanecerá transmitiendo la esperanza, el perdón y la persistencia ante la
lucha por los derechos humanos.
“Aprendí
que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre
valiente no es aquel que no siente miedo sino el que lo conquista”, dijo Nelson
Mandela.
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