lunes, 8 de julio de 2019

Los libros del verano









Los conjurados



Ricardo Sigala


Ha iniciado el mes de julio y como cada año, los suplementos culturales de Europa comienzan a hablar de lo que llaman “los libros del verano”: una serie diversa de publicidad, de artículos y recomendaciones de libros de todos los temas, desde los de historia, política o divulgación científica, hasta los de literatura y deportes. Se percibe un entusiasmo por la venta y la lectura de libros. Según Nubico, una plataforma para leer libros y revistas en línea, en un sondeo realizado en España en 2015, el consumo de libros aumenta un 30 % en el verano y la lectura se incrementa en un 35%, y seis de cada diez españoles aprovechan el tiempo libre del verano para leer. No es de extrañar que varias de las ferias de libro en España se realizan en los meses previos al verano, como sucede con la Feria del libro de Madrid o la de Sevilla.

            Para nosotros, en México, esto resulta una rareza, una extravagancia de los europeos, ¿dedicar las vacaciones, el tiempo libre del verano a leer? Si para la mayoría de los mexicanos la lectura es una actividad escolar, casi siempre obligatoria, con muy poca frecuencia satisfactoria, y casi nunca placentera. La imagen que te tenemos del solaz y del esparcimiento durante las vacaciones suele estar relacionado con la playa, el alcohol, y en especial con la inactividad y la evasión de nuestras responsabilidades, y entre estas se encuentra la lectura de libros.



            Las sociedades que no hacen de la lectura parte de sus hábitos, no digamos de estudio y formación, sino de su forma de distracción, de esparcimiento, difícilmente tienen conciencia de la realidad que los rodea, y algo aún peor, difícilmente tienen tiempo para sí mismo, porque la lectura antes que darnos información es una forma íntima de relacionarnos con nosotros mismos, de dedicarnos el tiempo que la velocidad y la vacuidad de nuestras vidas nos suelen impedir.

            El 4 de julio, en el foro Edita de la ciudad de Barcelona, el editor y promotor cultural Carlo Feltrinelli, declaró con preocupación que: “Hemos pasado de la era de la galaxia Gutenberg a la era de la galaxia Zuckerberg”, en alusión a Facebook. Estamos conectados permanentemente, ya sea por socializar o por razones de trabajo, nos hemos convertido en esclavos de un permanente bombardeo de información superficial, intrascendente y sobre todo efímera, líquida, la llama Zygmunt Bauman. La galaxia Zuckerberg nos manda un mensaje equivocado, que todo se reduce a la información, pero nada más lejano de la idea de cultura que la suma de datos. El editor italiano lo dice con las siguientes palabras. “En una época en que estamos conectados a todo 24 horas al día y que recibimos miles de mensajes, leer un libro es un acto revolucionario: aislarse de todo y destinar tiempo para uno mismo sólo puede verse así.

            Es un buen momento para realizar un acto de rebeldía, hagamos nuestra lista de libros para el verano. Carlo Feltrinelli tiene razón, hoy en día leer un libro es un acto de rebelión, y desgraciadamente en nuestro mundo cada vez hay menos rebeldes.



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